lunes, 1 de agosto de 2011

Esencialismo y comercio de la identidad

Bajo una definición esencialista, dos cosas que se contraponen en su definición, no pueden gestarse al mismo tiempo y en el mismo sentido, sin embargo, existe una compleja red de conexiones entre los conceptos que permeabilizan las fronteras y relativizan las identidades, los sentimientos, recuerdos y representaciones que tenemos de ellos.

Podríamos decir que el amor, la amistad y la pasión son definiciones separadas entre sí, y que cada una obedece a una esencia. No hay problema en ello, sin embargo, nos topamos con un problema de gigantesca envergadura cuando tenemos que discernir cual es la condición de posibilidad de uno y de otro, o si acaso existe una circularidad en cuanto a las causas. ¿Es el amor el fundamento de la amistad, o al revés, es la amistad el fundamento del amor? parece banal y ociosa la pregunta pero la comprensión adecuada de cada concepto tiene repercusiones directas sobre la vida. En definitiva, no podemos asumir analíticamente que con los conceptos se da un fenómeno parecido al que acontece en la cocina. Unos conceptos no son ingredientes de algo más complejo como lo puede ser la comida.

Quiero realizar las siguientes preguntas sobre fenómenos que afectan a la mayoría de las personas en sus vidas cotidianas, y que causan un sin número de confusiones, pues no falta el que creyendo estar embargado por un sentimiento amoroso desea venganza sobre su "objeto" amado por el despecho que le ha hecho padecer, y no falta tampoco el que niega la posibilidad de amistad en una relación de pasión. Pues bien, estas son mis preguntas: ¿el amor y la pasión son dos formas de una misma sustancia? ¿cual sería esta sustancia? ¿una alteridad acaso? ¿algo que no es ni amor ni pasión? o más bien, ¿es el amor una forma más elevada de pasión, diferenciandose de la pasión bruta en intensidad y sustentabilidad ética? ahora bien, es legítimo preguntarse también, ¿la pasión bruta: es en algún sentido amorosa? y si involucramos a la amistad a la lista de ingredientes de este sabroso revoltijo: ¿hay amistad en el amor, y pasión en el amor? o ¿es la amistad un tipo más elevado de amor? ¿o más bien será al revés? llegamos a un punto donde se producen un sin número de paradojas, al menos para mi inteligencia limitada para dirimir la verdadera esencia de las cosas ¿qué querrá decir, ene ese sentido, elevado? ¿un desinterés de nuestros afectos egoístas o un desprecio por nuestros deseos de apego identificatorio (amor) y de vinculación erótica (pasión, consumo y agresión)? ¿cómo podría gestarse acaso un gesto amoroso sin tener a la base un deseo de vinculación erótica sobre el cual sostenerse y encontrar su energía movilizadora? ¿y cómo podría la pasión permanecer y sobrevivir los embistes de agresión y consumo sin que un sentimiento más elevado aminorase sus cargas y le diera un sentido "más elevado" y permanente? ¿y cómo podría ese vínculo de permanencia subsistir sin un vínculo de amistad a la base? ¿podría en ese caso suscitarse una relación de amistad y pasión con una misma persona? y en relación a la naturaleza de la amistad ¿es el interés por conveniencia hacia una persona un tipo de amistad? y por último, ¿es también la amistad un tipo de interés por conveniencia fundamentado en el deseo egoísta de consumo y agresión?

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Hay quienes confunden todos estos términos, cometiendo horribles fechoría en nombre del amor cuando son guiados por la pasión, o como diría Mitia, por un enamoriscamiento. Al final, ante la imposibilidad de discernir la naturaleza de las cosas, amarramos nuestras relaciones a contratos rígidos como el matrimonio, en las que una y otra persona se juran lealtad en el amor, pensando con ello que dicho juramento es también un juramento sobre la pasión. La pasión, por definición es contingente y pasajera, y se resiste a semejante alienación, y aunque en la realidad la persona nunca llegue a acostarse con otra, su deseo será de todas formas infiel al contrato que se le impone.

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