º "El DSM-IV elimina el término "histeria" y se refiere a estos trastornos agrupándolos en dos grandes grupos: los trastornos disociativos y los trastornos somatomorfos.
º DISOCIACIÒN: alteraciòn de la conciencia
(1) Amnesia disociativa (incapacidad para recordar información personal importante generalmente de naturaleza traumática),
(2)Fuga disociativa (viaje inesperado lejos de casa con amnesia posterior de lo ocurrido) ,
(3)Trastorno disociativo de identidad (presencia de dos o más personalidades distintas que toman el control de la conducta),
(4)Trastorno de despersonalización (experiencias de sentirse separado de los propios procesos mentales o corporales como observador externo) ,
(5)Trastorno disociativo no especificado (Ganser, Trance, Posesión..) y
(6) Otros trastornos con componentes disociativos (Trastorno somatomorfo, Trastorno
por estrés postraumático y Trastorno por estrés agudo)
º SOMATOMORFOS: alteracion del cuerpo
(1)Trastorno por somatización(presencia de muchos síntomas físicos sin explicación médica que se inicia antes de los 30 años y dura varios años) ,
(2)Trastorno somatoforme indiferenciado,
(3)Trastorno de conversión (presencia de síntomas o déficits sensoriales o motores sin explicación médica),
(4)Trastorno por dolor (presencia de dolor crónico no explicado médicamente) ,
(5)La Hipocondría presencia de interpretaciones poco realistas de síntomas corporales que genera en el paciente un temor persistente a tener una enfermedad),
(6)Trastorno corporal dismórfico (preocupación por un defecto imaginado o exagerado de la apariencia física) y
(7)Trastorno somatomorfo no especificado
º ESQUEMAS COGNITIVOS
Numerosos autores describen el sujeto histérico como con un estilo cognitivo centrado en la búsqueda de aprobación intensa y con poca capacidad de introspección (Millon, 1969), con baja capacidad ante la frustración y orientado a la búsqueda de aprobación externa (Freeman, 1988), impulsivo, reactivo a la estimulación social, y susceptible a la recompensa inmediata (Eysenck, 1970; Gray, 1970).
...
Los supuestos personales a la base de la histeria serían fundamentalmente de dos tipos (utilizando las definiciones de Ellis, 1962):
1."Necesito de la aprobación de la gente importante en mi vida, de su afecto, amor y cariño" (NECESIDAD AFECTIVA).
2."Las condiciones en las que vivo deben de estar dispuestas para que consiga prácticamente lo que quiero". (BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN).
...
º DISTORSIONES:
(1) Abstracción selectiva: El sujeto procesaría solo la información tendente a la búsqueda de apoyo afectivo y dejaría de prestar atención a toda la información cargada de negatividad (frustradora).
(2) Visión catastrófica: El sujeto anticiparía de modo erróneo las posibles amenazas a sus intereses afectivos.
(3) Polarización/Sobre-generalización: El sujeto mantendría una actitud de dependencia afectiva hacia una o varias figuras sin las cuales se creería incapaz de afrontar determinadas dificultades.
...
Los factores que podrían estar implicados serían:
(1)Modelado de recibir atención-afecto a través de conductas teatrales y dramatizadoras (incluidas quejas físicas).
(2)Refuerzo excesivo de conductas de atractivo y encanto.
(3)Modelos parentales amables, pero no firmes en normas de conducta; o punitivos con las conductas de demanda afectiva y recompensantes con las conductas de enfermedad.
(4)Factores biológicos: activación cortical baja, hiper-activación vegetativa/motora, neuroticismo-extroversión, impulsividad-susceptibilidad a la recompensa.
(5)Historia de refuerzo de la conducta de modo inmediato y con poca demora."
http://www.psicologia-online.com/ESMUbeda/Libros/Manual/manual13.htm
º La personalidad histérica, contemplada en el DSM-IV bajo el epígrafe de trastorno histriónico de la personalidad, recoge, exagerándolos hasta caricaturizarlos, los rasgos considerados más típicamente femeninos siendo, por tanto, un diagnóstico que se aplica casi exclusivamente a mujeres. Así, la elevada emocionalidad, manifestada en ocasiones en forma de estallidos, la inestabilidad, hipersensibilidad, sugestionabilidad, dependencia y frivolidad, junto a una marcada teatralidad y tendencia a la erotización de las relaciones sociales, son las características más prominentes.
...
º Depresión
Síntomas de la esfera afectiva pueden contaminar y encubrir un trastorno histérico e inversamente, cuadros depresivos presentan con cierta frecuencia apariencia histeriforme. La histeria y la depresión, de acuerdo con esta doble relación, se vinculan fundamentalmente a través de tres entidades clínicas:
- Pseudodepresión histérica. Cada vez con mayor frecuencia, quizá como consecuencia de la modulación que la aceptación social ejerce sobre la expresión de los síntomas, la histeria se presenta bajo la apariencia de un cuadro depresivo auténtico.
Las respuestas inconsistentes o paradójicas al tratamiento farmacológico, así como la observación de rasgos de personalidad histeriformes en la evolución, orientan al diagnóstico.
- Melancolía. Los cuadros depresivos melancólicos, especialmente los de inicio en edad tardía, se acompañan en ocasiones de elevada ansiedad y conductas regresivas, en apariencia histeriformes, que nada tienen que ver con la verdadera histeria y que responden favorablemente a los antidepresivos o a la terapia electroconvulsiva.
- Disforia histeroide. Este término, descrito por Klein en 1969, hace referencia a un trastorno caracterizado por rasgos histriónicos de personalidad que, de forma episódica y recortada, presentan episodios depresivos breves de características atípicas: hiperfagia (fundamentalmente a expensas de hidratos de carbono), hipersomnia, etc. Estos episodios, desencadenados muchas veces por estresores psicosociales, responden favorablemente al tratamiento con IMAOs. Así, aunque clínicamente se situan en el espectro de la histeria, su respuesta a los antidepresivos los vincula a los trastornos afectivos.
º Hipocondría
La hipocondria y el trastorno por somatización comparten las quejas somáticas como elemento central en el diagnóstico. El intento de manipulación del ambiente y la indiferencia frente a los síntomas, permiten sin embargo diferenciar entre ambos trastornos. Esta concepción clásica se ha visto modificada por los sistemas de clasificación que en sus versiones actuales integran en un mismo apartado ambas figuras.
º Simulación y trastorno facticio
Los límites entre histeria, trastorno facticio y simulación, aunque claros desde el punto de vista teórico, son en ocasiones difíciles de establecer clínicamente. La producción de los síntomas, involuntaria en el histérico, la distingue de ambos trastornos. La presencia de un beneficio externo claro diferente al mantenimiento del rol de enfermo, es la clave diferenciadora entre trastorno facticio y simulación.
...
º TRATAMIENTO
En su fase aguda los trastornos disociativos y conversivos suelen responder a la sugestión. El alejamiento del medio, característicamente conflictivo para el paciente, así como la ausencia de "público", en especial familiares, pueden también contribuir a disminuir la aparatosidad de los síntomas. Pasado el periodo crítico, cuando existe un trastorno de personalidad subyacente, está indicado el tratamiento con psicoterapia de orientación dinámica.
http://visionpsicologica.blogspot.com/2009/05/personalidad-histerica.html
EL PADRE
* Doble figura de la carencia paterna: la del padre muerto, desde ese momento para abrigar goce, y la del padre perverso, seductor, por quien el escándalo se produce"
* Padre que debe donar, y que, como no dona, y no puede satisfacer esa demanda inútil, termina siempre cayendo de ese lugar, del padre donador al padre impotente.
* el padre se torna un punto de referencia desesperante: "hay que andar buscándolo o constituyéndolo a cualquier precio".
http://www.efba.org/efbaonline/rivadero-06.htm
* El goce que se presenta justamente allí donde la histérica, sostiene el deseo insatisfecho devenido en plus de gozar, goce de ser privada de goce. Lacan plantea ya en el Sem. 6 : "...su goce es de impedir, justamente, el deseo en las situaciones que ella misma trama.
http://www.proyectopsi.com/profesional/profesion/profes_021.asp
HISTERIA MASCULINA
* La histeria masculina, a diferencia de la femenina, es mucho mas fácil de reconocer, porque el histérico es también, inmaduro. No sabe lo que quiere, y por eso da mil vueltas.
* “El amor y el sexo están sobrevalorados por sobre otras cosas. Es por eso que se ofrece de manera desmesurada como moneda de baja ley. Tenemos inflación de amor y sexo y hay escasez de compromiso y entrega.”
* “La histeria es un mecanismo de regateo en una transacción. El histérico está diciendo: “lo que te voy a dar vale tanto que tenés que prometer tu vida para equiparar mi sacrificio”.”
* “La seducción siempre fue un atributo femenino porque el hombre no necesitaba seducir, sólo con probar su capacidad proveedora bastaba. El hombre tomaba a la mujer. Sí había dos hombres que la querían, la disputa era entre ellos.”
* La progresiva equiparación entre el hombre y la mujer, cuyo punto de partida se encuentra muy bien descripto en las novelas de Jane Austen, hizo que la mujer comenzara a elegir. En alguna medida, el hombre cazador-recolector dio paso al hombre político-vendedor.”
* Existe un grupo de hombres que exacerba la expansión social, la seducción como objetivo de la conquista (donjuanismo) y una fuerte tendencia a huir una vez logrado su propósito, dejando en el oído de las damas la clásica frase: “Yo no te prometí nada”.
* Humor cambiante, caprichos, celos, necesidad permanente de ser el centro de atención, frivolidad, “labia” atractiva, insinuante, cuerpo grácil que atrapa la mirada de los otros, poca disposición a la reflexión, facilidad para amoldarse a los demás para obtener el cuidado, son todas características de los hombres histéricos.
* Con frecuencia creen tener “dones” o “capacidades especiales” (inteligencia, creatividad, altruismo, etc.) que las personas “no suelen ver en ellos” y únicamente se fijan en lo que su cuerpo sugiere.
* En el área emocional creen brindar mucho amor, cuando en realidad hacen una exhibición “teatral” de los afectos. Una entrega y prodigalidad de la que esperan ser correspondidos con creces, aunque las parejas nunca logran saciar sus demandas, siempre insatisfechas.
* En el área sexual observamos un sinnúmero de conductas conflictivas que favorecen la aparición de disfunciones sexuales: preocupación por el rendimiento sexual, torpeza para el juego previo, actitud “pasiva”, escaso registro de sus sensaciones eróticas, etc.
* No están a la altura de lo que prometen. “Mucho ruido, pocas nueces”, “me prometió un manjar y me hizo comer migajas”, dirán las damas decepcionadas.
* No hay histeria sin cuerpo. El cuerpo ocupa un lugar privilegiado en la manifestación del estilo de personalidad.
* Los hombres histéricos son dependientes: necesitan imperiosamente de los otros, seducen a “todas y todos”, son irresponsables en el compromiso, se aburren fácilmente y son impredecibles en sus emociones.
http://www.entremujeres.com/pareja/hombres/columnista-ghedin-hombres-histeria-histerico-masculina-huyen-escapan-psicologo-pareja-amor_0_314368568.html
* síntomas somáticos como las perturbaciones de la motricidad (contracturas musculares, dificultades en la marcha, parálisis de miembros, parálisis faciales...); los trastornos de la sensibilidad (dolores locales, jaquecas, anestesias en una región limitada del cuerpo...); y los trastornos sensoriales (ceguera, sordera, afonía...).
Hallamos también un conjunto de afecciones más específicas que van de los insomnios y los desmayos benignos a las aliteraciones de la conciencia, la memoria o la inteligencia (ausencias, amnesias, etc.), e incluso a estados graves de seudocoma. Todas estas manifestaciones que el histérico padece, y en particular los síntomas somáticos, se caracterizan por un signo absolutamente distintivo: son casi _siempre transitorias, no resultan de ninguna causa orgánica y su localización corporal no obedece a ninguna ley de la anatomía o la fisiología del cuerpo.
* En efecto, el cuerpo del histérico sufre de dividirse entre la parte genital, asombrosamente anestesiada y aquejada por intensas inhibiciones sexuales (eyaculación precoz, frigidez, impotencia, repugnancia sexual...), y todo el resto no genital del cuerpo, que se muestra, paradójicamente, muy erotizado y sometido a excitaciones sexuales permanentes.
* el yo se encuentra en constante espera de recibir del Otro, no la satisfacción que colma, sino, curiosamente, la no respuesta que frustra. Esta espera defraudada, siempre difícil de manejar para el psicoanalista, conduce a la perpetua insatisfacción y al descontento de que tanto suele quejarse el neurótico. Primer estado, pues: el de un yo insatisfecho. Otra posición típicamente histérica observable en el análisis es también un estado del yo, pero un estado más bien activo de un yo que histeriza, es decir, que transforma la realidad concreta del espacio analítico en una realidad fantasmática de contenido sexual.
* tercera posición Subjetiva del histérico, caracterizada por la tristeza de su yo cuando debe afrontar por fin la única verdad de su ser: no saber si es un hombre o una mujer. Tercer estado, pues: el de un yo tristeza.
* ¿Qué teme? Un peligro esencial amenaza al histérico, un riesgo absoluto, puro, carente de imagen y de forma, más presentido que definido: el peligro de vivir la satisfacción de un goce máximo. Un goce de tal índole que, si lo viviera, lo volvería loco, lo disolvería o lo haría desaparecer. Poco importa que imagine este goce máximo como goce del incesto, sufrimiento de la muerte o dolor de agonía; y poco importa que imagine los riesgos de este peligro bajo la forma de la locura, de la disolución o del anonadamiento de su ser; el problema es evitar a toda costa cualquier experiencia capaz de evocar, de cerca o de lejos, un estado de plena y absoluta satisfacción.
* El miedo y la tenaz negativa a gozar ocupan el centro de la vida psíquica del neurótico histérico.
* el histérico inventa inconscientemente un libreto fantasmático destinado a probarse a sí mismo y a probar al mundo que no hay más goce que el goce insatisfecho. Así pues, ¿cómo alimentar el descontento si no creando el fantasma de un monstruo, monstruo que nosotros llamamos el Otro, unas veces fuerte y supremo, otras débil y enfermo, siempre desmesurado para nuestras expectativas y siempre decepcionante?
* Con agudísima percepción, el histérico descubre en el otro la señal de una potencia humillante que lo hará desdichado, o de una impotencia conmovedora que le suscita piedad, pero a la que no podrá poner remedio.
* Histerizar es hacer que nazca en el cuerpo del otro un foco ardiente de libido.
* la sexualidad histérica no es en absoluto una sexualidad genital sino un simulacro de sexualidad, una seudogenitalidad más cercana a los tocamientos masturbatorios y los juegos sexuales infantiles que a un intento real de concretar una verdadera relación sexual. Para el histérico, sexualizar lo que no es sexual significa transformar el objeto más anodino en signo evocador y prometedor de una eventual relación sexual.
* el sujeto histérico ya no es un hombre, ya no es una mujer, ahora es dolor de insatisfacción. Y, en medio de este dolor, queda en la imposibilidad de decirse hombre o de decirse mujer, de decir, simplemente, la identidad de su sexo. La tristeza del yo histérico responde al vacío y a la incertidumbre de su identidad sexuada.
http://deliranteserial.blogspot.com/2009_02_01_archive.html
IDENTIFICACIÓN SEXUAL
* Se acentuan los rasgos para evadir lo indefinido de la identificacion, los problemas de abuso irresueltos y el deseo homosexual.
º Sufrir de modo fóbico es sufrir conscientemente el mundo que nos rodea, o sea proyectar hacia afuera, al mundo exterior, el goce inconsciente e intolerable y cristalizarlo en un elemento del medio externo, transformado ahora en el objeto amenazador de la fobia.
º Por último, sufrir de modo histérico es sufrir conscientemente en el cuerpo, o sea convertir -el goce inconsciente e intolerable en sufrimiento corporal.
º En una palabra, el goce intolerable se convierte en trastornos del cuerpo en el caso de la histeria, se desplaza como alteración del pensamiento en la obsesión, y se expulsa, para retornar de inmediato como peligro exterior, en la fobia."
º una forma de tratamiento de la histeria, podria centrarse en sus aspectos positivos, como lo es, la capacidad de llamar la atencion, pero engarzando la construccion de la autoimagen con la capacidad de introspeccion reflexiva. Al igual que con el obsesivo y el fòbico, es bueno desensibilizar al sujeto de sus estados ansiogenos, relacionando las situaciones emocionales con situaciones determinadas reflexivamente.
º la mejora que puede permitir una terapia bien conducida, se sustenta en el cambio de los patrones distorsionadores que conducen la emocion hacia una imposibilidad. El trabajo, nuevamente, debe enfocarse en el fortalecimiento de las habilidades emocionales para descubrir el cuerpo con ejercicios de meditacion y de yoga, pero junto al ejercicio analitico de comprension intelectual de las situaciones y los estados emotivos que se le asocian.
martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
OBSESION
TRASTORNO OBSESIVO
* El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad (como la agorafobia, la fobia social, etc)
* es reconocido como un problema común que afecta al 2% de la población, es decir, a más de 100 millones de personas en el mundo.
...
"* los fantasmas sádicos juegan un rol importes en la economía del obsesivo.
* El obsesivo al igual que la histérica necesita de un deseo insatisfecho, es decir de un deseo más allá de la demanda: él resuelve la cuestión de la evanescencia de su deseo haciéndolo un deseo prohibido preciso por la interdicción del Otro . La muestra y a la vez no lo muestra.
* Para que haya hazaña es necesario que sean al menos tres. Alguien debe ser su testigo en su intento de obtener el permiso del Otro. Respecto al Superyo: el obsesivo se influye toda clase de tareas duras y sufridas que convergen con lo que "desean y allí las reúnen con esplendor. En nombre de eso tendría derecho a unas vacaciones durante las cuales harían lo que quisieran. Esta es la dialéctica tan conocida en el obsesivo del trabajo y las vacaciones, luego las vacaciones se revelan como tiempo perdido: de lo que se trataba era de obtener el permiso del Otro.
* en la hazaña el sujeto domina una angustia fundamental, que el Otro este allí es para él la mira esencial y que lo valide.
* él se siente amenazado por la castración del Otro de manera tan aguda que no puede acercarse a su propio deseo. A diferencia de la madre de la histeria, la madre del obsesivo dice: yo te daré todo y es el refugio al pánico que siente en el acercamiento de su deseo.
* La demanda de retener el excremento está fundada en un deseo que es el deseo de expulsar. Pero acá la cosa no es tan sencilla por que la expulsión también es exigida en un mismo momento por el progenitor educador. Allí le es demandado al sujeto que dé algo que satisfaga la expectativa del educador: maternal en este caso. Se trata de una disciplina de la necesidad y la sexualización sólo se produce en el movimiento de retorno a la necesidad que la legitimiza como un don a la madre que espera que el niño satisfaga con sus funciones. El regalo excremento forma parte de la temática más antigua del análisis y el campo de la dialéctica anal se expresa en la oblatividad: todo para el otro, dice el obsesivo y efectivamente es lo que hace. Es en la medida en que algo le es demandado. Es en la medida en lo que algo le es demandado como don que lo que queda arrastrado en la operación es su deseo. Su deseo se va por el inodoro, esa es la posición deseante, vaciado de su deseo por el Otro
* El excremento entra en la subjetivización por vía de la demanda del Otro; retener es introducir el dominio de una parte del cuerpo que no se la debe alienar y después soltarla siempre a pedido pero es solo en tanto que simboliza la castración que el objeto "a" excremencial nos ocupa. Es alrededor de esta temática anal que por primera vez tiene ocasión de reconocerse en un objeto alrededor del cuál gira demanda de la madre, pedido de un objeto admirado y también desaprobado.
* Lo que él cree es que se ama en él la imagen que él da, mantener esa imagen lo coloca a una gran distancia de sí mismo y todo lo que hace nunca en para él sino para beneficiar la imagen."
Seminario: Estructuras clínicas: NEUROSIS.- Isidoro Vegh, Silvia Wainsztein, Batia Schwartz, Eva Lerner.- ( Centro de Salud Ameghino) - 1988
http://www.efba.org/efbaonline/lerner-42.htm
* Las obsesiones son un conjunto de ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que la persona considera intrusas o inapropiadas. Su contenido es molesto y en ocasiones incluso vergonzoso para el paciente.
* Las compulsiones son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas o formas estereotipadas que el sujeto realiza para disminuir la ansiedad. Pueden ser compulsiones conductuales, que son rituales observables, o compulsiones cognitivas, rituales no observables pues ocurren en la mente del sujeto.
* el carácter obsesivo, suele ser fruto de influencias de la infancia ejercidas por los padres del paciente, y de los que uno de ellos también era ya obsesivo. La enfermedad no es hereditaria pero se trasmite por contagio emocional. Los padres del obsesivo-compulsivo suelen ser inseguros, rígidos, con severidad excesiva, despegados o, al menos, poco expresivos con el niño. En este ambiente el futuro enfermo forma una personalidad con niveles muy altos de autoexigencia, con una hostilidad hacia sus padres que le provoca grandes sentimientos de culpa y con ellos intensa carga de ansiedad y los mecanismos de rechazo. El obsesivo es perfeccionista para defenderse de los sentimientos de culpa que le acosan.
http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=143
* El coleccionismo llega a convertirse en una obsesión en aquellos sujetos que presentan una vulnerabilidad personal como falta de autoestima, escasas habilidades sociales y trastornos a la hora de enfrentarse a los contratiempos. “Cuando aparece este sentimiento de ineficacia personal, el coleccionismo compulsivo les ayuda a sentirse mejor”
http://rdipress.com/los-coleccionables-pueden-favorecer-el-trastorno-obsesivo-compulsivo/
* "Sufrir neuróticamente de modo obsesivo es sufrir conscientemente en el pensamiento, o sea desplazar el goce inconsciente e intolerable hacia el sufrimiento del pensar.
Sufrir de modo fóbico es sufrir conscientemente el mundo que nos rodea, o sea proyectar hacia afuera, al mundo exterior, el goce inconsciente e intolerable y cristalizarlo en un elemento del medio externo, transformado ahora en el objeto amenazador de la fobia.
Sufrir de modo fóbico es sufrir conscientemente el mundo que nos rodea, o sea proyectar hacia afuera, al mundo exterior, el goce inconsciente e intolerable y cristalizarlo en un elemento del medio externo, transformado ahora en el objeto amenazador de la fobia.
En una palabra, el goce intolerable se convierte en trastornos del cuerpo en el caso de la histeria, se desplaza como alteración del pensamiento en la obsesión, y se expulsa, para retornar de inmediato como peligro exterior, en la fobia."
http://deliranteserial.blogspot.com/2008/05/diferencia-entre-la-histeria-la-obsesin.html
* Cualquier mujer puede volverse demasiado protectora, sin distinción de su clase social o educación académica. Muchos son los casos de madres que se sienten o se creen con todo el derecho de decidir sobre la vida del hijo, enseñándolos desde temprana edad a depender de lo que ella diga y ordene. En su afán de protegerles les niegan la libertad de opinar, de alzar la voz y de decidir qué hacer o no hacer con su vida. Esto no sólo les afecta en situaciones en las que está presente la madre, sino que también les acaba afectando para todas las situaciones de la vida diaria.
* El obsesivo y el histérico metabolizan la nada como trastorno; la positividad de lo que se les entrega no les alcanza.
* El histérico se camufla en el juego de las identificaciones y no se está contento hasta que encuentra una posición en la que ejerce atracción sobre los otros. Lo mismo ocurre con el obsesivo, solo que para este ultimo, las fuentes y mecanismos de asimilacion son otras. Entre histéricos y obsesivos existe divergencia en la forma en como surge y se asimila la falta y la positividad del Otro, pero en ambos casos, acontece un conflicto de ambivalencia. En la histeria, prevalece la disociacion conversiva; en el obsesivo, la racionalización analítica como condición de una disociación compulsiva. Esta racionalizacion contrasta con una angustia castratoria que solo se alivia en la estructura de una ceremonia.
* Un obsesivo puede ser muy crítico con los que ama; la causa de dicha situacion es que el obsesivo es en realidad muy crítico consigo mismo. Actúa como si le rindiese cuentas a un tribunal. De ese modo, su capacidad amatoria se ve interferida por los fantasmas de una crítica; algo lo bloquea sentimentalmente y lo evade de la dimensión dolorosa de una pérdida; ese algo, cuyo mecanismo es francamente sádico y oscuro, persiste en el obsesivo como una deuda y le perfora el corazón.
* Si nos aventuramos un poco más en la historia psicodinámica del obsesivo nos encontramos con lo siguiente: El Otro le falló. Las reiteradas ausencias de la figura amada, cuya función, apenas lo protege de la angustia, causan una respuesta reactiva e identificatoria en su persona; pero como en la histeria, es inevitable absorber la totalidad del ser amado sin su reverso siniestro. El sujeto, de ese modo, para soportar su castración, se ve obligado a cercar la abyección del Otro en un objeto fóbico, y asismismo, se ve forzado a rendirle tributo en un objeto de veneración. Ante las reiteradas ausencias, el obsesivo se construye un ideal crítico que le permite identificarse a una estructura en la que se reconoce como deudor.
* El Otro que se introyecta resulta demasiado estricto en sus exigencias y demasiado frío en su amor, el obsesivo lo identifica al agresor incorporando como el juez sádico de un tribunal. Construye en su mente la imagen magnífica de un Otro que lo protege en la medida de un tributo; de otro modo lo castiga con una severidad cercana al sadismo perverso.
* Como da Vinci, el sujeto puede destituir a las mujeres de su valor heterosexual, porque si estas fueron abandonadas por el padre, es porque en el escenario del mismo fueron indignas, insignificantes. En dicha renuncia se establece el propio yo como objeto. El sujeto se ama a si mismo pero como ellas le amaron alguna vez; se identifica en la elección de sus protectoras pero no en el ser de su identidad femenina. Hay en cambio una repulsa de dicha identidad. Es el Otro el que compensa las reiteradas ausencias como un juez.
* El Otro no perdona las cosas a medias, exige el rigor de un tributo a cambio de su amor; sino, castiga, rechaza, repulsa.
* Da Vinci construye la idea reactiva y perfecta de un ser masculino con el que se identifica, pero cuyo juez es el Otro de un padre, que en realidad, es más lejano que ausente. Digo lejano y no ausente porque de otro modo la economía mental del sujeto desemboca en una perversión o incluso en una psicosis.
* El padre debe estar presente en la escena subjetiva, pero el deber, de todos modos, no logra subsanar sus faltas y sus ausencias en la construcción compensatoria de un ideal; en esa construccion el sujeto se logra identificar intelectualmente en el establecimiento de una estructura.
* Quizás, es el discurso de la madre el que lo ausenta, el que rechaza al padre.
* Podría darse el caso también de una niña obsesiva identificada al amor que le profesa su padre despreciado por la madre; su mujer lo abyecta y se ausenta de sus funciones maternas por razones evidentes. A la madre, se la ve entonces como a un padre, como a una figura que porta la ley y al padre como a una madre, carente de ley, necesario nada más que en sus caricias. Seguramente, esa mujer será feminista y odiara a los hombres, encontrandolos insignificantes, tontos; ahora bien, renuncia al padre pero se identifica de todos modos a su eleccion, eligiendo a una mujer que represente lo que ella fue para él; en contrapartida se construye el ideal invertido de un yo perfecto, que responde a las exigencias de un Otro materno portadora de la ley.
Estos dos ejemplos no esclarecen en realidad mayormente los mecanismos que diferencian a un obsesivo del resto de las patologías. Si bien, la tendencia perversa y homosexual permanece reprimida y latente en el carácter obsesivo, solo en algunos se hace manifiesta, no siendo esencial en la formación de sintomas. Más que un problema de identificacion sexual, el obsesivo se trastorna por una deuda inconsciente que sostiene con un OTro.
* El Otro es la estructura donde los sujetos ordenan y jerarquizan sus ideales pero también es desde donde se abyectan y reprimen un sinnumero de impulsos e identificaciones, entre ellas la homosexual.
* Esencialemente, lo que se reprime en un obsesivo son fragmentos; fragmentos sexuales de un algo sumamente deseado, pero que tuvo en su momento un valor subvertivo en la construcción del ideal. Ocurre que, por una disposición totalitaria de la identidad represora, esos aspectos fragmentarios se van al fundamento; el Otro, los reprime y disocia de sus fines sociales; para el histérico, los fragmentos de su placer y del odio al abuso que se le asocia y reprime, lo desdoblan y convierten en un cuerpo del malestar; para el obsesivo, en cambio, esos fragmentos retornan bajo el dispositivo intelectual de un mecanismo compulsivo; como ausencia y agujero del mismo ideal que se construye.
* Cuando el Otro falla, y lo hace de forma reiterada, deja en la subjetividad una huella que ni el histérico ni el obsesivo pueden perdonar. Perdonar esa falla significaría ser esencialmente distintos, lo cual, los enfrentaría a ambos a un vacío desgarrador. La angustia, es la respuesta del cuerpo ante una carencia elemental de significados que lo llenen. En ese sentido, al neurótico no le queda otra opción más que asumir su malestar. Es la excesiva lejanía emocional lo que motiva al obsesivo a construir su ideal. Pero para el histérico, es la excesiva e incluso la abusiva cercanía emocional del otro sobre su cuerpo, acompañada de una intermitencia insoportable, lo que gatilla la conversión del mal en sintoma. Ambos, sin embargo, se preguntan: por qué me abandonas?
* El histérico intenta olvidar y reprimir su resentimiento, amando desenvueltamente en la superficie de una gesticulación. Cuando se encuentra con el Otro del otro que ama y de algún modo manipula, se desgarra con la violencia correspondiente a su resentimiento reprimido. Lo que aflora de ese modo son las partes del cuerpo, erotizadas en un tiempo remoto, y que no encontraron conciliación con el tipo de ideal que se forjó en contrapartida; soriasis en el cuello, una picazón en la zona genital.
* En el caso del obsesivo esa figura de proteccion apenas logró conectarse emocionalmente con él. El obsesivo intentará reprimir la furia y el despecho que le produjeron las reiteradas ausencias y retaliaciones de su Dios protector. Luego, se sentirá culpable de su odio, instaurandose el rito religioso en su conducta, mecanismo que le permite enmendar sus pecados y restituir la perfeccion del ideal. Sin embargo, el obsesivo no perdona al Otro en su indiferencia primordial.
* Lo que se instituye como ideal, se prostituye como venganza en los fragmentos disociados. Esos fragmentos, satisfacen al obsesivo disociadamente, a diferencia de un perverso, con culpa y miedo. Le teme al castigo del Otro y por ello se defiende compulsivamente de su castración.
* En la histeria, los aspectos disociados de la satisfacción sexual se manifiestan subyacentes a la totalidad y la superficie del ser amado, en la presunción romántica de un ser amado carente de fisuras, que sin embargo, abyecta el revés imperfecto de su condición real. Para el obsesivo, esos mismos aspectos reprimidos de su satisfacción sexual retornan disociados en un formato intelectual. Sus tendencias perversas y su necesidad de contacto físico solo se satisfacen en la oscuridad del secreto. Esto, motiva que en su conducta los encuentros amorosos, en los que pretende una perfección moral, se hayen disociados de su sexualidad abyecta.
* El obsesivo se complace enormente estudiando leyes, o algun asunto en el que pueda dedicar su fuerza analítica; esto ocurre, como si estuviese donandole a un Otro un bien social, como si estuviese pactando con éste una deuda. Estudia, se gradúa, se podría recibir incluso con honores y casar con su ideal intelectual, cuya virginidad y pureza lo deslumbran. Sin embargo, el obsesivo intentará una y otra vez desasirse de sus formas, intentando incluso transgredir los ritos que lo estructuran. Él quiere encontrarse y gozar en la naturaleza de sus fragmentos.
* Si el histérico encuentra en la conversión una moneda de cambio para expresar su odio reprimido bajo la forma de un goce, el obsesivo encuentra esa moneda maquinando un placer disociado de los matrimonios que lo restringen.
* El histérico le devuelve la satisfacción reprimida al Otro bajo la forma de una conversión que puede llegar a ser muy agresiva, limítrofe incluso. El obsesivo, en cambio, se mostrará sumiso y condescendiente pero tras bambalinas, dará rienda libre a la oscuridad onírica de sus fantasías puteras. El vehículo descarga su odio reprimido y encuentra un goce en el otro de la devaluación (water). El otro me satisface en tanto que basurero, como depositario del excremento. De acentuarse estas características, y sustrayendoles la culpa, estaremos en presencia de una formacion narcisista.
* El obsesivo se mantiene fiel al tipo ideal de su amor. Nada más disocia el placer erotico de su amor romántico como si fuesen cosas excluyentes.
* El narcisista no necesita la disociacion y goza controlando.
* El obsesivo encuentra desahogo en la fragmentación perversa de sus conductas. Esta actitud tiene un costo moral para su fuero interno y para el honor excelso que intenta transmitir con su yo. Se critica a si mismo con severidad por las razones antes mencionadas: por haberle fallado al Otro de su amor. El obsesivo, se siente culpable del crimen y puede caer incluso en la melancolía. Pero se angustia y no sabe muy bien porqué. Comienzan de ese modo sus ritos: para salvarse de la intolerable angustia de castración y de las persecutorias culpas, los castigos del Otro para con su pervertida conducta. La compulsión es una forma desplazada de pedir perdón.
Se alivia el sujeto de su culpa pero en el fondo desconoce porqué la angustia reaparece. La deuda persiste. En realidad, de lo que el obsesivo no se da cuenta es que el Otro es quien lo somete. El Otro es quien le exige una donacion: las culpas y ritos de su ser compulsivo. En realidad, fue el Otro primordial, el padre ausente y castigador, quien lo arrojó a una estructura disociada del odio y el resentimiento correspondientes a dicha situacion. Los intercambios mierdosos del ano con el mundo ordenaron las insoportables dicotomías. Se instauró el sentido de una deuda por la que se paga con mierda o con excesiva pulcritud. El yo reprime su agresión hacia los otros con la pulcritud y la formalidad de sus gestos y el ano se cuece de dolor, lo mismo que los impulsos sádicos (de venganza) que se repimen en su asociacion.
* El obsesivo incorpora el dolor físico o la incomodidad a su estructura. En realidad un odio culposo persiste y lo angustia. Ese odio solo se comprende como odio al desamparo, como deseo de muerte del padre y como goce perverso del cuerpo materno. Encuentra alivio en el absurdo compulsivo, en la expurgacion compensatoria de sus ritos. Para él, parece no haber otra manera de existencia más que la disociacion; se culpabiliza y se martiriza, pero eso, lo resguarda del odio que guarda en su corazón y en la profundidad mierdosa de sus razocinios.
º Màs que el dolor fisico, es una profunda sensacion de frustracion la que castra al sujeto, que entonces, sobrecarga el deseo de obtener la satisfaccion de la que se ve privado, acentuando su castraciòn en la evitaciòn racional o el detalle exagerado.
º la frustracion que produce la privacion del objeto de deseo, ligada al alimento en su condicion digestiva excremencial, encuentra una forma de control racional de los excrementos.
º la manipulacion del excremento es la forma de demostrar control racional, para obedecer la demanda de un adiestrador, cuyo amor entrega en la medida en que su lecciòn sea aprendida.
º el amor, evidentemente, no establece una exigencia de control ante la frustracion necesaria a la que se ve sometida el deseo, por ser este cosustancial a las cosas que cambian y mueren.
º en la enamoriscaciòn, se exaltan los conflictos infantiles con la autoridad, la figura de apego y los hermanos.
º en la enamoriscacion hay una polarizaciòn de los terminos, pues, o se haya la razòn sometida a los designios emocionales que provenientes del otro, o se cae indefinidamente por el precipio del desamor...la unica salida a tal dicotomia, es la racionalizacion de la perdida en rito
º el rito obsesivo, corre el peligro de atraer sobre sì, demonios, energias y pensamientos negativos, que por su condicion critica, impiden la contemplacion serena de la verdad, tergiversandola por el deseo de poder, en algo por lo que se debe renunciar y restituir simbolicamente
º el rito mantiene a raya la frustracion que produce no tener el objeto de deseo, la perdida con la que de antemano, el obsesivo se dispone a sesgar lo que tiene enfrente y juzgarse incapaz de amar irreflexivamente y sin temor a la muerte.
º en el polo de la excitacion, el amor, tanto para obsesivos,histèricos y fòbicos, tiene el modo de ser de la enamoriscacion y no del amor propiamente tal, pues al amor, se le añade un descontrol pasional, producto de una impotencia sistematica, y de una alteracion y exacerbacion profunda del deseo por resolver su perdida. Obsesion, histeria y fobia, se diferencian entre si en el modo de resolucion y en sus casusas, de modo que ciertas condiciones disponen el animo y el intelecto a producir herramientas especificas para su tramitacion.
º una solucion importante para callar la fuerza intelectiva con la que se pretende tapar el vaciìo, es encontrando paz y luz en el silencio y el relajo corporal. Por ello, ciertos ejercicios conducen la energia maligna del neurotico hacia una descarga.
º para el obsesivo, es importante definir los problemas y darles una solucion terapeutica, por ejemplo, monitorear la situacion y la finalidad de la que se desprende el pensamiento obsesivo, para su posterior ejercicio animico de resolver animicamente el problema de la ansiedad que produce. Se debe ejercitar la mente para utilizar sus herramientas positivas, de discriminacion racional, a la vez que abriendo los campos ansiògenos a una disposicion animica continua.
º el problema del obsesivo, es no poder enlazar sus racionamientos con sus emociones, las cuales se presentan disociadas y desbordantes (por el exceso de tensiòn que se deposita sobre ellas y por su imposibilidad de descarga), por lo cual, un trabajo que busque el punto de enlace entre la razòn y la emocion, es el objetivo de una terapia efectiva
* El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad (como la agorafobia, la fobia social, etc)
* es reconocido como un problema común que afecta al 2% de la población, es decir, a más de 100 millones de personas en el mundo.
...
"* los fantasmas sádicos juegan un rol importes en la economía del obsesivo.
* El obsesivo al igual que la histérica necesita de un deseo insatisfecho, es decir de un deseo más allá de la demanda: él resuelve la cuestión de la evanescencia de su deseo haciéndolo un deseo prohibido preciso por la interdicción del Otro . La muestra y a la vez no lo muestra.
* Para que haya hazaña es necesario que sean al menos tres. Alguien debe ser su testigo en su intento de obtener el permiso del Otro. Respecto al Superyo: el obsesivo se influye toda clase de tareas duras y sufridas que convergen con lo que "desean y allí las reúnen con esplendor. En nombre de eso tendría derecho a unas vacaciones durante las cuales harían lo que quisieran. Esta es la dialéctica tan conocida en el obsesivo del trabajo y las vacaciones, luego las vacaciones se revelan como tiempo perdido: de lo que se trataba era de obtener el permiso del Otro.
* en la hazaña el sujeto domina una angustia fundamental, que el Otro este allí es para él la mira esencial y que lo valide.
* él se siente amenazado por la castración del Otro de manera tan aguda que no puede acercarse a su propio deseo. A diferencia de la madre de la histeria, la madre del obsesivo dice: yo te daré todo y es el refugio al pánico que siente en el acercamiento de su deseo.
* La demanda de retener el excremento está fundada en un deseo que es el deseo de expulsar. Pero acá la cosa no es tan sencilla por que la expulsión también es exigida en un mismo momento por el progenitor educador. Allí le es demandado al sujeto que dé algo que satisfaga la expectativa del educador: maternal en este caso. Se trata de una disciplina de la necesidad y la sexualización sólo se produce en el movimiento de retorno a la necesidad que la legitimiza como un don a la madre que espera que el niño satisfaga con sus funciones. El regalo excremento forma parte de la temática más antigua del análisis y el campo de la dialéctica anal se expresa en la oblatividad: todo para el otro, dice el obsesivo y efectivamente es lo que hace. Es en la medida en que algo le es demandado. Es en la medida en lo que algo le es demandado como don que lo que queda arrastrado en la operación es su deseo. Su deseo se va por el inodoro, esa es la posición deseante, vaciado de su deseo por el Otro
* El excremento entra en la subjetivización por vía de la demanda del Otro; retener es introducir el dominio de una parte del cuerpo que no se la debe alienar y después soltarla siempre a pedido pero es solo en tanto que simboliza la castración que el objeto "a" excremencial nos ocupa. Es alrededor de esta temática anal que por primera vez tiene ocasión de reconocerse en un objeto alrededor del cuál gira demanda de la madre, pedido de un objeto admirado y también desaprobado.
* Lo que él cree es que se ama en él la imagen que él da, mantener esa imagen lo coloca a una gran distancia de sí mismo y todo lo que hace nunca en para él sino para beneficiar la imagen."
Seminario: Estructuras clínicas: NEUROSIS.- Isidoro Vegh, Silvia Wainsztein, Batia Schwartz, Eva Lerner.- ( Centro de Salud Ameghino) - 1988
http://www.efba.org/efbaonline/lerner-42.htm
* Las obsesiones son un conjunto de ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que la persona considera intrusas o inapropiadas. Su contenido es molesto y en ocasiones incluso vergonzoso para el paciente.
* Las compulsiones son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas o formas estereotipadas que el sujeto realiza para disminuir la ansiedad. Pueden ser compulsiones conductuales, que son rituales observables, o compulsiones cognitivas, rituales no observables pues ocurren en la mente del sujeto.
* el carácter obsesivo, suele ser fruto de influencias de la infancia ejercidas por los padres del paciente, y de los que uno de ellos también era ya obsesivo. La enfermedad no es hereditaria pero se trasmite por contagio emocional. Los padres del obsesivo-compulsivo suelen ser inseguros, rígidos, con severidad excesiva, despegados o, al menos, poco expresivos con el niño. En este ambiente el futuro enfermo forma una personalidad con niveles muy altos de autoexigencia, con una hostilidad hacia sus padres que le provoca grandes sentimientos de culpa y con ellos intensa carga de ansiedad y los mecanismos de rechazo. El obsesivo es perfeccionista para defenderse de los sentimientos de culpa que le acosan.
http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=143
* El coleccionismo llega a convertirse en una obsesión en aquellos sujetos que presentan una vulnerabilidad personal como falta de autoestima, escasas habilidades sociales y trastornos a la hora de enfrentarse a los contratiempos. “Cuando aparece este sentimiento de ineficacia personal, el coleccionismo compulsivo les ayuda a sentirse mejor”
http://rdipress.com/los-coleccionables-pueden-favorecer-el-trastorno-obsesivo-compulsivo/
* "Sufrir neuróticamente de modo obsesivo es sufrir conscientemente en el pensamiento, o sea desplazar el goce inconsciente e intolerable hacia el sufrimiento del pensar.
Sufrir de modo fóbico es sufrir conscientemente el mundo que nos rodea, o sea proyectar hacia afuera, al mundo exterior, el goce inconsciente e intolerable y cristalizarlo en un elemento del medio externo, transformado ahora en el objeto amenazador de la fobia.
Sufrir de modo fóbico es sufrir conscientemente el mundo que nos rodea, o sea proyectar hacia afuera, al mundo exterior, el goce inconsciente e intolerable y cristalizarlo en un elemento del medio externo, transformado ahora en el objeto amenazador de la fobia.
En una palabra, el goce intolerable se convierte en trastornos del cuerpo en el caso de la histeria, se desplaza como alteración del pensamiento en la obsesión, y se expulsa, para retornar de inmediato como peligro exterior, en la fobia."
http://deliranteserial.blogspot.com/2008/05/diferencia-entre-la-histeria-la-obsesin.html
* Cualquier mujer puede volverse demasiado protectora, sin distinción de su clase social o educación académica. Muchos son los casos de madres que se sienten o se creen con todo el derecho de decidir sobre la vida del hijo, enseñándolos desde temprana edad a depender de lo que ella diga y ordene. En su afán de protegerles les niegan la libertad de opinar, de alzar la voz y de decidir qué hacer o no hacer con su vida. Esto no sólo les afecta en situaciones en las que está presente la madre, sino que también les acaba afectando para todas las situaciones de la vida diaria.
* El obsesivo y el histérico metabolizan la nada como trastorno; la positividad de lo que se les entrega no les alcanza.
* El histérico se camufla en el juego de las identificaciones y no se está contento hasta que encuentra una posición en la que ejerce atracción sobre los otros. Lo mismo ocurre con el obsesivo, solo que para este ultimo, las fuentes y mecanismos de asimilacion son otras. Entre histéricos y obsesivos existe divergencia en la forma en como surge y se asimila la falta y la positividad del Otro, pero en ambos casos, acontece un conflicto de ambivalencia. En la histeria, prevalece la disociacion conversiva; en el obsesivo, la racionalización analítica como condición de una disociación compulsiva. Esta racionalizacion contrasta con una angustia castratoria que solo se alivia en la estructura de una ceremonia.
* Un obsesivo puede ser muy crítico con los que ama; la causa de dicha situacion es que el obsesivo es en realidad muy crítico consigo mismo. Actúa como si le rindiese cuentas a un tribunal. De ese modo, su capacidad amatoria se ve interferida por los fantasmas de una crítica; algo lo bloquea sentimentalmente y lo evade de la dimensión dolorosa de una pérdida; ese algo, cuyo mecanismo es francamente sádico y oscuro, persiste en el obsesivo como una deuda y le perfora el corazón.
* Si nos aventuramos un poco más en la historia psicodinámica del obsesivo nos encontramos con lo siguiente: El Otro le falló. Las reiteradas ausencias de la figura amada, cuya función, apenas lo protege de la angustia, causan una respuesta reactiva e identificatoria en su persona; pero como en la histeria, es inevitable absorber la totalidad del ser amado sin su reverso siniestro. El sujeto, de ese modo, para soportar su castración, se ve obligado a cercar la abyección del Otro en un objeto fóbico, y asismismo, se ve forzado a rendirle tributo en un objeto de veneración. Ante las reiteradas ausencias, el obsesivo se construye un ideal crítico que le permite identificarse a una estructura en la que se reconoce como deudor.
* El Otro que se introyecta resulta demasiado estricto en sus exigencias y demasiado frío en su amor, el obsesivo lo identifica al agresor incorporando como el juez sádico de un tribunal. Construye en su mente la imagen magnífica de un Otro que lo protege en la medida de un tributo; de otro modo lo castiga con una severidad cercana al sadismo perverso.
* Como da Vinci, el sujeto puede destituir a las mujeres de su valor heterosexual, porque si estas fueron abandonadas por el padre, es porque en el escenario del mismo fueron indignas, insignificantes. En dicha renuncia se establece el propio yo como objeto. El sujeto se ama a si mismo pero como ellas le amaron alguna vez; se identifica en la elección de sus protectoras pero no en el ser de su identidad femenina. Hay en cambio una repulsa de dicha identidad. Es el Otro el que compensa las reiteradas ausencias como un juez.
* El Otro no perdona las cosas a medias, exige el rigor de un tributo a cambio de su amor; sino, castiga, rechaza, repulsa.
* Da Vinci construye la idea reactiva y perfecta de un ser masculino con el que se identifica, pero cuyo juez es el Otro de un padre, que en realidad, es más lejano que ausente. Digo lejano y no ausente porque de otro modo la economía mental del sujeto desemboca en una perversión o incluso en una psicosis.
* El padre debe estar presente en la escena subjetiva, pero el deber, de todos modos, no logra subsanar sus faltas y sus ausencias en la construcción compensatoria de un ideal; en esa construccion el sujeto se logra identificar intelectualmente en el establecimiento de una estructura.
* Quizás, es el discurso de la madre el que lo ausenta, el que rechaza al padre.
* Podría darse el caso también de una niña obsesiva identificada al amor que le profesa su padre despreciado por la madre; su mujer lo abyecta y se ausenta de sus funciones maternas por razones evidentes. A la madre, se la ve entonces como a un padre, como a una figura que porta la ley y al padre como a una madre, carente de ley, necesario nada más que en sus caricias. Seguramente, esa mujer será feminista y odiara a los hombres, encontrandolos insignificantes, tontos; ahora bien, renuncia al padre pero se identifica de todos modos a su eleccion, eligiendo a una mujer que represente lo que ella fue para él; en contrapartida se construye el ideal invertido de un yo perfecto, que responde a las exigencias de un Otro materno portadora de la ley.
Estos dos ejemplos no esclarecen en realidad mayormente los mecanismos que diferencian a un obsesivo del resto de las patologías. Si bien, la tendencia perversa y homosexual permanece reprimida y latente en el carácter obsesivo, solo en algunos se hace manifiesta, no siendo esencial en la formación de sintomas. Más que un problema de identificacion sexual, el obsesivo se trastorna por una deuda inconsciente que sostiene con un OTro.
* El Otro es la estructura donde los sujetos ordenan y jerarquizan sus ideales pero también es desde donde se abyectan y reprimen un sinnumero de impulsos e identificaciones, entre ellas la homosexual.
* Esencialemente, lo que se reprime en un obsesivo son fragmentos; fragmentos sexuales de un algo sumamente deseado, pero que tuvo en su momento un valor subvertivo en la construcción del ideal. Ocurre que, por una disposición totalitaria de la identidad represora, esos aspectos fragmentarios se van al fundamento; el Otro, los reprime y disocia de sus fines sociales; para el histérico, los fragmentos de su placer y del odio al abuso que se le asocia y reprime, lo desdoblan y convierten en un cuerpo del malestar; para el obsesivo, en cambio, esos fragmentos retornan bajo el dispositivo intelectual de un mecanismo compulsivo; como ausencia y agujero del mismo ideal que se construye.
* Cuando el Otro falla, y lo hace de forma reiterada, deja en la subjetividad una huella que ni el histérico ni el obsesivo pueden perdonar. Perdonar esa falla significaría ser esencialmente distintos, lo cual, los enfrentaría a ambos a un vacío desgarrador. La angustia, es la respuesta del cuerpo ante una carencia elemental de significados que lo llenen. En ese sentido, al neurótico no le queda otra opción más que asumir su malestar. Es la excesiva lejanía emocional lo que motiva al obsesivo a construir su ideal. Pero para el histérico, es la excesiva e incluso la abusiva cercanía emocional del otro sobre su cuerpo, acompañada de una intermitencia insoportable, lo que gatilla la conversión del mal en sintoma. Ambos, sin embargo, se preguntan: por qué me abandonas?
* El histérico intenta olvidar y reprimir su resentimiento, amando desenvueltamente en la superficie de una gesticulación. Cuando se encuentra con el Otro del otro que ama y de algún modo manipula, se desgarra con la violencia correspondiente a su resentimiento reprimido. Lo que aflora de ese modo son las partes del cuerpo, erotizadas en un tiempo remoto, y que no encontraron conciliación con el tipo de ideal que se forjó en contrapartida; soriasis en el cuello, una picazón en la zona genital.
* En el caso del obsesivo esa figura de proteccion apenas logró conectarse emocionalmente con él. El obsesivo intentará reprimir la furia y el despecho que le produjeron las reiteradas ausencias y retaliaciones de su Dios protector. Luego, se sentirá culpable de su odio, instaurandose el rito religioso en su conducta, mecanismo que le permite enmendar sus pecados y restituir la perfeccion del ideal. Sin embargo, el obsesivo no perdona al Otro en su indiferencia primordial.
* Lo que se instituye como ideal, se prostituye como venganza en los fragmentos disociados. Esos fragmentos, satisfacen al obsesivo disociadamente, a diferencia de un perverso, con culpa y miedo. Le teme al castigo del Otro y por ello se defiende compulsivamente de su castración.
* En la histeria, los aspectos disociados de la satisfacción sexual se manifiestan subyacentes a la totalidad y la superficie del ser amado, en la presunción romántica de un ser amado carente de fisuras, que sin embargo, abyecta el revés imperfecto de su condición real. Para el obsesivo, esos mismos aspectos reprimidos de su satisfacción sexual retornan disociados en un formato intelectual. Sus tendencias perversas y su necesidad de contacto físico solo se satisfacen en la oscuridad del secreto. Esto, motiva que en su conducta los encuentros amorosos, en los que pretende una perfección moral, se hayen disociados de su sexualidad abyecta.
* El obsesivo se complace enormente estudiando leyes, o algun asunto en el que pueda dedicar su fuerza analítica; esto ocurre, como si estuviese donandole a un Otro un bien social, como si estuviese pactando con éste una deuda. Estudia, se gradúa, se podría recibir incluso con honores y casar con su ideal intelectual, cuya virginidad y pureza lo deslumbran. Sin embargo, el obsesivo intentará una y otra vez desasirse de sus formas, intentando incluso transgredir los ritos que lo estructuran. Él quiere encontrarse y gozar en la naturaleza de sus fragmentos.
* Si el histérico encuentra en la conversión una moneda de cambio para expresar su odio reprimido bajo la forma de un goce, el obsesivo encuentra esa moneda maquinando un placer disociado de los matrimonios que lo restringen.
* El histérico le devuelve la satisfacción reprimida al Otro bajo la forma de una conversión que puede llegar a ser muy agresiva, limítrofe incluso. El obsesivo, en cambio, se mostrará sumiso y condescendiente pero tras bambalinas, dará rienda libre a la oscuridad onírica de sus fantasías puteras. El vehículo descarga su odio reprimido y encuentra un goce en el otro de la devaluación (water). El otro me satisface en tanto que basurero, como depositario del excremento. De acentuarse estas características, y sustrayendoles la culpa, estaremos en presencia de una formacion narcisista.
* El obsesivo se mantiene fiel al tipo ideal de su amor. Nada más disocia el placer erotico de su amor romántico como si fuesen cosas excluyentes.
* El narcisista no necesita la disociacion y goza controlando.
* El obsesivo encuentra desahogo en la fragmentación perversa de sus conductas. Esta actitud tiene un costo moral para su fuero interno y para el honor excelso que intenta transmitir con su yo. Se critica a si mismo con severidad por las razones antes mencionadas: por haberle fallado al Otro de su amor. El obsesivo, se siente culpable del crimen y puede caer incluso en la melancolía. Pero se angustia y no sabe muy bien porqué. Comienzan de ese modo sus ritos: para salvarse de la intolerable angustia de castración y de las persecutorias culpas, los castigos del Otro para con su pervertida conducta. La compulsión es una forma desplazada de pedir perdón.
Se alivia el sujeto de su culpa pero en el fondo desconoce porqué la angustia reaparece. La deuda persiste. En realidad, de lo que el obsesivo no se da cuenta es que el Otro es quien lo somete. El Otro es quien le exige una donacion: las culpas y ritos de su ser compulsivo. En realidad, fue el Otro primordial, el padre ausente y castigador, quien lo arrojó a una estructura disociada del odio y el resentimiento correspondientes a dicha situacion. Los intercambios mierdosos del ano con el mundo ordenaron las insoportables dicotomías. Se instauró el sentido de una deuda por la que se paga con mierda o con excesiva pulcritud. El yo reprime su agresión hacia los otros con la pulcritud y la formalidad de sus gestos y el ano se cuece de dolor, lo mismo que los impulsos sádicos (de venganza) que se repimen en su asociacion.
* El obsesivo incorpora el dolor físico o la incomodidad a su estructura. En realidad un odio culposo persiste y lo angustia. Ese odio solo se comprende como odio al desamparo, como deseo de muerte del padre y como goce perverso del cuerpo materno. Encuentra alivio en el absurdo compulsivo, en la expurgacion compensatoria de sus ritos. Para él, parece no haber otra manera de existencia más que la disociacion; se culpabiliza y se martiriza, pero eso, lo resguarda del odio que guarda en su corazón y en la profundidad mierdosa de sus razocinios.
º Màs que el dolor fisico, es una profunda sensacion de frustracion la que castra al sujeto, que entonces, sobrecarga el deseo de obtener la satisfaccion de la que se ve privado, acentuando su castraciòn en la evitaciòn racional o el detalle exagerado.
º la frustracion que produce la privacion del objeto de deseo, ligada al alimento en su condicion digestiva excremencial, encuentra una forma de control racional de los excrementos.
º la manipulacion del excremento es la forma de demostrar control racional, para obedecer la demanda de un adiestrador, cuyo amor entrega en la medida en que su lecciòn sea aprendida.
º el amor, evidentemente, no establece una exigencia de control ante la frustracion necesaria a la que se ve sometida el deseo, por ser este cosustancial a las cosas que cambian y mueren.
º en la enamoriscaciòn, se exaltan los conflictos infantiles con la autoridad, la figura de apego y los hermanos.
º en la enamoriscacion hay una polarizaciòn de los terminos, pues, o se haya la razòn sometida a los designios emocionales que provenientes del otro, o se cae indefinidamente por el precipio del desamor...la unica salida a tal dicotomia, es la racionalizacion de la perdida en rito
º el rito obsesivo, corre el peligro de atraer sobre sì, demonios, energias y pensamientos negativos, que por su condicion critica, impiden la contemplacion serena de la verdad, tergiversandola por el deseo de poder, en algo por lo que se debe renunciar y restituir simbolicamente
º el rito mantiene a raya la frustracion que produce no tener el objeto de deseo, la perdida con la que de antemano, el obsesivo se dispone a sesgar lo que tiene enfrente y juzgarse incapaz de amar irreflexivamente y sin temor a la muerte.
º en el polo de la excitacion, el amor, tanto para obsesivos,histèricos y fòbicos, tiene el modo de ser de la enamoriscacion y no del amor propiamente tal, pues al amor, se le añade un descontrol pasional, producto de una impotencia sistematica, y de una alteracion y exacerbacion profunda del deseo por resolver su perdida. Obsesion, histeria y fobia, se diferencian entre si en el modo de resolucion y en sus casusas, de modo que ciertas condiciones disponen el animo y el intelecto a producir herramientas especificas para su tramitacion.
º una solucion importante para callar la fuerza intelectiva con la que se pretende tapar el vaciìo, es encontrando paz y luz en el silencio y el relajo corporal. Por ello, ciertos ejercicios conducen la energia maligna del neurotico hacia una descarga.
º para el obsesivo, es importante definir los problemas y darles una solucion terapeutica, por ejemplo, monitorear la situacion y la finalidad de la que se desprende el pensamiento obsesivo, para su posterior ejercicio animico de resolver animicamente el problema de la ansiedad que produce. Se debe ejercitar la mente para utilizar sus herramientas positivas, de discriminacion racional, a la vez que abriendo los campos ansiògenos a una disposicion animica continua.
º el problema del obsesivo, es no poder enlazar sus racionamientos con sus emociones, las cuales se presentan disociadas y desbordantes (por el exceso de tensiòn que se deposita sobre ellas y por su imposibilidad de descarga), por lo cual, un trabajo que busque el punto de enlace entre la razòn y la emocion, es el objetivo de una terapia efectiva
jueves, 26 de agosto de 2010
Cama león
* Los histeriquillos se camuflan en el Otro. Cuantos Elvis y Jimmyes andan por ahí escondiendo sus yoes verdaderos?; alguna forma o estilo ex-tranjero los salva de ser ellos mismos; cuantos heideggerianos-nazis se hallan incluso entre la población mestiza? Para idolos extranjeros siempre hay una version chilensis o una réplica india; bandas de covers, empresarios que cierran negocios disfrazados de chaqueta y corbata y con un vistoso maletín; mujeres de pelo amarillo que reproducen el modelo barbie; y asi sucesivamente, el proceso deconstructivo es eterno; incluso un folklórista -apegado excesivamente a la reproduccion de una raiz popular- no deja de apelar a una influencia que copia y simula ser lo que no es.
En imitar no hay engaño. El juego consiste en esconderle el secreto al otro. En el fondo de todas las copias se guardan con disimulo las cartas. Más le vale al histerico simular los yoes y las palabras que lo influencian para no quedar en evidencia, como un copión; más le vale no enfrentarse a su castración por el rechazo de otros.
El histerico se acerca al travesti en la simulacion. Ahora bien, su identificación sexual permanece; no se transgrede ni simula ser otra, aunque muden sus objetos e investiduras; el prototipo de un otro que se elige y desea no está del todo quieto pero la identificación sexual del yo es el pivote desde donde el histerico trabaja sus cambios. El histérico busca homosexualmente su identidad cuando transgrede un límite. De la homo y la bisexualidad al trasvestismo hay nada más que un intervalo.
Los modelos auténticos ya no son más que abono. El histerico salva al otro de su muerte copiando su modelo; manía ex-céntrica de ser otro; paradoja eterna de seguir un modelo ideal pero que asoma una contradiccion conversiva. O se es nadie en la masa anonima o se es alguien diferente. El histerico busca la diferencia en sus ideales. Cuando los histéricos se camuflan bajo el aspecto extraordinario de un líder, al que evidentemente admiran o envidian cuando se identifican a su modelo, pare-sen ser ellos mismos los que gozan de un triunfo sobre los demás; en el fondo, son subsidiarios de un Otro que siempre les ofrece un formato. Al histérico le cuesta sacarse el disfraz. Le resulta incómoda la soledad bajo el mundo de apariencias del que participan. Tras esa fuerte ligadura con sus semejantes se esconde una ligadura simbólica con Otro
La tendencia mimética del histérico guarda respeto por la identidad. Se aleja en dicho sentido del antisocial y se distingue del limítrofe porque este ultimo, a pesar de que no llega a ser antisocial, no respeta los límites ni el sentido común, y aunque se mostrara orgulloso, ni siquiera se guarda lealtad consigo mismo. Lo que distingue al histérico del límitrofe es su expresa y humilde actitud de servicio con los otros. Se someten al juego imaginario de las identificaciones respetando el sentido común. La rebelión les viene desde el cuerpo pero por otras razones y por otros mecanismos: la disociación; el mal se expurga y el dolor se aminora en la conversión histérica: el síntoma enfermizo, el llanto, la angustia.
Sobresale a veces, en una posición amatoria que lo distingue del resto por su extraña (y a veces superficial) forma de identificacion con el otro de su amor. Reciben de este lo que nadie más quiere : su abyeccion. De ese modo, el histerico sumiso lo es en la medida en que quiere salvarse salvando a otros: apoderandose del Otro en un trance de ex-purgacion. Baste ejemplificar que hay muchas psicólogas y la tendencia va en franco aumento.
Existen otras opciones. Hay histéricos que se revelan contra el gesto sumiso del buen samaritano. No aceptan el mal del Otro en la subjetividad. Se acercan a la tendencia narcisista del limítrofe, pero cierto respeto los distingue como víctimas y no como victimarios. Se revelan contra la indeterminación y la mediocridad de sus congéneres, desean unicamente lo bueno de los otros: su intrés erotico. Cercan los males ajenos con guantes quirúrjicos pero se muestran dóciles y permeables con lo que admiran. Ahora bien, no hay histérico capaz de controlar plenamente sus identificaciones porque aquello que viene junto al don guarda necesariamente un reverso. Al histérico le es inevitable absorber los adhesivos abyectos de su ser amado completo. A menos que uno se identifique fragmentariamente, de un modo demencial, resulta imposible no interpretar el drama de una contradiccion. Se abyectan ellos mismos sufriendo unos espasmos o poseídos en la embriaguez de un Dios castigador.
Un histérico puede rayar en el límite de lo excéntrico; atrae la atención sobre si, extravertido en los otros, viviendo en función de un otro que se sitúa demasiado cerca. El drama más singular del histérico resulta del no hallar una intimidad propia y segura. Se entregan al Otro pero no sin defensas. Hay un gesto narcisista del asco que los defiende de la enfermedad. El masoquismo y la humildad aminoran el gesto egolatra, pero nunca del todo. El gesto amoroso de Narciso es despótico, territorial y subyace hasta al más devoto: gesto de control omnipotente sobre el otro. Ese es el caso singularísimo del limítrofe, quien se muestra pasivo y se considera incapaz de producir un bien social. Tiene miedo del amor abyecto de un Otro y del suyo propio. A su necesidad de atención se añade la necesidad de control. El histérico, en cambio, guarda en su corazón un gesto más humilde, incluso de profunda consideracion y congoja con los otros. Se ama en función de una totalidad y no de un fragmento. Se entregan en cuerpo y alma al Otro. Llegan a ser incluso dependientes, aunque en esos casos, es mas bien la perversión masoquista lo que les seduce. Pero no dejan por ello de ser histéricos. La histeria es un concepto clinico que designa una amplia gama de variación en su estructura, pero a todos, sin embargo, los atraviesa una misma situación: la incapacidad de tolerar la maldad del Otro.
No es un asunto de mujeres el andar histeriquiando por ahí. En alguna medida, todos interpretamos una Obra. Se teme a la separación y la lejanía o rechazo de los otros, que se abyecta en el cuerpo como rechazo propio. Un amo explotador es desafiado por la fuerza fragmentaria del síntoma. No hace falta gozar de un útero y de una vagina para sentir los profundos acoplamientos eléctricos del Dios reprimido. Ese Dios represo, que dona y reprime siendo él mismo reprimible en su gesto ambiguo (en tanto que se le ama: me ama, pero en tanto que le amo, me odia, le odio). El amo ama desplazando al sujeto, poseyendolo: lo desdobla; el sujeto no soporta la abyeccion del Otro en su palabra; el único recurso que le queda son las descargas del cuerpo: la moneda de cambio por el abuso que me haces sufrir.
* Los líderes del anarkismo se señalan a sí mismos muchas veces copiando un modelo, y sobre su pesar y orgullo narcisista se quejan. Les pesa el deberse eternamente a un Otro... humanamente podrido en su interés personal. "El Otro me mea encima" y eso no se soporta. El único Otro al que se interpela el anarkista es el sí mismo unido a su sustancia divina, la tierra (o quizás el cielo estrellado, vaya a saber uno). Se acoplan a la identidad cuan si fuesen niños hechos de fragmento. Su ley se envanece de sí misma en la radicalidad opuesta del colectivismo sistémico; no se tranza con los totalitarismos homogéneos. El anarkista vive mejor desconectado, pero a diferencia del hippie, tomando las piedras, tirandolas en contra del agresor; no se deja pisotear tan facilmente.
* El comediante, muy en la línea de lo histérico, goza exhibiendo perversamente la indignidad de otros, meándolos incluso. El comediante marca territorio con sus burlas,centrandose el mismo como dominante en su vertiente narcisista. Lo dominado, es la castración, pero la castracion de un otro al que se señala desvalido; dicha proyeccion permite un estado de superioridad en el comediante y sus comediados (el público), en el que la atención del Otro recae sobre el yo comediante, pero solo a través del objeto de burla, el objeto de lo comediado. Se me viene el ejemplo del Quijote, donde Cervantes lo arroja sin mas a la risa de un publico que traspasa las fronteras del tiempo y del espacio, que podría llegar a sentir piedad pero que en el fondo, se quiere reir de la desgracia ajena. La atención tiene por objeto la burla y la castracion de un otro. El público proyecta la castración en un chivo expiatorio; las desventuras de don Quijote alivian al publico y a su mismo autor de un sentimiento de minusvalía. Cervantes logra un éxito personal por la atención y risa de los otros en su narrativa, pero gracias a las locuras y desventuras de SU don Quijote, SU obra. La castración se proyecta en un otro; Su autor desea ganar un sentido de propiedad y de triunfo sobre los otros, que solo se legitima por la risa de un público que se identifique a ese sentido de propieda y triunfo que el autor intenta transmitir.
Ahora bien, justo en el sesgo proyectivo de dicha situacion cómica, y para no decir que el humor es un asunto unicamente histérico, se vislumbra su vertiente compulsiva. La necesidad de un todo completo y controlado que considere la castración como un fenómeno de todos, incluso de su autor. Ni siquiera el comediante puede abstraerse de su situacion engorrosa. La castración recae en el yo co-mediante como en los otros; afecta al agente que moviliza el buen humor. Hay que advertir de todos modos, que si el obsesivo se situa en la posición de víctima respecto de su castración frente a otros, nunca por eso pierde su sesgo histerico (que lo distingue del resto); focaliza las miradas sobre si de un modo rídículo, abyecto incluso, pero se salva de la verguenza ajena por ser el mismo el agente de dicha situacion; eso si, muy en el límite, tocando el cuerpo y la identificacion de lo comediado en un Otro. La identificacion publica es en realidad pubica: agresión del ser honesto en los límites de una competencia; muy en el límite, colindando con el exhibicionismo y el sado-masoquismo perverso. Mientras más abyecta la broma, más perversa será su dinámica de exclusion y burla. Ejemplos?: Chaplin, Woody Allen, Jim CArrey, Fiodor Pavlovich Karamazov...
* El fóbico mira a sus semejantes a través de sombras. Mira lo siniestro, el agujero de lo real pero que se transfiere al si mismo por la angustia. Experiencias de la muerte que lo oprimen: la suya propia o la de un ser querido. Lo que de ese modo se aparece en el espacio vacío es la muerte, pero desde la muerte y las sombras se proyecta un Otro cuyo representado es la Vida misma; ante los ojos denunciantes de un tribunal y ante todos los ivas de su condición temporal (pro, intro y nosto)!: situación radicalmente propia pero exorbitantemente ajena; esta paradoja hace inasimilable el temor, porque cuando el fóbico es sorprendido, es arrancado de sus esquemas y arrojado a las tinieblas del horror.
Por un mecanismo que sigue un sesgo obsesivo el sujeto es sometido a un tribunal en el que no se tiene derecho a réplica, en el que la unica reaccion posible es el terror. En ese tribunal el juez inapelable es curiosamente "un objeto" que para los efectos del caso, condensa la muerte y lo indeterminado desde su posición particular. Esto le permite al fóbico salvarse de la locura, como un niño, cercando su miedo de abyecto, manteniendo un "cierto control" que lo salva un indeterminado impredecible, de una crisis de angustia por ejemplo. La idea y sensacion de que no hay opcion más que la muerte y la angustia, acontecen unicamente cuando los límites del mundo son transgredidos por completo. El objeto fóbico se haya ligado a una circunstancia abyecta más nítida y neurótica que en la crisis de angustia (más cercana a la locura); por una cuestión económica, lo indeterminado se reprime y abyecta, como vacío y persecusión de un ser malo. El objeto que se toma para su condensacion le permite al sujeto mantenerse alejado, distante y alerta de su persecusion.
Una de las diferencias visibles que distinguen al fobico del paranoico, es que a este último la acusacion le viene de un Otro disperso. El fóbico aprecia intelectualmente el absurdo de su condicion particular; cerca lo abyecto en el temor de un objeto, de una cosa sobre la que se tiene un control, pero que de todas formas le resulta inasible (cucarachas, arañas, encierros...); el objeto fóbico resulta exorbitante y panicoso por una condicion paradójica: la de ser un particular indeterminado. El paranoico por su parte, no comprende la situacion paradojal de su miedo y se deja poseer por los influjos de un maligno, en la imaginación de que el yo corporeo es el que sufre su persecusión; desde algo indeterminado, sin nada particular que le permita un control; cerrado en definitiva a la posibilidad de un absurdo, porque es Dios quien lo elige como objeto de castigo. En una rumiación obesiva, un Otro me persigue y se burla de mi, pero en una rumiacion delirante, no se puede comprender que otro sea mejor que yo. Ese sentido de superioridad lo es respecto del Dios omnipotente con el que se guarda una estrecha y singular relacion de castigo y expurgacion; inaccesible para un otro, desbordante y fragmentaria en las inervaciones del cuerpo.
* Lo limítrofe se distingue unicamente en el deterioro de un juicio: en lo irracional de sus creencias y conductas y en la perseverancia de un goce narcisista, que exige su moneda de cambio desde una posicion ambigua: como víctima y victimario, como agente y paciente de una lucha. A esos señores, a los que se les intenta pacientizar con el encierro, unicamente son límites por el desafío narcisista de un amo que no les ama ni protege; se muestran muy llamativos y reacios a la ley abyecta del Otro; atraen, en su renuncia a la palabra, la agresión (sumisa o activa) del Otro sobre su cuerpo, que de ese modo, abyecta al yo y a los otros de un sentido común. El Otro se apodera del cuerpo abyectándolo. El suicidio y la amenaza son sus descargas. El cuerpo se fragmenta al igual que el yo / que se identifica al cuerpo fragmentado) lo que en definitiva, no permite la sumisión de su voluntad a un Otro déspota, explotador, y que ama en la medida en que posee y destituye la dignidad propia. Si se muere, se muere por Otro.
Yo se que tu no sabes que yo sé. Tú sabes que crees que yo no sé que tú sabes que yo no sé.
* La irresponsabilidad y el trauma acercan el juicio y la muerte a la cama. En el juicio de la autoacusacion, el yo se debate en un tribunal. Melancolicos en su mayoria, cuya tendencia narcisista y obsesiva (de ambivalencias perfectas) lo interpelan al autoflagelo; pero incluso el delincuente perverso, debe rendir cuenta por sus horrores ante un tribunal escenificado en su conciencia. El dictamen, de ser melancólico, cede paso a las culpas, y sobre todo, cuando la muerte le interpela y obsesiona. El Otro del amor melancólico induce manías o triunfos que borran las faltas y las deudas con la historia, como si ya estuviese todo resuelto. Y uno se termina por convencer. Ahora bien, cuando el dictamen del juez es omitido incluso en la capacidad autoflagelante de la culpa, la abyección se introduce en el cuerpo, como una imposibilidad de comprensión. El autoflagelo, es el mecanismo de control social intravertido en los sujetos neuróticos, que induce las melancolías y las diferentes manías, pero cuando ese mecanismo es omitido, o cuando el rigor intelectual se aleja de la realidad para su liberacion postrera, los fantasmas del crimen toman el cuerpo y lo abyectan, sobre todo en sus capacidades cognitivas de comunicacion y comprension con los otros. Ya sea porque no se asimila el enjuiciamento de las victimas o porque uno mismo es la víctima de algo invencible, se cae en un estado de profunda degeneración. Un estado de manía niega el acontecer preterito y desvanece las posibilidades de ser prospecto. Pero un estado demencial niega incluso su propia identidad para trascender el juicio del Otro, para salir ileso del tribunal.
La trascendencia con los otros se niega siendo abyecto, trascendiendo la historia en el silencio represor. Los crímenes del pasado se encubren con el implacable sonido del silencio. No por eso, la fuerza obsesiva deja de funcionar. No por eso el yo deja de autoindicarse como objeto, pero esta vez, de un modo regresivo, en el cuerpo; como los niños irresponsables que alguna vez fueron para un Otro del cementerio.
*
En imitar no hay engaño. El juego consiste en esconderle el secreto al otro. En el fondo de todas las copias se guardan con disimulo las cartas. Más le vale al histerico simular los yoes y las palabras que lo influencian para no quedar en evidencia, como un copión; más le vale no enfrentarse a su castración por el rechazo de otros.
El histerico se acerca al travesti en la simulacion. Ahora bien, su identificación sexual permanece; no se transgrede ni simula ser otra, aunque muden sus objetos e investiduras; el prototipo de un otro que se elige y desea no está del todo quieto pero la identificación sexual del yo es el pivote desde donde el histerico trabaja sus cambios. El histérico busca homosexualmente su identidad cuando transgrede un límite. De la homo y la bisexualidad al trasvestismo hay nada más que un intervalo.
Los modelos auténticos ya no son más que abono. El histerico salva al otro de su muerte copiando su modelo; manía ex-céntrica de ser otro; paradoja eterna de seguir un modelo ideal pero que asoma una contradiccion conversiva. O se es nadie en la masa anonima o se es alguien diferente. El histerico busca la diferencia en sus ideales. Cuando los histéricos se camuflan bajo el aspecto extraordinario de un líder, al que evidentemente admiran o envidian cuando se identifican a su modelo, pare-sen ser ellos mismos los que gozan de un triunfo sobre los demás; en el fondo, son subsidiarios de un Otro que siempre les ofrece un formato. Al histérico le cuesta sacarse el disfraz. Le resulta incómoda la soledad bajo el mundo de apariencias del que participan. Tras esa fuerte ligadura con sus semejantes se esconde una ligadura simbólica con Otro
La tendencia mimética del histérico guarda respeto por la identidad. Se aleja en dicho sentido del antisocial y se distingue del limítrofe porque este ultimo, a pesar de que no llega a ser antisocial, no respeta los límites ni el sentido común, y aunque se mostrara orgulloso, ni siquiera se guarda lealtad consigo mismo. Lo que distingue al histérico del límitrofe es su expresa y humilde actitud de servicio con los otros. Se someten al juego imaginario de las identificaciones respetando el sentido común. La rebelión les viene desde el cuerpo pero por otras razones y por otros mecanismos: la disociación; el mal se expurga y el dolor se aminora en la conversión histérica: el síntoma enfermizo, el llanto, la angustia.
Sobresale a veces, en una posición amatoria que lo distingue del resto por su extraña (y a veces superficial) forma de identificacion con el otro de su amor. Reciben de este lo que nadie más quiere : su abyeccion. De ese modo, el histerico sumiso lo es en la medida en que quiere salvarse salvando a otros: apoderandose del Otro en un trance de ex-purgacion. Baste ejemplificar que hay muchas psicólogas y la tendencia va en franco aumento.
Existen otras opciones. Hay histéricos que se revelan contra el gesto sumiso del buen samaritano. No aceptan el mal del Otro en la subjetividad. Se acercan a la tendencia narcisista del limítrofe, pero cierto respeto los distingue como víctimas y no como victimarios. Se revelan contra la indeterminación y la mediocridad de sus congéneres, desean unicamente lo bueno de los otros: su intrés erotico. Cercan los males ajenos con guantes quirúrjicos pero se muestran dóciles y permeables con lo que admiran. Ahora bien, no hay histérico capaz de controlar plenamente sus identificaciones porque aquello que viene junto al don guarda necesariamente un reverso. Al histérico le es inevitable absorber los adhesivos abyectos de su ser amado completo. A menos que uno se identifique fragmentariamente, de un modo demencial, resulta imposible no interpretar el drama de una contradiccion. Se abyectan ellos mismos sufriendo unos espasmos o poseídos en la embriaguez de un Dios castigador.
Un histérico puede rayar en el límite de lo excéntrico; atrae la atención sobre si, extravertido en los otros, viviendo en función de un otro que se sitúa demasiado cerca. El drama más singular del histérico resulta del no hallar una intimidad propia y segura. Se entregan al Otro pero no sin defensas. Hay un gesto narcisista del asco que los defiende de la enfermedad. El masoquismo y la humildad aminoran el gesto egolatra, pero nunca del todo. El gesto amoroso de Narciso es despótico, territorial y subyace hasta al más devoto: gesto de control omnipotente sobre el otro. Ese es el caso singularísimo del limítrofe, quien se muestra pasivo y se considera incapaz de producir un bien social. Tiene miedo del amor abyecto de un Otro y del suyo propio. A su necesidad de atención se añade la necesidad de control. El histérico, en cambio, guarda en su corazón un gesto más humilde, incluso de profunda consideracion y congoja con los otros. Se ama en función de una totalidad y no de un fragmento. Se entregan en cuerpo y alma al Otro. Llegan a ser incluso dependientes, aunque en esos casos, es mas bien la perversión masoquista lo que les seduce. Pero no dejan por ello de ser histéricos. La histeria es un concepto clinico que designa una amplia gama de variación en su estructura, pero a todos, sin embargo, los atraviesa una misma situación: la incapacidad de tolerar la maldad del Otro.
No es un asunto de mujeres el andar histeriquiando por ahí. En alguna medida, todos interpretamos una Obra. Se teme a la separación y la lejanía o rechazo de los otros, que se abyecta en el cuerpo como rechazo propio. Un amo explotador es desafiado por la fuerza fragmentaria del síntoma. No hace falta gozar de un útero y de una vagina para sentir los profundos acoplamientos eléctricos del Dios reprimido. Ese Dios represo, que dona y reprime siendo él mismo reprimible en su gesto ambiguo (en tanto que se le ama: me ama, pero en tanto que le amo, me odia, le odio). El amo ama desplazando al sujeto, poseyendolo: lo desdobla; el sujeto no soporta la abyeccion del Otro en su palabra; el único recurso que le queda son las descargas del cuerpo: la moneda de cambio por el abuso que me haces sufrir.
* Los líderes del anarkismo se señalan a sí mismos muchas veces copiando un modelo, y sobre su pesar y orgullo narcisista se quejan. Les pesa el deberse eternamente a un Otro... humanamente podrido en su interés personal. "El Otro me mea encima" y eso no se soporta. El único Otro al que se interpela el anarkista es el sí mismo unido a su sustancia divina, la tierra (o quizás el cielo estrellado, vaya a saber uno). Se acoplan a la identidad cuan si fuesen niños hechos de fragmento. Su ley se envanece de sí misma en la radicalidad opuesta del colectivismo sistémico; no se tranza con los totalitarismos homogéneos. El anarkista vive mejor desconectado, pero a diferencia del hippie, tomando las piedras, tirandolas en contra del agresor; no se deja pisotear tan facilmente.
* El comediante, muy en la línea de lo histérico, goza exhibiendo perversamente la indignidad de otros, meándolos incluso. El comediante marca territorio con sus burlas,centrandose el mismo como dominante en su vertiente narcisista. Lo dominado, es la castración, pero la castracion de un otro al que se señala desvalido; dicha proyeccion permite un estado de superioridad en el comediante y sus comediados (el público), en el que la atención del Otro recae sobre el yo comediante, pero solo a través del objeto de burla, el objeto de lo comediado. Se me viene el ejemplo del Quijote, donde Cervantes lo arroja sin mas a la risa de un publico que traspasa las fronteras del tiempo y del espacio, que podría llegar a sentir piedad pero que en el fondo, se quiere reir de la desgracia ajena. La atención tiene por objeto la burla y la castracion de un otro. El público proyecta la castración en un chivo expiatorio; las desventuras de don Quijote alivian al publico y a su mismo autor de un sentimiento de minusvalía. Cervantes logra un éxito personal por la atención y risa de los otros en su narrativa, pero gracias a las locuras y desventuras de SU don Quijote, SU obra. La castración se proyecta en un otro; Su autor desea ganar un sentido de propiedad y de triunfo sobre los otros, que solo se legitima por la risa de un público que se identifique a ese sentido de propieda y triunfo que el autor intenta transmitir.
Ahora bien, justo en el sesgo proyectivo de dicha situacion cómica, y para no decir que el humor es un asunto unicamente histérico, se vislumbra su vertiente compulsiva. La necesidad de un todo completo y controlado que considere la castración como un fenómeno de todos, incluso de su autor. Ni siquiera el comediante puede abstraerse de su situacion engorrosa. La castración recae en el yo co-mediante como en los otros; afecta al agente que moviliza el buen humor. Hay que advertir de todos modos, que si el obsesivo se situa en la posición de víctima respecto de su castración frente a otros, nunca por eso pierde su sesgo histerico (que lo distingue del resto); focaliza las miradas sobre si de un modo rídículo, abyecto incluso, pero se salva de la verguenza ajena por ser el mismo el agente de dicha situacion; eso si, muy en el límite, tocando el cuerpo y la identificacion de lo comediado en un Otro. La identificacion publica es en realidad pubica: agresión del ser honesto en los límites de una competencia; muy en el límite, colindando con el exhibicionismo y el sado-masoquismo perverso. Mientras más abyecta la broma, más perversa será su dinámica de exclusion y burla. Ejemplos?: Chaplin, Woody Allen, Jim CArrey, Fiodor Pavlovich Karamazov...
* El fóbico mira a sus semejantes a través de sombras. Mira lo siniestro, el agujero de lo real pero que se transfiere al si mismo por la angustia. Experiencias de la muerte que lo oprimen: la suya propia o la de un ser querido. Lo que de ese modo se aparece en el espacio vacío es la muerte, pero desde la muerte y las sombras se proyecta un Otro cuyo representado es la Vida misma; ante los ojos denunciantes de un tribunal y ante todos los ivas de su condición temporal (pro, intro y nosto)!: situación radicalmente propia pero exorbitantemente ajena; esta paradoja hace inasimilable el temor, porque cuando el fóbico es sorprendido, es arrancado de sus esquemas y arrojado a las tinieblas del horror.
Por un mecanismo que sigue un sesgo obsesivo el sujeto es sometido a un tribunal en el que no se tiene derecho a réplica, en el que la unica reaccion posible es el terror. En ese tribunal el juez inapelable es curiosamente "un objeto" que para los efectos del caso, condensa la muerte y lo indeterminado desde su posición particular. Esto le permite al fóbico salvarse de la locura, como un niño, cercando su miedo de abyecto, manteniendo un "cierto control" que lo salva un indeterminado impredecible, de una crisis de angustia por ejemplo. La idea y sensacion de que no hay opcion más que la muerte y la angustia, acontecen unicamente cuando los límites del mundo son transgredidos por completo. El objeto fóbico se haya ligado a una circunstancia abyecta más nítida y neurótica que en la crisis de angustia (más cercana a la locura); por una cuestión económica, lo indeterminado se reprime y abyecta, como vacío y persecusión de un ser malo. El objeto que se toma para su condensacion le permite al sujeto mantenerse alejado, distante y alerta de su persecusion.
Una de las diferencias visibles que distinguen al fobico del paranoico, es que a este último la acusacion le viene de un Otro disperso. El fóbico aprecia intelectualmente el absurdo de su condicion particular; cerca lo abyecto en el temor de un objeto, de una cosa sobre la que se tiene un control, pero que de todas formas le resulta inasible (cucarachas, arañas, encierros...); el objeto fóbico resulta exorbitante y panicoso por una condicion paradójica: la de ser un particular indeterminado. El paranoico por su parte, no comprende la situacion paradojal de su miedo y se deja poseer por los influjos de un maligno, en la imaginación de que el yo corporeo es el que sufre su persecusión; desde algo indeterminado, sin nada particular que le permita un control; cerrado en definitiva a la posibilidad de un absurdo, porque es Dios quien lo elige como objeto de castigo. En una rumiación obesiva, un Otro me persigue y se burla de mi, pero en una rumiacion delirante, no se puede comprender que otro sea mejor que yo. Ese sentido de superioridad lo es respecto del Dios omnipotente con el que se guarda una estrecha y singular relacion de castigo y expurgacion; inaccesible para un otro, desbordante y fragmentaria en las inervaciones del cuerpo.
* Lo limítrofe se distingue unicamente en el deterioro de un juicio: en lo irracional de sus creencias y conductas y en la perseverancia de un goce narcisista, que exige su moneda de cambio desde una posicion ambigua: como víctima y victimario, como agente y paciente de una lucha. A esos señores, a los que se les intenta pacientizar con el encierro, unicamente son límites por el desafío narcisista de un amo que no les ama ni protege; se muestran muy llamativos y reacios a la ley abyecta del Otro; atraen, en su renuncia a la palabra, la agresión (sumisa o activa) del Otro sobre su cuerpo, que de ese modo, abyecta al yo y a los otros de un sentido común. El Otro se apodera del cuerpo abyectándolo. El suicidio y la amenaza son sus descargas. El cuerpo se fragmenta al igual que el yo / que se identifica al cuerpo fragmentado) lo que en definitiva, no permite la sumisión de su voluntad a un Otro déspota, explotador, y que ama en la medida en que posee y destituye la dignidad propia. Si se muere, se muere por Otro.
Yo se que tu no sabes que yo sé. Tú sabes que crees que yo no sé que tú sabes que yo no sé.
* La irresponsabilidad y el trauma acercan el juicio y la muerte a la cama. En el juicio de la autoacusacion, el yo se debate en un tribunal. Melancolicos en su mayoria, cuya tendencia narcisista y obsesiva (de ambivalencias perfectas) lo interpelan al autoflagelo; pero incluso el delincuente perverso, debe rendir cuenta por sus horrores ante un tribunal escenificado en su conciencia. El dictamen, de ser melancólico, cede paso a las culpas, y sobre todo, cuando la muerte le interpela y obsesiona. El Otro del amor melancólico induce manías o triunfos que borran las faltas y las deudas con la historia, como si ya estuviese todo resuelto. Y uno se termina por convencer. Ahora bien, cuando el dictamen del juez es omitido incluso en la capacidad autoflagelante de la culpa, la abyección se introduce en el cuerpo, como una imposibilidad de comprensión. El autoflagelo, es el mecanismo de control social intravertido en los sujetos neuróticos, que induce las melancolías y las diferentes manías, pero cuando ese mecanismo es omitido, o cuando el rigor intelectual se aleja de la realidad para su liberacion postrera, los fantasmas del crimen toman el cuerpo y lo abyectan, sobre todo en sus capacidades cognitivas de comunicacion y comprension con los otros. Ya sea porque no se asimila el enjuiciamento de las victimas o porque uno mismo es la víctima de algo invencible, se cae en un estado de profunda degeneración. Un estado de manía niega el acontecer preterito y desvanece las posibilidades de ser prospecto. Pero un estado demencial niega incluso su propia identidad para trascender el juicio del Otro, para salir ileso del tribunal.
La trascendencia con los otros se niega siendo abyecto, trascendiendo la historia en el silencio represor. Los crímenes del pasado se encubren con el implacable sonido del silencio. No por eso, la fuerza obsesiva deja de funcionar. No por eso el yo deja de autoindicarse como objeto, pero esta vez, de un modo regresivo, en el cuerpo; como los niños irresponsables que alguna vez fueron para un Otro del cementerio.
*
La Venta
El ventero, que vio a Don Quijote atravesado en el asno, preguntó a Sancho qué mal traía. Sancho le respondió que no era nada, sino que había dado caída de una peña abajo, y que venía algo brumada las costillas. Tenía el ventero por mujer a una no de la condición que suelen tener las de semejante trato, porque naturalmente era caritativa y se dolía de las calamidades de sus prójimos; y así, acudió luego a curar a Don Quijote e hizo que una hija suya doncella, muchacha y de muy buen parecer, la ayudase a curar al huésped. Servía en la venta asimismo una moza asturiana, ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma (chata), del un ojo tuerta y del otro no muy sana. Verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas: no tenía 7 palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera. Esta gentil moza, pues, ayudó a la doncella, y las dos hicieron una muy mala cama a don Quijote en un camaranchón (cobertizo) que en otros tiempos daba manifiestos indicios que había servido de pajar muchos años; en la cual, también alojaba un arriero...
En esta maldita cama se acostó don Quijote, y luego la ventera y su hija le emplastaron de arriba a abajo, alumbrándoles Maritornes, que así se llamaba la asturiana; y como al bizmalle (al aplicarle la cataplasma) viese la ventera tan acardenalado a partes a don Quijote, dijo que aquello más parecían golpes que caída.
-No fueron golpes- dijo Sancho- sino que la peña tenía muchos picos y tropezones, y que cada uno había hecho su cardenal...
- cómo se llama este caballero? - replicó la moza.
- Don Quijote de la Mancha- respondió Sancho Panza- y es caballero aventurero, y de los mejores y de los más fuertes que de luengos tiempos acá se han visto en el mundo... en dos palabras, se ve apaleado y emperador: hoy está la más desdichada criatura del mundo y la más menesterosa, y mañana tendría dos o tres coronas de reinos que dar a su escudero...
Todas estas pláticas estaba escuchando muy atento don Quijote, y sentándose en el lecho como pudo, tomando de la mano a la ventera, le dijo:
- creedme, fermosa señora, que os podeis llamar venturosa por haber alojado en vuestro castillo a mi persona-... Le dejaron, y la sturiana Maritornes curó a Sancho, que no menos lo había menester que su amo...
Ya estaba Sancho bizmado y acostado, y aunque procuraba dormir, no lo consentía el dolor de sus costillas; y don Quijote, con el dolor de las suyas, tenía los ojos abiertos como liebre. Toda la venta estaba en silencio, y en toda ella no había otra luz que la que daba una lámpara que colgada en medio del portal ardía.
Esta maravillosa quietud... le trujo a la imaginación una de las extrañas locuras que buenamente imaginarse pueden; se imaginó haber llegado a un famoso castillo... y que la hija del ventero lo era del señor del castillo, la cual, vencida de su gentileza, se había enamorado de él y prometido que esa noche, a furto de sus padres, vendría a yacer con él... se comenzó a acuitar y a pensar en el peligroso trance en que su honestidad se había de ver, y propuso en su corazón de no cometer alevosía a su señora Dulcinea del Toboso, aunque la misma reina Ginebra con su dueña Quintañosa se le pusiesen delante.
Pensando pues en estos disparates, se llegó el tiempo y la hora de la venida de la asturiana, la cual, en camisa y descalza, cogidos los cabellos en una albanega de fustán (cofia de algodón), con tácitos y atentados pasos, entró en el aposento donde los 3 alojaban, en busca del arriero. Pero apenas llegó a la puerta, cuando don Quijote la sintió y sentandose en la cama, a pesar de sus bizmas y con dolor de sus costillas, tendió los brazos para recibir a su fermosa doncella. La asturiana, que toda recogida y callando iba con las manos delante buscando a su querido, topó con los brazos de don Quijote, el cual la sió fuertemente de una muñeca y tirándola hacia sí, sin que ella osase hablar palabra, la hizo sentar sobre la cama. Tentole luego la camisa y aunque ella era de arpillera, a él le pareció ser de finísimo y delgado cendal (seda). Traía en las muñecas unas cuentas de vidrio, pero a él le dieron vislumbres de preciosas perlas orientales. Los cabellos, que en alguna manera tiraban a crines, él los marcó por hebras de lucidísimo oro de Arabia, cuyo resplandor del mismo sol escurecía; y el aliento que sin duda alguna olía a ensalada fiambre y trasnochada, a él le pareció que arrojaba de su boca un olor suave y aromático; y, finalmente, él la pintó en su imaginación, de la misma traza y modo, lo que había leído ensus libros de la otra princesa que vino a ver al malferido caballero vencida de sus amores, con todos los adornos que aquí van puestos. Y era tanta la ceguedad del pobre hidalgo, que el tacto ni el aliento ni otras cosas que traía en sí la buena doncella no le desengañaban, las cuales pudieran hacer vomitar a otro que no fuera arriero; antes le parecía que tenía entre sus brazos a la diosa de la hermosura. Y, teniéndola bien asida, con voz amorosa y baja le comenzó a decir:
-quisiera hallarme en terminos, fermosa y alta señora, de poder pagar tamaña merced... que aunque de mi voluntad quisiera satisfacer a la vuestra fuera imposible. Y más que se añade a esta imposibilidad otra mayor, que es la prometida fe que tengo dada a la sin par Dulcinea del Toboso, única señora de mis más escondidos pensamientos...
Maritornes estaba congojadísima y trasudando de verse tan asida de don Quijote y, sin entender ni estar atenta a las razones que le decía, procuraba sin hablar palabra desasirse. El bueno del arriero, al que tenían despierto sus malos deseos, desde el punto que entró su coima (amante) por la puerta la sintió, estuvo atentamente escuchando lo que don Quijote decía, y celoso de que la asturiana le hubiese faltado la palabra por otro, se fue llegando más al lecho de don Quijote y estúvose quedo hasta ver en qué paraban aquellas razones que él no podía entender; pero como vio que la moza forcejeaba con desaire y don Quijote trabajaba por tenerla, pareciendole mal la burla, enarboló el brazo en alto y descargó tan terrible puñada sobre las estrechas quijadas del enamorado caballero, que le bañó toda la boca en sangre; y no contento con esto, se le subió encima de las costillas y con los pies más que de trote se las paseó todas de cabo a cabo...
...el ruido despertó al ventero y luego imaginó que debían de ser pendencias de Maritornes, porque habiendola llamado a voces no respondía. Con esta sospecha se levantó y encendió un candil... La moza, viendo que su amo venía y que era de condicion terrible, toda medrosica y alborotada se acogió a la cama de Sancho Panza, que aún dormía, y alli se acurrucó y se hizo un ovillo. El ventero entró diciendo:
- a dónde estás puta? a buen seguro que son tus cosas estas.
En esto despertó Sancho y, sintiendo aquel bulto casi encima de si, pensó que tenia la pesadilla y comenzó a dar puñadas a una y otra parte, y entre otras, alcanzó a Maritornes, la cual, sentida de dolor, echando a rodar la honestidad dio el retorno a Sancho con tantas, que a su despecho le quitó el sueño; el cual, viendose tratar de aquella manera, y sin saber de quien, alzándose como pudo, se abrazó con Maritornes, y comenzaron entre los dos la más reñida y graciosa escaramuza del mundo.
Viendo, pues, el arriero, a la lumbre del candil del ventero, cual andaba su dama, dejando a don Quijote en el suelo, acudió a dalle socorro necesario. Lo mismo hizo el ventero, pero con intención diferente, porque fue a castigar a la moza... daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, la moza a él, el ventero a la moza, y todos menudeaban con tanta priesa, que no se daban punto de reposo; y fue lo bueno que al ventero se le apagó el candil, y como quedaron a escuras, dabanse tan sin compasion todos a bulto, que adoquiera donde ponían la mano no dejaban cosa sana...
Alojaba acaso aquella noche en la venta un cuadrillero de los que se llaman de la Santa Hermandad Vieja de Toledo, el cual, oyendo asimismo el extraño estruendo de la pelea... entró a escuras en el aposento, diciendo:
- ! Téngase a la justicia! !Téngase a la santa Hermandad!
Y el primero con el que topó fue con el apuñeado de don Quijote, que estaba en su derribado lecho, tendido boca arriba sin sentido alguno; y, echandole a tiento a mano a las barbas, no cesaba de decir:
- !favor a la justicia!
Pero viendo que el que tenía asido no se bullía ni meneaba, se dio a entender que estaba muerto y que los que allí dentro estaban eran sus matadores, y con esta sospecha, reforzó la voz diciendo:
- Ciérrese la puerta de la venta! miren que no se vaya nadie, que han muerto aquí a un hombre!
Esta voz sobresaltó a todos, y cada cual dejó la pendencia en el grado que le tomó la voz. Retirose el ventero a su aposento, el arriero a sus enjalmas, la moza a su rancho; solo los desventurados don Quiote y Sancho no se pudieron mover de donde estaban.
(...)
(al día siguiente)
Levantose Sancho con harto dolor de sus huesos... El ventero le proveyó de cuanto quiso, y Sancho se lo llevó a don Quijote, que estaba con las manos en la cabeza, qujandose del dolor del candilazo, que no habia hecho mas que levantarle dos chichones algo crecidos, y lo que él pensaba que era sangre no era sino sudor que sudaba con la congoja de la pasada tormenta.
En resolucion, él tomo sus simples, de los cuales hizo un compuesto, mezclandolos todos y cociendolos un buen espacio, hasta que le parecio que estaban en su punto... apenas lo acabó de beber, cuando comenzó a vomitar, de manera que no le quedó cosa en el estómago; y con las ansias y agitacion del vomitole dio un sudor copiosisimo, por lo cual mandó que le arropasen y que le dejasen solo.... verdaderamente creyó que había acertado en el bálsamo de Fierabrás, y que con aquel remedio podia acometer desde alli sin temor alguno cualesquiera ruinas, batallas y pendencias, por peligrosas que fuesen.
Sancho Panza, que tambien tuvo a milagro la mejoria de su amo, le rogó que le diese a él lo que le quedaba en la olla, que no era poca cantidad. Concedioselo don Quijote, y él, tomándola a dos manos, con buena fe y mejor talante se la echó a pechos y envasó bien poco menos que su amo. Es, pues, el caso que el estomago del pobre Sancho no debia de ser tan delicado como el de su amo, y así, primero que vomitase le dieron tantas ansias y bascas, con tantos trasudores y desmayos, que él pensó bien y verdaderamente que era llegada su ultima hora; y viendose tan afligido y congojado, maldecia el balsamo y al ladron que se lo habia dado. Viendole asi, don Quijote le dijo:
- Yo creo, Sancho, que todo este mal te viene de no ser armado caballer, porque tengo para mi que este licor no debe de aprovechar a los que no lo son.
- Si esto sabia vuestra merced - replicó Sancho- !mal haya yo y toda mi parentela! pra qué consintió que lo gustase?...
don Quijote, que como se ha dicho, se sintió aliviado y sano, quiso partirse luego a buscar aventuras, pareciendole que todo el tiempo que allí se tardaba era quitársele al mundo y a los en él menesterosos de su favor y amaparo... Y así, forzado de este deseo, él mismo ensilló a Rocinante y enarboló al jumento de su escudero, a quin también ayudó a vestir y a subir en el asno. Púsose luego a caballo y, llegándose a un rincón de la venta, asió de un lanzón que allí estaba (un palo corto) para que le sirviese de lanza.
Estábanle mirando todos cuantos había en la venta, que pasaban de más de 20 personas; mirábanle también la hija del ventero, y él también no quitaba los ojos de ella, y de cuando en cuando arrojaba un suspiro, que parecía que le arrancaba de lo profundo de sus entrañas, y todos pensaban que debía ser el dolor que tenía en las costillas...
Ya que estuvieron los 2 a caballo, puesto a la puerta de la venta, llamó al ventero y con voz muy reposada y grave le dijo:
- Muchas y muy grandes son las mercedes, señor alcaide, que en este vuestro castillo he recibido y quedo obligadísimo a agradecéroslas todos los días de mi vida. Si os la puedo pagar en haceros vengado de algun soberbio que os haya fecho algun agravio, sabed que mi oficio no es otro sino valer a los que poco pueden y vengar a los que reciben tuertos y castigar alevosías...
El ventero le respondió con el mismo sosiego:
- Señor caballero, yo no tengo necesidad de que vuestra merced me vengue ningun agravio, porque yo se tomar la venganza que me parece, cuando se me hacen. Solo he menester que vuestra merced me pague el gasto que esta noche ha hecho en la venta, así de la paja y cebada de sus dos bestias como de la cena y camas.
- Luego, venta es esta?- replicó don Quijote.
- Y muy honrada- respondió el ventero.
- Engañado he vivido hasta aquí- respondió don Quijote-, que en verdad pensé que era castillo, sino venta, lo que se podrá hacer por ahora es que perdoneis por la paga, que yo no puedo contravenir a la orden de los caballeros andantes... que jamás pagaron posada ni otra cosa en venta donde estuviese, porque se les debe de fuero y de derecho cualquier buen acogimiento que se les hiciere, en pago del insufrible trabajo que padecen buscando las aventuras de noche y día...
- poco tengo yo que ver con eso- respondió el ventero- Págueseme lo que se me debe y dejémonos de cuentos ni de caballerías, que yo no tengo cuenta con otra cosa que con cobrar mi hacienda.
- Vos sois un sandio y mal hostalero - respondio don Quijote.
Y poniendo piernas a Rocinante y terciando su lanzón se salió de la venta sin que nadie le detuviese, y él sin mirar si le seguía su escudero, se alongó un buen trecho.
El ventero, que le vio ir y que no le pagaba, acudió a cobrar de Sancho Panza, el cual dijo que pues su señor no había querido pagar, que tampoco él pagaría, porque, siendo él escudero de caballero andante como era, la misma regla y razón corría... Amohinose mucho de esto el ventero y amenazole que si no le pagaba, que lo cobraria de modo que le pesase.
Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que entre la gente que estaba en la venta se hallaban cuatro peirales, tres agujeros y dos vecinos de la Heria de Sevilla, gente alegre, bien intencionada, maleante y juguetona, los cuales, casi como instigados y movidos de un mismo espiritu, se llegaron a Sancho y, apeandole del asno, uno de ellos entró por la manta de la cama del huesped y, echandole en ella, alzaron los ojos y vieron que el techo era algo mas bajo de lo que habian menester para su obra y determinaron salirse del corral, que tenia por limite el cielo; y alli, puesto Sancho en mitad de la manta, comenzaron a levantarle en alto y a holgarse con él como con perro por carnestolendas (era costumbre mantear perros en carnaval).
Las voces que el mísero manteado daba fueron tantas, que llegaron a los oidos de su amo, el cual, deteniendose a escuchar atentamente, creyó que alguna nueva aventura le venía, hasta que claramente conoció que el que gritaba era su escudero; y, volviendo las riendas, con un penado galope, llego a la venta... vio el mal juego que le hacian a su escudero. Viole bajar y subir por el aire con tanta gracia y presteza, que, si la colera le dejara, tengo para mi que se riera...
Maritornes,viendole tan fatigado, le parecio bien socorelle con un jarro de agua... tomole Sancho, y llevandole a la boca, se paró a las voces que su amo le daba, diciendo:
- Hijo Sancho, no bebas agua; hijo, no la bebas, que te matará. Ves? aquí tengo el santísimo bálsamo -y enseñabale la alcuza del brebaje- que con dos gotas que de él bebas sanarás sin duda.
- Por dicha hásele olvidado a vuestra merced como yo no soy caballero, o quiere que acabde vomitar las entrañas que me quedaron de anoche? Guardese su licor con todos los diablos, y dejeme aqui.
Asi como bebió Sancho, dio de los carcaños a su asno y, abriendole la puerta de la venta de par en par, se salio de ella, muy contento de no haber pagado nada y de haber salido con su intencion... Verdad es que el ventero se quedó con sus alforjas, en pago de lo que se le debíua; más Sancho no las echó de menos, según salio turbado. Quiso el ventero atrancar bien la puerta asi como le vio fuera, mas no lo consintieron los manteadores, que era gente que, aunque don Quijote fuera verdaderamente de los caballeros andantes de la Tabla Redonda, no le estimaran en dos ardides.
En esta maldita cama se acostó don Quijote, y luego la ventera y su hija le emplastaron de arriba a abajo, alumbrándoles Maritornes, que así se llamaba la asturiana; y como al bizmalle (al aplicarle la cataplasma) viese la ventera tan acardenalado a partes a don Quijote, dijo que aquello más parecían golpes que caída.
-No fueron golpes- dijo Sancho- sino que la peña tenía muchos picos y tropezones, y que cada uno había hecho su cardenal...
- cómo se llama este caballero? - replicó la moza.
- Don Quijote de la Mancha- respondió Sancho Panza- y es caballero aventurero, y de los mejores y de los más fuertes que de luengos tiempos acá se han visto en el mundo... en dos palabras, se ve apaleado y emperador: hoy está la más desdichada criatura del mundo y la más menesterosa, y mañana tendría dos o tres coronas de reinos que dar a su escudero...
Todas estas pláticas estaba escuchando muy atento don Quijote, y sentándose en el lecho como pudo, tomando de la mano a la ventera, le dijo:
- creedme, fermosa señora, que os podeis llamar venturosa por haber alojado en vuestro castillo a mi persona-... Le dejaron, y la sturiana Maritornes curó a Sancho, que no menos lo había menester que su amo...
Ya estaba Sancho bizmado y acostado, y aunque procuraba dormir, no lo consentía el dolor de sus costillas; y don Quijote, con el dolor de las suyas, tenía los ojos abiertos como liebre. Toda la venta estaba en silencio, y en toda ella no había otra luz que la que daba una lámpara que colgada en medio del portal ardía.
Esta maravillosa quietud... le trujo a la imaginación una de las extrañas locuras que buenamente imaginarse pueden; se imaginó haber llegado a un famoso castillo... y que la hija del ventero lo era del señor del castillo, la cual, vencida de su gentileza, se había enamorado de él y prometido que esa noche, a furto de sus padres, vendría a yacer con él... se comenzó a acuitar y a pensar en el peligroso trance en que su honestidad se había de ver, y propuso en su corazón de no cometer alevosía a su señora Dulcinea del Toboso, aunque la misma reina Ginebra con su dueña Quintañosa se le pusiesen delante.
Pensando pues en estos disparates, se llegó el tiempo y la hora de la venida de la asturiana, la cual, en camisa y descalza, cogidos los cabellos en una albanega de fustán (cofia de algodón), con tácitos y atentados pasos, entró en el aposento donde los 3 alojaban, en busca del arriero. Pero apenas llegó a la puerta, cuando don Quijote la sintió y sentandose en la cama, a pesar de sus bizmas y con dolor de sus costillas, tendió los brazos para recibir a su fermosa doncella. La asturiana, que toda recogida y callando iba con las manos delante buscando a su querido, topó con los brazos de don Quijote, el cual la sió fuertemente de una muñeca y tirándola hacia sí, sin que ella osase hablar palabra, la hizo sentar sobre la cama. Tentole luego la camisa y aunque ella era de arpillera, a él le pareció ser de finísimo y delgado cendal (seda). Traía en las muñecas unas cuentas de vidrio, pero a él le dieron vislumbres de preciosas perlas orientales. Los cabellos, que en alguna manera tiraban a crines, él los marcó por hebras de lucidísimo oro de Arabia, cuyo resplandor del mismo sol escurecía; y el aliento que sin duda alguna olía a ensalada fiambre y trasnochada, a él le pareció que arrojaba de su boca un olor suave y aromático; y, finalmente, él la pintó en su imaginación, de la misma traza y modo, lo que había leído ensus libros de la otra princesa que vino a ver al malferido caballero vencida de sus amores, con todos los adornos que aquí van puestos. Y era tanta la ceguedad del pobre hidalgo, que el tacto ni el aliento ni otras cosas que traía en sí la buena doncella no le desengañaban, las cuales pudieran hacer vomitar a otro que no fuera arriero; antes le parecía que tenía entre sus brazos a la diosa de la hermosura. Y, teniéndola bien asida, con voz amorosa y baja le comenzó a decir:
-quisiera hallarme en terminos, fermosa y alta señora, de poder pagar tamaña merced... que aunque de mi voluntad quisiera satisfacer a la vuestra fuera imposible. Y más que se añade a esta imposibilidad otra mayor, que es la prometida fe que tengo dada a la sin par Dulcinea del Toboso, única señora de mis más escondidos pensamientos...
Maritornes estaba congojadísima y trasudando de verse tan asida de don Quijote y, sin entender ni estar atenta a las razones que le decía, procuraba sin hablar palabra desasirse. El bueno del arriero, al que tenían despierto sus malos deseos, desde el punto que entró su coima (amante) por la puerta la sintió, estuvo atentamente escuchando lo que don Quijote decía, y celoso de que la asturiana le hubiese faltado la palabra por otro, se fue llegando más al lecho de don Quijote y estúvose quedo hasta ver en qué paraban aquellas razones que él no podía entender; pero como vio que la moza forcejeaba con desaire y don Quijote trabajaba por tenerla, pareciendole mal la burla, enarboló el brazo en alto y descargó tan terrible puñada sobre las estrechas quijadas del enamorado caballero, que le bañó toda la boca en sangre; y no contento con esto, se le subió encima de las costillas y con los pies más que de trote se las paseó todas de cabo a cabo...
...el ruido despertó al ventero y luego imaginó que debían de ser pendencias de Maritornes, porque habiendola llamado a voces no respondía. Con esta sospecha se levantó y encendió un candil... La moza, viendo que su amo venía y que era de condicion terrible, toda medrosica y alborotada se acogió a la cama de Sancho Panza, que aún dormía, y alli se acurrucó y se hizo un ovillo. El ventero entró diciendo:
- a dónde estás puta? a buen seguro que son tus cosas estas.
En esto despertó Sancho y, sintiendo aquel bulto casi encima de si, pensó que tenia la pesadilla y comenzó a dar puñadas a una y otra parte, y entre otras, alcanzó a Maritornes, la cual, sentida de dolor, echando a rodar la honestidad dio el retorno a Sancho con tantas, que a su despecho le quitó el sueño; el cual, viendose tratar de aquella manera, y sin saber de quien, alzándose como pudo, se abrazó con Maritornes, y comenzaron entre los dos la más reñida y graciosa escaramuza del mundo.
Viendo, pues, el arriero, a la lumbre del candil del ventero, cual andaba su dama, dejando a don Quijote en el suelo, acudió a dalle socorro necesario. Lo mismo hizo el ventero, pero con intención diferente, porque fue a castigar a la moza... daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, la moza a él, el ventero a la moza, y todos menudeaban con tanta priesa, que no se daban punto de reposo; y fue lo bueno que al ventero se le apagó el candil, y como quedaron a escuras, dabanse tan sin compasion todos a bulto, que adoquiera donde ponían la mano no dejaban cosa sana...
Alojaba acaso aquella noche en la venta un cuadrillero de los que se llaman de la Santa Hermandad Vieja de Toledo, el cual, oyendo asimismo el extraño estruendo de la pelea... entró a escuras en el aposento, diciendo:
- ! Téngase a la justicia! !Téngase a la santa Hermandad!
Y el primero con el que topó fue con el apuñeado de don Quijote, que estaba en su derribado lecho, tendido boca arriba sin sentido alguno; y, echandole a tiento a mano a las barbas, no cesaba de decir:
- !favor a la justicia!
Pero viendo que el que tenía asido no se bullía ni meneaba, se dio a entender que estaba muerto y que los que allí dentro estaban eran sus matadores, y con esta sospecha, reforzó la voz diciendo:
- Ciérrese la puerta de la venta! miren que no se vaya nadie, que han muerto aquí a un hombre!
Esta voz sobresaltó a todos, y cada cual dejó la pendencia en el grado que le tomó la voz. Retirose el ventero a su aposento, el arriero a sus enjalmas, la moza a su rancho; solo los desventurados don Quiote y Sancho no se pudieron mover de donde estaban.
(...)
(al día siguiente)
Levantose Sancho con harto dolor de sus huesos... El ventero le proveyó de cuanto quiso, y Sancho se lo llevó a don Quijote, que estaba con las manos en la cabeza, qujandose del dolor del candilazo, que no habia hecho mas que levantarle dos chichones algo crecidos, y lo que él pensaba que era sangre no era sino sudor que sudaba con la congoja de la pasada tormenta.
En resolucion, él tomo sus simples, de los cuales hizo un compuesto, mezclandolos todos y cociendolos un buen espacio, hasta que le parecio que estaban en su punto... apenas lo acabó de beber, cuando comenzó a vomitar, de manera que no le quedó cosa en el estómago; y con las ansias y agitacion del vomitole dio un sudor copiosisimo, por lo cual mandó que le arropasen y que le dejasen solo.... verdaderamente creyó que había acertado en el bálsamo de Fierabrás, y que con aquel remedio podia acometer desde alli sin temor alguno cualesquiera ruinas, batallas y pendencias, por peligrosas que fuesen.
Sancho Panza, que tambien tuvo a milagro la mejoria de su amo, le rogó que le diese a él lo que le quedaba en la olla, que no era poca cantidad. Concedioselo don Quijote, y él, tomándola a dos manos, con buena fe y mejor talante se la echó a pechos y envasó bien poco menos que su amo. Es, pues, el caso que el estomago del pobre Sancho no debia de ser tan delicado como el de su amo, y así, primero que vomitase le dieron tantas ansias y bascas, con tantos trasudores y desmayos, que él pensó bien y verdaderamente que era llegada su ultima hora; y viendose tan afligido y congojado, maldecia el balsamo y al ladron que se lo habia dado. Viendole asi, don Quijote le dijo:
- Yo creo, Sancho, que todo este mal te viene de no ser armado caballer, porque tengo para mi que este licor no debe de aprovechar a los que no lo son.
- Si esto sabia vuestra merced - replicó Sancho- !mal haya yo y toda mi parentela! pra qué consintió que lo gustase?...
don Quijote, que como se ha dicho, se sintió aliviado y sano, quiso partirse luego a buscar aventuras, pareciendole que todo el tiempo que allí se tardaba era quitársele al mundo y a los en él menesterosos de su favor y amaparo... Y así, forzado de este deseo, él mismo ensilló a Rocinante y enarboló al jumento de su escudero, a quin también ayudó a vestir y a subir en el asno. Púsose luego a caballo y, llegándose a un rincón de la venta, asió de un lanzón que allí estaba (un palo corto) para que le sirviese de lanza.
Estábanle mirando todos cuantos había en la venta, que pasaban de más de 20 personas; mirábanle también la hija del ventero, y él también no quitaba los ojos de ella, y de cuando en cuando arrojaba un suspiro, que parecía que le arrancaba de lo profundo de sus entrañas, y todos pensaban que debía ser el dolor que tenía en las costillas...
Ya que estuvieron los 2 a caballo, puesto a la puerta de la venta, llamó al ventero y con voz muy reposada y grave le dijo:
- Muchas y muy grandes son las mercedes, señor alcaide, que en este vuestro castillo he recibido y quedo obligadísimo a agradecéroslas todos los días de mi vida. Si os la puedo pagar en haceros vengado de algun soberbio que os haya fecho algun agravio, sabed que mi oficio no es otro sino valer a los que poco pueden y vengar a los que reciben tuertos y castigar alevosías...
El ventero le respondió con el mismo sosiego:
- Señor caballero, yo no tengo necesidad de que vuestra merced me vengue ningun agravio, porque yo se tomar la venganza que me parece, cuando se me hacen. Solo he menester que vuestra merced me pague el gasto que esta noche ha hecho en la venta, así de la paja y cebada de sus dos bestias como de la cena y camas.
- Luego, venta es esta?- replicó don Quijote.
- Y muy honrada- respondió el ventero.
- Engañado he vivido hasta aquí- respondió don Quijote-, que en verdad pensé que era castillo, sino venta, lo que se podrá hacer por ahora es que perdoneis por la paga, que yo no puedo contravenir a la orden de los caballeros andantes... que jamás pagaron posada ni otra cosa en venta donde estuviese, porque se les debe de fuero y de derecho cualquier buen acogimiento que se les hiciere, en pago del insufrible trabajo que padecen buscando las aventuras de noche y día...
- poco tengo yo que ver con eso- respondió el ventero- Págueseme lo que se me debe y dejémonos de cuentos ni de caballerías, que yo no tengo cuenta con otra cosa que con cobrar mi hacienda.
- Vos sois un sandio y mal hostalero - respondio don Quijote.
Y poniendo piernas a Rocinante y terciando su lanzón se salió de la venta sin que nadie le detuviese, y él sin mirar si le seguía su escudero, se alongó un buen trecho.
El ventero, que le vio ir y que no le pagaba, acudió a cobrar de Sancho Panza, el cual dijo que pues su señor no había querido pagar, que tampoco él pagaría, porque, siendo él escudero de caballero andante como era, la misma regla y razón corría... Amohinose mucho de esto el ventero y amenazole que si no le pagaba, que lo cobraria de modo que le pesase.
Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que entre la gente que estaba en la venta se hallaban cuatro peirales, tres agujeros y dos vecinos de la Heria de Sevilla, gente alegre, bien intencionada, maleante y juguetona, los cuales, casi como instigados y movidos de un mismo espiritu, se llegaron a Sancho y, apeandole del asno, uno de ellos entró por la manta de la cama del huesped y, echandole en ella, alzaron los ojos y vieron que el techo era algo mas bajo de lo que habian menester para su obra y determinaron salirse del corral, que tenia por limite el cielo; y alli, puesto Sancho en mitad de la manta, comenzaron a levantarle en alto y a holgarse con él como con perro por carnestolendas (era costumbre mantear perros en carnaval).
Las voces que el mísero manteado daba fueron tantas, que llegaron a los oidos de su amo, el cual, deteniendose a escuchar atentamente, creyó que alguna nueva aventura le venía, hasta que claramente conoció que el que gritaba era su escudero; y, volviendo las riendas, con un penado galope, llego a la venta... vio el mal juego que le hacian a su escudero. Viole bajar y subir por el aire con tanta gracia y presteza, que, si la colera le dejara, tengo para mi que se riera...
Maritornes,viendole tan fatigado, le parecio bien socorelle con un jarro de agua... tomole Sancho, y llevandole a la boca, se paró a las voces que su amo le daba, diciendo:
- Hijo Sancho, no bebas agua; hijo, no la bebas, que te matará. Ves? aquí tengo el santísimo bálsamo -y enseñabale la alcuza del brebaje- que con dos gotas que de él bebas sanarás sin duda.
- Por dicha hásele olvidado a vuestra merced como yo no soy caballero, o quiere que acabde vomitar las entrañas que me quedaron de anoche? Guardese su licor con todos los diablos, y dejeme aqui.
Asi como bebió Sancho, dio de los carcaños a su asno y, abriendole la puerta de la venta de par en par, se salio de ella, muy contento de no haber pagado nada y de haber salido con su intencion... Verdad es que el ventero se quedó con sus alforjas, en pago de lo que se le debíua; más Sancho no las echó de menos, según salio turbado. Quiso el ventero atrancar bien la puerta asi como le vio fuera, mas no lo consintieron los manteadores, que era gente que, aunque don Quijote fuera verdaderamente de los caballeros andantes de la Tabla Redonda, no le estimaran en dos ardides.
Neruda
5
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
y las miro lejanas mis palabras.
más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban
escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
y las miro lejanas mis palabras.
más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban
escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Anónimos
Se esconden como ratas. No dan la cara. Pero dan con gusto el nombre y una fotografía a las revistas de Emprendedores, a los rankings o catálogos de empresaurios que ellos mismos auspician. Al final de sus vidas, la prensa les rinde homenaje como si fuesen heroes patrios o alguna cosa semejante. Nada más mentiroso y desajustado de la realidad. La gente traga. Que la generación de empleos, que esto y que lo otro.
Que den la cara por las consecuencias de sus inversiones (porque donde ponen la pichula dejan literalmente la cagada). Que no deleguen la responsabilidad en un otro, que para los efectos del caso, sería un simple títere, un chivo expiatorio que se entrega en sacrificio a la opinión pública. Tras este chivo se esconden vilmente los verdaderos responsables de la gestión. Que respondan ya no solo por la dignidad de los trabajadores, sino por el futuro de los hijos de los trabajadores, quienes no merecen crecer con SU entorno devastado. Que den la cara. Que alguien alze la voz y legisle sin intereses económicos de por medio y sin miedo a las amenazas. En realidad, son los mismos legisladores los que amenazan a la gente. Se aprueban proyectos en secreto y cuando se pregunta por responsables no hay nombres. Nadie se hace cargo. Se contaminan las aguas, el aire y el alimento. Todo por el progreso. Bullshit! Por el paquete accionario de unos pocos. El holding protege al mandamás. Solo hay líderes y emprendedores para las prestigiosas revistas pero no para responsabilizarse del terrible descalabro. Tragamos. Nosostros somos los ususarios de los productos que ellos nos ofrecen. Al parecer está todo dicho; nos morimos de cancer y no nos damos cuenta porqué. Ya nadie se pregunta si las cosas pudieron ser de otro modo...
martes, 24 de agosto de 2010
Markel
"8 años mayor que yo, mi hermano era irascible, alocado, pero bueno, sin malicia y extrañamente taciturno, sobre todo en la casa con nuestra madre, los criados y yo. En el Gimnasio era un buen discípulo y no hacia amistad con sus camaradas sin pelearse con ellos, al menos asi lo contaba mi madre. Seis meses antes de su fin, con 17 años cumplidos, hizo amistad con un deportado desterrado de Moscú a nuestra ciudad por sus ideas liberales. Era un sabio y un filósofo conocido en la universidad. Tomó gran afecto a Markel, al que recibía en su casa. Durante todo el invierno, el joven pasó veladas enteras en su compañía, hasta el momento en que el dportado fue llamado a Petersburgo para ocupar un cargo oficial que había solicitado, pues tenía buenos protectores. Llegó la Cuaresma y Markel rechazó ayunar, insultó, se burló: "esos son absurdos, Dios no existe"; lo que hacía estremecer a nuestra madre, a los criados y a mi tambien, que aunque no tenía más que 9 años, me espantaba al oir tales palabras. Teníamos 4 criados, todos siervos, comprados a un propietario amigo nuestro. Recuerdo que nuestra madre vendió por 60 rublos en papel a uno de los 4, la cocinera Afimia, coja y vieja, y tomó en su lugar una sirvienta de condición libre. La sexta semana de la cuaresma mi hermano se sintió de pronto mal; siempre enfermizo, de debil constitucion, expuesto a la tuberculosis, era de estatura mediana, delgado y debil y de rostro distinguido... se trataba de tisis galopante y no pasaría de la primavera. Nuestra madre se puso a llorar y a rogar a mi hermano, con precaucion, a fin de no asustarle, pues aun estaba levantado, a que se confesase y comulgase. Al oir aquello se enfdó; murmuró contra la Iglesia, pero a pesar de ello empezó a reflexionar; se dio cuenta de que estaba gravemente enfermo... sabía desde hacía mucho tiempo que estaba condenado... mi hermano empezó a ir a la Iglesia el martes: "madre, hago esto por ud, para darle gusto y para que esté tranquila" le dijo. Nuestra madre lloraba de alegría y de sentimiento... muy pronto tuvo que meterse en la cama y se vio obligado a confesar y comulgar en casa. El tiempo se volvió claro y sereno, el aire embalsamado; la Pascua caía tarde aquel año. Recuerdo que estuvo tosiendo toda la noche, durmió mal, por la mañana se vistió, intentó sentarse en su sillón. Parece que le veo sentado, dulce y tranquilo, sonriendo, enfermo, pero con el rostro alegre y feliz. Moralmente había cambiado por completo. Era sorprendente...
... mi madre fue a llorar a su habitación. "No llores mamá, la vida es un paraíso en el que estamos todos, pero no queremos darnos cuenta de ello; de lo contrario, la tierra entera sería mañana un paraíso" Sus palabras sorprendían a todo el mundo por su rareza y su desición, todos estaban conmovidos hasta hacerles llorar. Nuestros conocidos venían a casa: "Queridos amigos, les decía, por qué merezco yo vuestro amor? por qué me amais tal como soy? Antes lo ignoraba y no lo apreciaba." A cada momento les decía a los criados que entraban: "Queridos míos, por qué me servís? Soy digno de que me sirvais? Si Dios me concede la gracia de conservarme la vida, yo mismo os serviré, pues todos debemos servirnos los unos a los otros". Nuestra madre movía la cabeza al escucharle: "Querido mío, es la enfermedad la que te expresarte así". "Madre adorada, debe haber amos y servidores, pero quiero servir a los míos como ellos me sirven. He de decirte también, madre, que cada uno de nosostros es culpable ante todos por todo, y yo más que los demás." Nuestra madre sonreía entonces a través de sus lágrimas: Cómo puedes ser más culpable que todos ante todos?; hay asesinos y granujas. Qué pecados has cometido tú para acusarte más que los demás?... Cada día se despertaba más enternecido, más alegre, estremecido de amor. El doctor Eisenschmidt, un viejo alemán, era quien le visitaba: dígame doctor, viviré otro día? le decía algunas veces bromeando. Vivirá usted mucho más de un día, meses y años" replicaba el doctor. "meses y años? exclamaba, "para qué contar los días? Al hombre le basta con uno solo para conocer toda la felicidad. Queridos míos, para qué pelearnos, envanecernos o guardarnos rencor los unos a los otros? Vamos mejor a pasearnos, a regocijarnos al jardín, allí nos abrazaremos y bendeciremos la vida." "Su hijo no está destinado a vivir" le decía el doctor a nuestra madre cuando esta lo acompañaba hasta la escalinata, "la enfermedad le hace perder la razón". Su habitación daba al jardín sombreado por viejos árboles, cuyas yemas habían brotado,; los pájaros primaverales habían llegado ya. Y cantaban bajo sus ventanas, y él se distraía mirándoles. He aquí que de pronto empezó a pedirles también perdón: "Pájaros de Dios, pájaros felices, perdonadme, pues también he pecado contra vosotros." Ninguno de nosotros pudo comprenderlo entonces, y él llorab de alegría: "Sí, la gloria de Dios me rodeaba,; los pájaros, los árboles, los prados, el cielo; yo era el único que vivía en la verguenza, deshonrando a la creación, pues no veía en ello ni la belleza ni la gloria."... Era por la tarde, el sol poniente iluminaba la habitación con sus rayos oblicuos. Me hizo una seña para que me acercase, puso sus manos en mis hombros, me miró con ternura durante un momento sin decirt una palabra. "Bueno, vete a jugar ahora. !Vive por mí!" Salí de la habitación y me fui a jugar. He recordado después muchas veces llorando aquellas palabras... Murió tres semanas después de Pascuas con todo su conocimiento, y aunque no habló más, fue él mismo hasta el final: la alegría brillaba en sus ojos, nos buscaba con la mirada, nos sonreía, nos llamaba. Yo era aún muy joven, pero aquello dejó en mi corazón una huella imborrable. Más tarde debía manifestarse, y así ocurrió.
... mi madre fue a llorar a su habitación. "No llores mamá, la vida es un paraíso en el que estamos todos, pero no queremos darnos cuenta de ello; de lo contrario, la tierra entera sería mañana un paraíso" Sus palabras sorprendían a todo el mundo por su rareza y su desición, todos estaban conmovidos hasta hacerles llorar. Nuestros conocidos venían a casa: "Queridos amigos, les decía, por qué merezco yo vuestro amor? por qué me amais tal como soy? Antes lo ignoraba y no lo apreciaba." A cada momento les decía a los criados que entraban: "Queridos míos, por qué me servís? Soy digno de que me sirvais? Si Dios me concede la gracia de conservarme la vida, yo mismo os serviré, pues todos debemos servirnos los unos a los otros". Nuestra madre movía la cabeza al escucharle: "Querido mío, es la enfermedad la que te expresarte así". "Madre adorada, debe haber amos y servidores, pero quiero servir a los míos como ellos me sirven. He de decirte también, madre, que cada uno de nosostros es culpable ante todos por todo, y yo más que los demás." Nuestra madre sonreía entonces a través de sus lágrimas: Cómo puedes ser más culpable que todos ante todos?; hay asesinos y granujas. Qué pecados has cometido tú para acusarte más que los demás?... Cada día se despertaba más enternecido, más alegre, estremecido de amor. El doctor Eisenschmidt, un viejo alemán, era quien le visitaba: dígame doctor, viviré otro día? le decía algunas veces bromeando. Vivirá usted mucho más de un día, meses y años" replicaba el doctor. "meses y años? exclamaba, "para qué contar los días? Al hombre le basta con uno solo para conocer toda la felicidad. Queridos míos, para qué pelearnos, envanecernos o guardarnos rencor los unos a los otros? Vamos mejor a pasearnos, a regocijarnos al jardín, allí nos abrazaremos y bendeciremos la vida." "Su hijo no está destinado a vivir" le decía el doctor a nuestra madre cuando esta lo acompañaba hasta la escalinata, "la enfermedad le hace perder la razón". Su habitación daba al jardín sombreado por viejos árboles, cuyas yemas habían brotado,; los pájaros primaverales habían llegado ya. Y cantaban bajo sus ventanas, y él se distraía mirándoles. He aquí que de pronto empezó a pedirles también perdón: "Pájaros de Dios, pájaros felices, perdonadme, pues también he pecado contra vosotros." Ninguno de nosotros pudo comprenderlo entonces, y él llorab de alegría: "Sí, la gloria de Dios me rodeaba,; los pájaros, los árboles, los prados, el cielo; yo era el único que vivía en la verguenza, deshonrando a la creación, pues no veía en ello ni la belleza ni la gloria."... Era por la tarde, el sol poniente iluminaba la habitación con sus rayos oblicuos. Me hizo una seña para que me acercase, puso sus manos en mis hombros, me miró con ternura durante un momento sin decirt una palabra. "Bueno, vete a jugar ahora. !Vive por mí!" Salí de la habitación y me fui a jugar. He recordado después muchas veces llorando aquellas palabras... Murió tres semanas después de Pascuas con todo su conocimiento, y aunque no habló más, fue él mismo hasta el final: la alegría brillaba en sus ojos, nos buscaba con la mirada, nos sonreía, nos llamaba. Yo era aún muy joven, pero aquello dejó en mi corazón una huella imborrable. Más tarde debía manifestarse, y así ocurrió.
Daimon
* El término designa a seres divinos y semidivinos, intermediarios entre los dioses superiores, los hombres y mensajeros de los primeros. El Eros descrito en El Banquete de Platón seria uno de esos seres mediadores.
...
* Con la palabra dáimôn se designan a veces energías interiores que actúan en el hombre como lo hace el dáimôn según Sócrates, ya se le entienda como una especie de voz de la conciencia o como la sumisión a la voluntad del dios que actúa en la vida del filósofo como contrapeso de otras inclinaciones o tendencias.
* El dáimôn puede ser, en ocasiones, la personificación de una fuerza etónica de carácter benévolo.
* Los dáimones designan a veces unas fuerzas que rigen los elementos naturales y hacen que el mundo humano sea un mundo «habitado» por lo sobrenatural. En este sentido dirá Heráclito que todo está lleno de ánimas y daimones y los pitagóricos que el aire está lleno de ánimas,
...
* Dáimôn fue la idea griega de "poder", que fue desplazada por el antropomorfismo, vigorosamente desarrollado, que también transformó “los poderes”. Los griegos llamaron dáimones a los últimos, pero, en gran parte, los dáimones resultaron personales, antropomórficos; además, la palabra dáimôn puede indicar a algunos de los grandes dioses griegos. Huellas demonísticas en los ritos son sumamente raras, pero el intercambio de ropas entre el novio y la novia al casarse podría interpretarse de esa manera: la idea podría ser la de inducir a error a los espíritus en esa importante ocasión, de la misma manera que los pueblos primitivos cambian las ropas de un enfermo para que los espíritus de la enfermedad no puedan reconocerlo y pasen de largo. La creencia en dáimones arraiga la idea que el mundo está poblado de estos espíritus. Los dáimones viven en los desiertos, entre las montañas, en la selva, en las piedras, en los árboles, en el agua, en ríos y manantiales; son los que ocasionan todo lo referente al hombre; envían prosperidad y miseria, suerte y desgracia.
...
* Los dáimones de la naturaleza constituyen el grupo más numeroso. Aparecen en todas partes: las ninfas viven en las montañas y también en los árboles, manantiales, ríos y mares;[13] los silenos son dáimones de las fuentes y, junto con los sátiros, constituyen dáimones de la fertilidad; los Panes son de la misma naturaleza y el hecho de haber nacido entre pueblos pastores les proporciona un carácter especial; los centauros pertenecen también a esta categoría, aunque aparezcan sobre todo en la mitología.
* «voz profética dentro de mí, proveniente de un poder superior», o también «señal de Dios».
* La idea de los dáimones fue tergiversada y demonizada, siendo mutada en la del demonio de la cultura judeo-cristiana, «un espíritu maligno que puede poseer a los humanos». "
wikipedia
...
* Con la palabra dáimôn se designan a veces energías interiores que actúan en el hombre como lo hace el dáimôn según Sócrates, ya se le entienda como una especie de voz de la conciencia o como la sumisión a la voluntad del dios que actúa en la vida del filósofo como contrapeso de otras inclinaciones o tendencias.
* El dáimôn puede ser, en ocasiones, la personificación de una fuerza etónica de carácter benévolo.
* Los dáimones designan a veces unas fuerzas que rigen los elementos naturales y hacen que el mundo humano sea un mundo «habitado» por lo sobrenatural. En este sentido dirá Heráclito que todo está lleno de ánimas y daimones y los pitagóricos que el aire está lleno de ánimas,
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* Dáimôn fue la idea griega de "poder", que fue desplazada por el antropomorfismo, vigorosamente desarrollado, que también transformó “los poderes”. Los griegos llamaron dáimones a los últimos, pero, en gran parte, los dáimones resultaron personales, antropomórficos; además, la palabra dáimôn puede indicar a algunos de los grandes dioses griegos. Huellas demonísticas en los ritos son sumamente raras, pero el intercambio de ropas entre el novio y la novia al casarse podría interpretarse de esa manera: la idea podría ser la de inducir a error a los espíritus en esa importante ocasión, de la misma manera que los pueblos primitivos cambian las ropas de un enfermo para que los espíritus de la enfermedad no puedan reconocerlo y pasen de largo. La creencia en dáimones arraiga la idea que el mundo está poblado de estos espíritus. Los dáimones viven en los desiertos, entre las montañas, en la selva, en las piedras, en los árboles, en el agua, en ríos y manantiales; son los que ocasionan todo lo referente al hombre; envían prosperidad y miseria, suerte y desgracia.
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* Los dáimones de la naturaleza constituyen el grupo más numeroso. Aparecen en todas partes: las ninfas viven en las montañas y también en los árboles, manantiales, ríos y mares;[13] los silenos son dáimones de las fuentes y, junto con los sátiros, constituyen dáimones de la fertilidad; los Panes son de la misma naturaleza y el hecho de haber nacido entre pueblos pastores les proporciona un carácter especial; los centauros pertenecen también a esta categoría, aunque aparezcan sobre todo en la mitología.
* «voz profética dentro de mí, proveniente de un poder superior», o también «señal de Dios».
* La idea de los dáimones fue tergiversada y demonizada, siendo mutada en la del demonio de la cultura judeo-cristiana, «un espíritu maligno que puede poseer a los humanos». "
wikipedia
lunes, 23 de agosto de 2010
La Psicosis, 55-56, Lacan, trad. Juan Luis Delmont y Diana Rabonovich
* la noción de automatismo mental tiene un carácter anideico... lo cual, no tiene mucho más sentido que el discurso del amo.
* se presenta una gran variedad de secuencias (ideas) que son descuidadas en la noción de comprensión.
* la experiencia freudiana no es para nada preconceptual. No es una experiencia pura. Es una experiencia estructural, de algo verdaderamente artificial que es la relacion analítica, tal como la constituye la confesión que el sujeto hace al médico.
* lo simbólico está más allá de toda comprensión... en cuyo seno, toda comprension se inserta.
* lo imaginario: son los rieles por los cuales el comportamiento animal es conducido hacia sus objetivos naturales... (???)
* en el orden imaginario o rela, siempre hay un menos o un más, un umbral, un margen, una continuidad.
* en el orden simbolico, todo elemento vale en tanto opuesto a otro.
* la relacion con el propio cuerpo caracteriza al hombre en el campo de lo imaginario... donde tal o cual punto es imaginario.
* el sujeto psicotico ignora la lengua que habla.
* lo que se reprime reotna...
* solo podemos introducir cosas en el circuito respetando el ritmo propio de la máquina: sino, caen en el vacío, no pueden entrar.
* todo lo rehusado en el orden simbolico reaparece en lo Real (N.E: el cuerpo fundido con su imaginario)... cuan significativa es esta suspension de toda posibilidad de hablar.
* la alucinacion verbal, es una interrupcion de la palabra entre el sujeto y el Otro... desvío por los 2 yoes, a y ´a en sus relaciones imaginarias.
* en el sujeto psicótico, ciertos fenómenos elementales y especialmente la alucinacion, nos muestran al sujeto completamente identificado a su yo que habla, o al yo totalmente asumido bajo el modo instrumental.
* (Kraepelin): la paranoia se distingue de las demas psicosis porque se caracteriza por un desarrollo insidioso de causas internas... y de un sistema delirante, duradero e imposible de quebrantar, que se instala con una conservacion completa de la claridad y el orden en el pensamiento, la volicion y la accion.
* el desarrollo, en realidad, no es insidioso... siempre hay brotes, fases... no se circunscribe a causas internas... el sistema delirante varía.
* hay que distinguir entre psicosis paranoicas y pasionales.
* la dificultad de abordar el problema de la paranoia se debe a la comprension.
* psicosis pasional: toda su vida parece centrada alrededor de la comprension del daño sufrido.
* el emisor es siempre al mismo tiempo un receptor.
CASO SCHREBER
* breve enfermedad (1884-85): delirio hipocondríaco... asume posteriormente la magistratura alemana... a los 51 años, está en medio de personas mucho mas experimentadas; durante 1 mes trabaja excesivamente y recomienzan sus trastornos: insomnio, mentismo, pensamientos perturbadores...
* Freud en 1909 toma en sus manos el libro de Schreber, aparecido en 1903.
* el libro, al comienzo, posee un tono de cortesía, claridad y orden... los temas conciernen a Dios y la inmortalidad... admision de la funcion primaria de los nervios... existen unos rayos divinos, que inervan los cuerpos, y exceden los limites de la individualidad humana... los rayos divinos son el fundamento de las almas humanas... el alma de los nervios se confunde con cierta lengua fundamental.
* la comparacion que puede hacerse entre el analista y el basurero se justifica.
* la paranoia se explica por un esquema segun el cual la pulsion inconsciente del sujeto es una tendencia homosexual.
* se habla de defensa contra la irrupcion de la tendencia homosexual... o bien ayuda a conservar el equilibrio o bien provoca la enfermedad.
* el pdte Schreber no tuvo hijos... el temor a la castracion renace en él, con una apariencia homosexual correlativa, porque accede finalmente a una posicion paterna. esto desencadena finalmente su crisis.
* privacion real del seno, frustracion imaginaria del don como relacion materna, y finalmente, castracion simbolica.
* la rumiacion obsesiva, no deja de construir signos para proteger mejor un maldito objeto de la falta.
* la fobia se torna un jeroglifo que condensa todos los miedos, desde los innombrables hasta los nombrables.
* en la boca de nuestra enferma, surgió la palabra galopinar, que rubricó todo lo dicho hasta entonces.
* nevernanghang, adjuncion de nervios... esa palabra le fue dicha por las almas examinadas o los rayos divinos... neologismo.
* 2 tipos de fenomenos donde se dibuja el neologismo: la intuicion y la fórmula.
* la intuicion delirante es un fenomeno pleno que tiene para el sujeto un caracter inundante, que lo colma... en el extremo opuesto, tenemos la forma que adquiere la significacion cuando ya no remite a nada. es la formula q se repite, se reitera, se machaca con insistencia estereotipada... el estribillo.
* ambas formas, la más plena y la más vacía, detienen la significación... y permiten reconocer la rúbrica del delirio.
* hablar es ante todo, hablar a otros.
* el sujeto recibe su mensaje del otro en forma invertida. esta estructura tiene 2 formas:
1. la primera es la fides... el amor
2. la segunda, el signo en el que se reconoce la relación de sujeto a sujeto, y que la diferencia de la relación del sujeto al objeto, es el fingimiento, el revés de la fides.
* por una razón delirante... el Otro está ahí en tanto que Otro absoluto, reconocido pero no conocido.
* la instauracion misma de la experiencia esta en funcion del testimonio.
* todo conocimiento humano tiene su fuente en la dialectica de los celos.
* entre niños lo que sucede entraña ese transitivismo fundamental
* el objeto humano se distingue por su neutralidad y su proliferacion... el objeto del interes humano es el objeto del deseo del otro.
* el yo humano es el otro, y al comienzo el sujeto está más cerca de la forma de otro que del surgimiento de su propia tendencia. En el origen él es una coleccion incoherente de deseos -este es el verdadero sentido del cuerpo fragmentado- y la primera sintesis del ego es esencialmente alter ego, está alienada.
* el conocimiento paranoico se instaura en la rivalidad de los celos... en el objeto esta incluida una alteridad primitiva, por cuanto es primitivamente objeto de rivalidad y competencia. Solo interesa como objeto de deseo del otro.
* el caracter agresivo de la competencia primitiva deja su marca en toda especie de discurso sobre el otro con minuscula, sobre el Otro en cuanto tercero, sobre el objeto.
* testimonio en latin es testis... lucha virtual en la cual el organismo está siempre latente, en todo lo que es del orden del testimonio.
* la dialectica del inconsciente implica siempre como una de sus posibilidades la lucha, la imposibilidad de coexistencia con el otro... aquí reaparece la dialectica del amo y el esclavo.
* el amo le quitó al esclavo su goce, se apoderó del objeto de deseo en tanto que objeto del deseo del esclavo, pero perdió en la misma jugada su humanidad... a quién debe su humanidad? tan solo al reconocimiento del esclavo. Pero como él no reconoce al esclavo, este reconocimiento no tiene valor alguno.
* Quien triunfó y conquistó el goce se vuelve completamente idiota, incapaz de hacer otra cosa más que gozar, mientras que aquel a quien se privó de todo conserva su humanidad.
* a partir del momento en que el sujeto habla hay un Otro con mayúscula. Si no, el problema de la psicosis no existiría. Los psicóticos serían máquinas con palabra.
* el ego habla por medio del alterego, quien, en el intervalo cambió de sexo... alienacion invertida. En el delirio de celos, se encuentra en primer plano esa identificacion al otro con una inversion del signo de sexualizacion.
* la proyeccion neurotica consiste en imputar las propias infidelidades al otro: cuando se está celoso de la propia mujer es porque uno mismo tiene algunos pecadillos que reprocharse.
* no se puede intervenir el mismo mecanismo en el delirio de celos, donde la persona con que están identificados por una alienacion invertida, a saber, vuestra propia esposa, es la mensajera de vuestro sentimiento frente, nisiquiera a otro hombre, sino como lo muestra la clínica, a un número de hombres más o menos indefinido.
* el otro al que se dirige el erotomano es muy singular, porque el sujeto no tiene con él relacion concreta alguna, aunque se haya podido efectivamente hablar de vinculo mistico o de amor platonico... lo menos que puede decirse es que hay una alienacion divertida del mensaje... la despersonalizacion del otro con que se acompaña se manifiesta en la resistencia heroica ante todas las pruebas, como se expresan los erotomanos mismos.
* el delirio erotomaniaco se dirige a un otro tan neutralizado que llega a agrandarse hasta adquirir las dimensiones del mundo, ya que el interes universal que se adjudica a la aventura, como se expresaba Clerembaut, es uno de sus elementos esenciales.
* en la psicosis es la realidad misma la que esta primero provista de un agujero, que luego el mundo fantasmatico vendra a colmar
* lo que fue rechazado de lo simbolico reaparece en lo real
* la proyeccion en la psicosis es el mecanismo que hace retornar del exterior lo que esta preso en la verwerfung, o sea, lo que ha sido dejado fuera de la simbolizacion general que estructura el sujeto
* fase presicotica de Schreber: seria algo hermoso ser una mujer sufriendo los acoplamientos electricos... subraya el caracter de imaginacion de este pensamiento que lo sorprende, precisando a la vez haberlo experimentado con indignacion. Hay ahi una suerte de conflicto moral
* la relacion psicotica, en su grado ultimo de desarrollo, implica la introduccion de la dialectica fundamental del engaño
* el sujeto puede hablarle al Otro en tanto se trata con él de fe o de fingimiento, pero aqui es la dimension de un imaginario padecido -caracteristica fundamental de lo imaginario- donde se produce como una experiencia pasiva del engaño que llega a subvertir cualquier orden, mitico o no, en el pensamiento mismo... la fantasmagoria se transforma en lo mas cierto de su vivencia... se debe a ese juego de engaño que mantiene, no con un otro que seria su semejante, sino con ese ser primario garante mismo de lo real
* Dios es esencialmente el termino polar en relacion a la megalomania del sujeto, pero lo es en tanto que Dios está atrapado en su propio juego.
* El delirio de Schreber nos explicara que Dios, por haber querido captar sus fuerzas y hacer de él el deshecho, la basura, la carroña... el gran peligro de Dios es, a fin de cuentas, amar demasiado a Schreber, esa zona transversalmente transversal.
* el presidente Schreber se ha convertido en la víctima, en el sujeto absolutamente dependiente de sus voces... el mensaje se manifiesta aqui en la dimension pura y quebrada del significante... algo que por el hecho de no participar en el Tú, se manifiesta como si su unico objeto fuese presentar como ausente la posicion del Tu donde la significacion participa... el mensaje queda interrumpido porque no puede pasar por la via del Tú.
* se presenta una gran variedad de secuencias (ideas) que son descuidadas en la noción de comprensión.
* la experiencia freudiana no es para nada preconceptual. No es una experiencia pura. Es una experiencia estructural, de algo verdaderamente artificial que es la relacion analítica, tal como la constituye la confesión que el sujeto hace al médico.
* lo simbólico está más allá de toda comprensión... en cuyo seno, toda comprension se inserta.
* lo imaginario: son los rieles por los cuales el comportamiento animal es conducido hacia sus objetivos naturales... (???)
* en el orden imaginario o rela, siempre hay un menos o un más, un umbral, un margen, una continuidad.
* en el orden simbolico, todo elemento vale en tanto opuesto a otro.
* la relacion con el propio cuerpo caracteriza al hombre en el campo de lo imaginario... donde tal o cual punto es imaginario.
* el sujeto psicotico ignora la lengua que habla.
* lo que se reprime reotna...
* solo podemos introducir cosas en el circuito respetando el ritmo propio de la máquina: sino, caen en el vacío, no pueden entrar.
* todo lo rehusado en el orden simbolico reaparece en lo Real (N.E: el cuerpo fundido con su imaginario)... cuan significativa es esta suspension de toda posibilidad de hablar.
* la alucinacion verbal, es una interrupcion de la palabra entre el sujeto y el Otro... desvío por los 2 yoes, a y ´a en sus relaciones imaginarias.
* en el sujeto psicótico, ciertos fenómenos elementales y especialmente la alucinacion, nos muestran al sujeto completamente identificado a su yo que habla, o al yo totalmente asumido bajo el modo instrumental.
* (Kraepelin): la paranoia se distingue de las demas psicosis porque se caracteriza por un desarrollo insidioso de causas internas... y de un sistema delirante, duradero e imposible de quebrantar, que se instala con una conservacion completa de la claridad y el orden en el pensamiento, la volicion y la accion.
* el desarrollo, en realidad, no es insidioso... siempre hay brotes, fases... no se circunscribe a causas internas... el sistema delirante varía.
* hay que distinguir entre psicosis paranoicas y pasionales.
* la dificultad de abordar el problema de la paranoia se debe a la comprension.
* psicosis pasional: toda su vida parece centrada alrededor de la comprension del daño sufrido.
* el emisor es siempre al mismo tiempo un receptor.
CASO SCHREBER
* breve enfermedad (1884-85): delirio hipocondríaco... asume posteriormente la magistratura alemana... a los 51 años, está en medio de personas mucho mas experimentadas; durante 1 mes trabaja excesivamente y recomienzan sus trastornos: insomnio, mentismo, pensamientos perturbadores...
* Freud en 1909 toma en sus manos el libro de Schreber, aparecido en 1903.
* el libro, al comienzo, posee un tono de cortesía, claridad y orden... los temas conciernen a Dios y la inmortalidad... admision de la funcion primaria de los nervios... existen unos rayos divinos, que inervan los cuerpos, y exceden los limites de la individualidad humana... los rayos divinos son el fundamento de las almas humanas... el alma de los nervios se confunde con cierta lengua fundamental.
* la comparacion que puede hacerse entre el analista y el basurero se justifica.
* la paranoia se explica por un esquema segun el cual la pulsion inconsciente del sujeto es una tendencia homosexual.
* se habla de defensa contra la irrupcion de la tendencia homosexual... o bien ayuda a conservar el equilibrio o bien provoca la enfermedad.
* el pdte Schreber no tuvo hijos... el temor a la castracion renace en él, con una apariencia homosexual correlativa, porque accede finalmente a una posicion paterna. esto desencadena finalmente su crisis.
* privacion real del seno, frustracion imaginaria del don como relacion materna, y finalmente, castracion simbolica.
* la rumiacion obsesiva, no deja de construir signos para proteger mejor un maldito objeto de la falta.
* la fobia se torna un jeroglifo que condensa todos los miedos, desde los innombrables hasta los nombrables.
* en la boca de nuestra enferma, surgió la palabra galopinar, que rubricó todo lo dicho hasta entonces.
* nevernanghang, adjuncion de nervios... esa palabra le fue dicha por las almas examinadas o los rayos divinos... neologismo.
* 2 tipos de fenomenos donde se dibuja el neologismo: la intuicion y la fórmula.
* la intuicion delirante es un fenomeno pleno que tiene para el sujeto un caracter inundante, que lo colma... en el extremo opuesto, tenemos la forma que adquiere la significacion cuando ya no remite a nada. es la formula q se repite, se reitera, se machaca con insistencia estereotipada... el estribillo.
* ambas formas, la más plena y la más vacía, detienen la significación... y permiten reconocer la rúbrica del delirio.
* hablar es ante todo, hablar a otros.
* el sujeto recibe su mensaje del otro en forma invertida. esta estructura tiene 2 formas:
1. la primera es la fides... el amor
2. la segunda, el signo en el que se reconoce la relación de sujeto a sujeto, y que la diferencia de la relación del sujeto al objeto, es el fingimiento, el revés de la fides.
* por una razón delirante... el Otro está ahí en tanto que Otro absoluto, reconocido pero no conocido.
* la instauracion misma de la experiencia esta en funcion del testimonio.
* todo conocimiento humano tiene su fuente en la dialectica de los celos.
* entre niños lo que sucede entraña ese transitivismo fundamental
* el objeto humano se distingue por su neutralidad y su proliferacion... el objeto del interes humano es el objeto del deseo del otro.
* el yo humano es el otro, y al comienzo el sujeto está más cerca de la forma de otro que del surgimiento de su propia tendencia. En el origen él es una coleccion incoherente de deseos -este es el verdadero sentido del cuerpo fragmentado- y la primera sintesis del ego es esencialmente alter ego, está alienada.
* el conocimiento paranoico se instaura en la rivalidad de los celos... en el objeto esta incluida una alteridad primitiva, por cuanto es primitivamente objeto de rivalidad y competencia. Solo interesa como objeto de deseo del otro.
* el caracter agresivo de la competencia primitiva deja su marca en toda especie de discurso sobre el otro con minuscula, sobre el Otro en cuanto tercero, sobre el objeto.
* testimonio en latin es testis... lucha virtual en la cual el organismo está siempre latente, en todo lo que es del orden del testimonio.
* la dialectica del inconsciente implica siempre como una de sus posibilidades la lucha, la imposibilidad de coexistencia con el otro... aquí reaparece la dialectica del amo y el esclavo.
* el amo le quitó al esclavo su goce, se apoderó del objeto de deseo en tanto que objeto del deseo del esclavo, pero perdió en la misma jugada su humanidad... a quién debe su humanidad? tan solo al reconocimiento del esclavo. Pero como él no reconoce al esclavo, este reconocimiento no tiene valor alguno.
* Quien triunfó y conquistó el goce se vuelve completamente idiota, incapaz de hacer otra cosa más que gozar, mientras que aquel a quien se privó de todo conserva su humanidad.
* a partir del momento en que el sujeto habla hay un Otro con mayúscula. Si no, el problema de la psicosis no existiría. Los psicóticos serían máquinas con palabra.
* el ego habla por medio del alterego, quien, en el intervalo cambió de sexo... alienacion invertida. En el delirio de celos, se encuentra en primer plano esa identificacion al otro con una inversion del signo de sexualizacion.
* la proyeccion neurotica consiste en imputar las propias infidelidades al otro: cuando se está celoso de la propia mujer es porque uno mismo tiene algunos pecadillos que reprocharse.
* no se puede intervenir el mismo mecanismo en el delirio de celos, donde la persona con que están identificados por una alienacion invertida, a saber, vuestra propia esposa, es la mensajera de vuestro sentimiento frente, nisiquiera a otro hombre, sino como lo muestra la clínica, a un número de hombres más o menos indefinido.
* el otro al que se dirige el erotomano es muy singular, porque el sujeto no tiene con él relacion concreta alguna, aunque se haya podido efectivamente hablar de vinculo mistico o de amor platonico... lo menos que puede decirse es que hay una alienacion divertida del mensaje... la despersonalizacion del otro con que se acompaña se manifiesta en la resistencia heroica ante todas las pruebas, como se expresan los erotomanos mismos.
* el delirio erotomaniaco se dirige a un otro tan neutralizado que llega a agrandarse hasta adquirir las dimensiones del mundo, ya que el interes universal que se adjudica a la aventura, como se expresaba Clerembaut, es uno de sus elementos esenciales.
* en la psicosis es la realidad misma la que esta primero provista de un agujero, que luego el mundo fantasmatico vendra a colmar
* lo que fue rechazado de lo simbolico reaparece en lo real
* la proyeccion en la psicosis es el mecanismo que hace retornar del exterior lo que esta preso en la verwerfung, o sea, lo que ha sido dejado fuera de la simbolizacion general que estructura el sujeto
* fase presicotica de Schreber: seria algo hermoso ser una mujer sufriendo los acoplamientos electricos... subraya el caracter de imaginacion de este pensamiento que lo sorprende, precisando a la vez haberlo experimentado con indignacion. Hay ahi una suerte de conflicto moral
* la relacion psicotica, en su grado ultimo de desarrollo, implica la introduccion de la dialectica fundamental del engaño
* el sujeto puede hablarle al Otro en tanto se trata con él de fe o de fingimiento, pero aqui es la dimension de un imaginario padecido -caracteristica fundamental de lo imaginario- donde se produce como una experiencia pasiva del engaño que llega a subvertir cualquier orden, mitico o no, en el pensamiento mismo... la fantasmagoria se transforma en lo mas cierto de su vivencia... se debe a ese juego de engaño que mantiene, no con un otro que seria su semejante, sino con ese ser primario garante mismo de lo real
* Dios es esencialmente el termino polar en relacion a la megalomania del sujeto, pero lo es en tanto que Dios está atrapado en su propio juego.
* El delirio de Schreber nos explicara que Dios, por haber querido captar sus fuerzas y hacer de él el deshecho, la basura, la carroña... el gran peligro de Dios es, a fin de cuentas, amar demasiado a Schreber, esa zona transversalmente transversal.
* el presidente Schreber se ha convertido en la víctima, en el sujeto absolutamente dependiente de sus voces... el mensaje se manifiesta aqui en la dimension pura y quebrada del significante... algo que por el hecho de no participar en el Tú, se manifiesta como si su unico objeto fuese presentar como ausente la posicion del Tu donde la significacion participa... el mensaje queda interrumpido porque no puede pasar por la via del Tú.
Los poderes de la Perversión, (1980) Julia Kristeva, trad. Nicolás Rosa y Viviana Ackerman
* La abyección, es una de esas oscuras rebeliones del ser contra aquello que lo amenaza y que le parece venir de un afuera o de un adentro exorbitante, arrojado al lado de lo posible y de lo tolerable, de lo pensable.
* Ahí está rrojado, inasimilable. Eso fascina el deseo que sin embargo, no se deja seducir.
* Asustado, se aparta. Repugnado, rechaza, un absoluto lo protege del oprobio, está orgulloso de ello y lo mantiene. Y no obstante, al mismo tiempo, este arrebato, este espasmo, este salto es atraído hacia otra parte tan tentadora como condenada. Incansablemnte, como un búmerang indomable, un polo de atración y de repulsión coloca a aquel que está habitado por él literalmente fuera de si...
* Lo abyecto no es un ob-jeto, tampoco es este objuego, punto de fuga infinito en una búsqueda sistemática (compulsiva) del deseo...
* Del objeto, lo abyecto no tiene más que una cualidad, la de oponerse al yo...
* lo abyecto es radicalmente un excluido, y me atrae hacia ahí donde el sentido se desploma. Un cierto yo que se ha fundido con su amo, un superyo, lo ha desalojado resueltamente... sin embargo, lo abyecto no cesa, desde el exilio, de desafiar al amo... le solicita una descarga, una convulsión, un grito... si tu enemigo te vence grítale...
* a cada yo su objeto, a cada superyo su abyección...
* no es la capa blanca o del aburrimiento quieto de la represión. No son las versiones o conversiones del deseo que tironean los cuerpos, las noches, los discursos, sino un sufrimiento brutal del que yo se acomoda, sublime y devastado, ya que el yo lo vierte sobre el padre (padreversión): yo lo soporta ya que imagina que tal es el deseo del otro... en el linde de la inexistencia y de la alucinación, de una realidad que si la reconozco, me aniquila. Lo abyecto y la abyección son aquí mis barreras. Esbozos de mi cultuta.
* asco de una comida, espasmos, vómitos que me protegen. Repulsión, arcada que me separa y me desvía de la impureza, de la cloaca, de lo inmundo...
* la nausea me retuerce contra esa nata y me separa de la madre, del padre que me la presenta. De ese elemento, signo de su deseo, yo ya no quiero saber, yo no lo asimilo, yo lo expulso... pero puesto que existo en su deseo, yo me expulso, yo me escupo, yo me abyecto... me desvanezco en esta cosa insistente, cruda, insolente bajo el sol de la morgue...
* aquello que no respeta los límites, los lugares, las reglas de la humildad, la verdad, el bien es abyecto... la abyección es inmoral, tenebrosa..."
* no es la ausencia de limpieza o de salud lo que vuelve abyecto, sino aquello que perturba una identidad, un sistema, un orden. Aquello que no respeta los límites, los lugares, las reglas. La complicidad, lo ambiguo, lo mixto. El traidor, el mentiroso, el criminal con la conciencia limpia, el violador desvergonzado, el asesino que pretende salvar...
* todo crimen que señala la fragilidad de la ley es abyecto, pero el crimen premeditado, la muerte solapada, la venganza hipócrita lo son aún más porque aumentan esta exhibición de la fragilidad legal.
* la abyección es inmoral, tenebrosa, amiga de rodeos, turbia: un terror que disimula, un odio que sonríe, una pasión por un cuerpo cuando lo comercia en lugar de abrazarlo, un deudor que estafa, un amigo que nos clava un puñal por la espalda.
* aquel que rechaza la moral no es abyecto -puede haber grandeza en lo amoral y aun en un crimen que hace ostentación de su falta de respeto de la ley, rebelde, liberador, suicida.
* la abyección del crimen nazi llega a su apogeo, se mezcla con aquello que, en mi universo viviente, está llamado a salvarme de la muerte: con la infancia, con la ciencia, entre otras cosas.
* la abyección de si... el sujeto encuentra lo imposible en si mismo: él no es otro que siendo abyecto... al sujeto le ha sido develado que todos sus objetos solo se basan sobre la pérdida inaugural, fundante de su propio ser... hay un reconocimiento de la falta fundante del ser, el sentido, el lenguaje, el deseo...
* reconocimiento de la castración, se desvía de sus escapatorias perversas para ofrecerse como el no objeto más precioso, su propio cuerpo, su propio yo (moi) perdidos en lo sucesivo como propios, caídos, abyectos.
* el fin de la cura puede llevarnos hacia allí. Angustias y delicias del masoquismo.
* esencialmente a lo siniestro, incluso más violenta, la abyección se construye sobre el no reconocimiento de sus próximos: nada le es familiar, ni siquiera una sombra de recuerdos. Me imagino a un niño que se ha tragado precozmente a los padres y los vomita y rechaza, para salvarse, en todos sus dones y objetos... dominado por la pulsión, se construye su propio territorio, cercado de abyecto. Maldita figura. El miedo cimienta su recinto medianero de otro mundo, vomitado, expulsado, caído... aquello que ha tragado en lugar de un odio materno sin palabra para la palabra del padre, es un vacío.
* Qué consuelo se puede encontrar en la repugnancia? Quizá un padre, pero vacilante, que retorna permanentemente. Sin él, el madito muchacho no tendría probablemente ningún sentido de lo sagrado... se confundiría con el basural de los no objetos...
* para quien lo abyecto existe no está loco. Del entumecimiento que lo ha congelado frente al cuerpo intocable, ausente, de la madre, y que ha cortado los impulsos de sus objetos (representaciones)... hace advenir con el asco el miedo (N.E: la náusea, la angustia, la conversión, la paranoia...). El fóbico no tiene más objeto que lo abyecto.
* teoría del inconsciente: represión de contenidos (afectos y representaciones) que por ello no acceden a la conciencia, sino que operan modificaciones en el sujeto, en el discurso (lapsus), en el cuerpo (síntomas), o en ambos (alucinaciones).
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