"MADRE, VIRGEN, PUTA"
Las perversiones femeninas
Estela V. Welldon
Temas de hoy, 2008
Prólogo:
* si la posesión del pene define sin ambiguedad al sexo masculino, resulta problemático cómo definir a la mujer. Freud la entiende como la que no tiene pene y lo envidia; Lacan como no-toda, por la falta. Los que cuestionan el monismo fálico consideran, en cambio, que la mujer debe definirse por sus órganos sexuales, la vulva y el clítoris, la vagina y el útero, con sus anexos...
* la mujer tiene una especial idea y percepción del espacio a partir de su útero (y, agreguemos, de su vagina) y también del tiempo que deriva de sus reglas y su reloj biológico (28 días aprox. análogo al ciclo lunar). Desde la menarquia, la mujer sabe que su tiempo es finito y que va a terminar inexorablemente en la menopausia... en estas coordenadas, la incorporación del semen es algo que la mujer realiza activamente; y "este engullimiento activo" es el centro, el comienzo y la esencia de la condición de las hembras.
* únicamente las mujeres pueden ejercer influencias decisivas y tan tempranas sobre su progenie
cap. 5. Las madres que cometen incesto: la sustitución del hijo
* siempre hemos culpado a Edipo en lugar de culpar a su madre... acaso no nos topamos una vez más con la tendencia obstinada a ver a las mujeres como el sexo débil, siempre víctimas y nunca perpetradoras de la agresión sexual? Siempre se ha mantenido que las mujeres eran incapaces de llevar a cabo sus propios designios sexuales perversos, y se ha considerado que los únicos que promulgaban las fantasías sexuales eran los jóvenes varones. Considero que muchas de las teorías del desarrollo sexual femenino están erróneamente fundadas, en parte por estar fundadas en la existencia necesaria de una siempre presente "madre tierra", una mujer tan idealizada, o incluso idolatrada hasta tal punto, que sus errores se pasan por alto.
Caso:
Mujer de 38 años y un aspecto juvenil, elegante y pulcro; era capaz de comunicar- no sin renuencia y dolor- su problema:
"me crié en la gloria personal, no se me negó nada. Mis padres me adoraban. Sin embargo, mi padre murió repentinamente cuando yo tenía 7 años, y mi madre se alejó del mundo y me convirtió en el objeto exclusivo de su dedicación y devoción. Mientras en un comienzo me consideré privilegiada, posteriormente fui consciente de una intensa sensación de asfixia, y mi desarrollo normal se vio rodeado de obstáculos. No se me permitió ir al colegio o tener amigos. Quería luchar contra esta invasión en mi vida pero todo era en vano. Mi madre era una constante testigo de todas mis acciones.
casi tenía la sensación de que interfería en mis pensamientos y en mis sueños. Si me entretenía en el cuarto de baño, ella no tardaba en venir y mirarme de forma extraña haciéndome todo tipo de preguntas privadas. Creo que quería meterse en mi cabeza, tal era el grado de intrusión en mi vida. Las cosas empeoraron cuando tuve mi primera menstruación. Al principio se horrorizó, como si me hubiera convertido en algo ajeno y repugnante, pero posteriormente pasó a advertirme, amenazante, de los peligros vinculados a los hombres extraños y su exclusivo y sucio interés en el sexo. Mi madre no podía soportar que me convirtiera en una mujer... ella era una mujer atractiva, pero extremadamente severa y estricta por su educación religiosa... conocía a un joven de aspecto agradable que fue muy amable conmigo, me aferré a él, o quizás lo hice por una posible escapatoria. Me casé con él a los 16 y quedé embarazada.
mi madre nunca me perdonó haberla dejado; ni siquiera el nacimiento de mi hijo la hizo cambiar de opinión. Mi marido murió repentinamente cuando mi hijo tenia 5 años. Mi madre volvió conmigo, como si nunca nos hubiéramos alejado... en realidad, no quería que mi madre viniera a quedarse porque quería a mi hijo para mi sola, sin competencia alguna. Creé una relación idílica con mi hijo, hasta el punto que no necesitaba ningun hombre más en mi vida.
nos ibamos juntos de vacaciones a la playa, cuando estaban de moda las minifaldas. Mi hijo tenía 14 años. Me puse a bailar en la sala del hotel con algunos jóvenes y bebí bastante. Cuando volví a la habitación, me encontré a mi hijo sollozando entre las sábanas. Dijo que me había visto bailando y que se había sentido abandonado y muy celoso. Al hacer esta afirmación experimenté una inmediata sensación de paz interior y de satisfacción... yo había ganado: él era mío. Estabamos juntos para siempre, solos. Me pareció lo más natural meterme en la cama con él para consolarlo. Sin embargo, quería expresarle mi amor de una forma más natural. M sentía expansiva, regocijada y excitada. Lo inicié en el arte de hacer el amor. Le enseñé durante un tiempo, paso a paso, lo que tenía que hacer y cómo lo tenía que hacer.
tomé todo tipo de precauciones para que pareciera que manteníamos una relación normal entre madre e hijo... nunca pensé que me traicionaría. Primero quiso irse afuera a seguir sus estudios, pero yo no podía dejarlo ir.
a los 15 años comenzó a escribir poemas, tan pasionales y maduros que llegué a temer que sus profesores los leyeran y pudieran adivinar todo lo que estaba pasando. Solía recitármelos, aunque últimamente se niega a enseñármelos. He curiosiado entre sus papeles y he descubierto que ahora los poeamas están impregnados de deseos de venganza, son sarcásticos y amargos. Incluso ha maquina un plan muy elaborado para librarse de mi.
no me importa que lo haga. Tal y como ya lo he dicho, si me deja me quitaré la vida. De cualquier forma, la vida es innecesaria sin él."
otro caso:
"la madre seducía al hijo. Ella quería tener una niña y lo vestía de niña, aún cuando actuara como varón. Lo abandonó hasta los 12, edad en la que la madre sintió curiosidad hacia el niño. In iciaron una relación incestuosa que duró varias semanas. Durante el coito, la madre alcanzaba el orgasmo mientras el hijo nunca llegaba a eyacular. Nunca se mencionó ni reconoció la existencia de estos encuentros que finalizaron repentinamente cuando el hijo eyaculó por primera vez durante el coito con su madre. En ese momento la madre gritó, se violentó y se apartó definitivamente.
hoy en día, el niño es un adulto de 30 años que se siente reprimido e infeliz."
6. La madre simbólica en el papel de puta: quién tiene el control?
"el hombre que siente un interés compulsivo por las prostitutas está aún sujeto a su antiguo amor profano, y pretende, sin saberlo, satisfacer los deseos tabú de la infancia ahora que es adulto. Por su parte, la prostituta tiene unos objetivos inconcientes similares... el hombre extraño que paga por sus favores, constituye la imagen deteriorada del padre; al mismo tiempo, ella experimenta una fuerte desaprobación, a causa de los celos, del matrimonio de su madre degradando, digamos, su propia feminidad."
"el señr R., un hombre casado, de 387 años, atractivo e inteligente, con éxito profesional en el campo de las letras, acudió a mi consulta a causa de su necesidad compulsiva de mantener relaciones con prostitutas. Cuanto mejor funcionaba su matrimonio, más acuciante era la necesidad. La situación le producía mucha desdicha ya que, afirmaba, amaba a su mujer y mantenía una relación sexual con ella muy satisfactoria... creía que la causa de su compulsividad eran las buenas relaciones con su mujer...
sentía un enorme temor a ser abandonado y le costaba fiarse. Pensaba que pondría fin repentinamente al tratamiento considerando que no lo merecía, temiendo que lo humillara de diversas maneras. Intentaba comportarse como un niño perfecto, aunque era reacio a hablar de sus problemas... esperaba secretamente que al convertirse en mi paciente y pagar por mis servicios profesionales, se curaría magicamente de su necesidad de pagar a las prostitutas sus servicios. Asi, la psicoterapia reemplazaría su perversion.
... sus temores provenían de una fase anal, que correspondía al período de formación para el aseo personal en su relacion con la madre... hablaba como lo ensuciaba todo, pensando que yo lo criticaría, ya que los bienes los entregaba en otro lugar. Eran las prostitutas las que tenian que enfrentarse con todo lo sucio y maloliente. Yo me había transformado en la madre tierna que esperaba que fuera una persona limpia y prolija y que obedeciera mis ordenes. Durante el periodo de la terapia acostumbraba a visitar el prostíbulo antes o después de las sesiones. Asistiría a estas cargado de remordimientos para confesarme lo ocurrido, una vez más esperando mi rechazo...
más tarde comenzó a aceptar y a hacerse dolorosamente conciente del odio profundamente arraigado que sentía hacia su madre... era tan vulnerable ante su madre, dependía tanto de ella y temía tanto su poder para abusar de él, que su odio lo condujo a los prostibulos. Dividía a las mujeres en putas y vírgenes... en sus palabras, para experimentar la alegria del amro uno debe ser vulnerable y capaz de confiar en alguien; yo soy demasiado infantil y egoísta."
Otro paciente, también fijado en la pulcritud, cuando se sentía emocionalmente cercano a mi fantaseaba conmigo. Entonces reaccionaba, diciendo que era fea y maloliente y se reía... las asociaciones que establecía sobre mi sala de consulta y mi persona estaban relacionadas con fantasías muy primitivas sobre los órganos sexuales de su madre, por lo poco adecuados y sucios que habían sido, produciendo tantas muertes antes de su propio naciemiento... que "nada ni nadie es tan bueno para mi" es una proyección de su propia infravaloración... se sentía profundamente contaminado por su madre...
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