viernes, 17 de agosto de 2012
La educacion tradicional está enfocada en los contenidos. Los objetivos son cuantificables. Identificar las leyes es el objetivo del estudiante. Se le califica su rendimiento como aceptable, mediocre, excelente, etc. La educacion es fragmentaria y estimula según una jerarquía formal de conocimientos verdaderos en el campo de la ciencia. Con la utilización de la ciencia se puede manipular a la naturaleza... y lo que olvidan los profesores en decirnos: a los otros. La educación fragmentaria de conocimientos formales nos alejan de sentirnos completos. Cada ciencia tiene su compartimento. Es como si la gran Máquina de la Verdad tuviese departamentos en una jerarquía de amos y sirvientes interminable. Y si de chicos no le vemos utilidad a esos conocimientos, la profesora nos dirá: algún día puede que sí. Y como el niño es calificado con una nota con la cual puede perder a sus compañeros y quedarse atrapado en la estructura escolar, debe obedecer o desobedecer.
Las escuelas y los programas políticos se llenan la boca con palabras como la paz, la unidad, la cooperación, la igualdad, la vida en comunidad, la libertad, la solidaridad, el amor, la felicidad, pero en la práctican solo repiten y defienden el modelo estructural que reprime, fragmenta y aburre a los alumnos, iluminando a "los mejores", los más capacitados, los que vienen de mejor familia, los más dotados, los más fuertes, los más astutos, los más competitivos, los más obedientes, los más desobedientes...
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