lunes, 30 de agosto de 2010

OBSESION

TRASTORNO OBSESIVO

* El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad (como la agorafobia, la fobia social, etc)

* es reconocido como un problema común que afecta al 2% de la población, es decir, a más de 100 millones de personas en el mundo.

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"* los fantasmas sádicos juegan un rol importes en la economía del obsesivo.

* El obsesivo al igual que la histérica necesita de un deseo insatisfecho, es decir de un deseo más allá de la demanda: él resuelve la cuestión de la evanescencia de su deseo haciéndolo un deseo prohibido preciso por la interdicción del Otro . La muestra y a la vez no lo muestra.

* Para que haya hazaña es necesario que sean al menos tres. Alguien debe ser su testigo en su intento de obtener el permiso del Otro. Respecto al Superyo: el obsesivo se influye toda clase de tareas duras y sufridas que convergen con lo que "desean y allí las reúnen con esplendor. En nombre de eso tendría derecho a unas vacaciones durante las cuales harían lo que quisieran. Esta es la dialéctica tan conocida en el obsesivo del trabajo y las vacaciones, luego las vacaciones se revelan como tiempo perdido: de lo que se trataba era de obtener el permiso del Otro.

* en la hazaña el sujeto domina una angustia fundamental, que el Otro este allí es para él la mira esencial y que lo valide.

* él se siente amenazado por la castración del Otro de manera tan aguda que no puede acercarse a su propio deseo. A diferencia de la madre de la histeria, la madre del obsesivo dice: yo te daré todo y es el refugio al pánico que siente en el acercamiento de su deseo.

* La demanda de retener el excremento está fundada en un deseo que es el deseo de expulsar. Pero acá la cosa no es tan sencilla por que la expulsión también es exigida en un mismo momento por el progenitor educador. Allí le es demandado al sujeto que dé algo que satisfaga la expectativa del educador: maternal en este caso. Se trata de una disciplina de la necesidad y la sexualización sólo se produce en el movimiento de retorno a la necesidad que la legitimiza como un don a la madre que espera que el niño satisfaga con sus funciones. El regalo excremento forma parte de la temática más antigua del análisis y el campo de la dialéctica anal se expresa en la oblatividad: todo para el otro, dice el obsesivo y efectivamente es lo que hace. Es en la medida en que algo le es demandado. Es en la medida en lo que algo le es demandado como don que lo que queda arrastrado en la operación es su deseo. Su deseo se va por el inodoro, esa es la posición deseante, vaciado de su deseo por el Otro

* El excremento entra en la subjetivización por vía de la demanda del Otro; retener es introducir el dominio de una parte del cuerpo que no se la debe alienar y después soltarla siempre a pedido pero es solo en tanto que simboliza la castración que el objeto "a" excremencial nos ocupa. Es alrededor de esta temática anal que por primera vez tiene ocasión de reconocerse en un objeto alrededor del cuál gira demanda de la madre, pedido de un objeto admirado y también desaprobado.

* Lo que él cree es que se ama en él la imagen que él da, mantener esa imagen lo coloca a una gran distancia de sí mismo y todo lo que hace nunca en para él sino para beneficiar la imagen."

Seminario: Estructuras clínicas: NEUROSIS.- Isidoro Vegh, Silvia Wainsztein, Batia Schwartz, Eva Lerner.- ( Centro de Salud Ameghino) - 1988

http://www.efba.org/efbaonline/lerner-42.htm


* Las obsesiones son un conjunto de ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que la persona considera intrusas o inapropiadas. Su contenido es molesto y en ocasiones incluso vergonzoso para el paciente.

* Las compulsiones son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas o formas estereotipadas que el sujeto realiza para disminuir la ansiedad. Pueden ser compulsiones conductuales, que son rituales observables, o compulsiones cognitivas, rituales no observables pues ocurren en la mente del sujeto.

* el carácter obsesivo, suele ser fruto de influencias de la infancia ejercidas por los padres del paciente, y de los que uno de ellos también era ya obsesivo. La enfermedad no es hereditaria pero se trasmite por contagio emocional. Los padres del obsesivo-compulsivo suelen ser inseguros, rígidos, con severidad excesiva, despegados o, al menos, poco expresivos con el niño. En este ambiente el futuro enfermo forma una personalidad con niveles muy altos de autoexigencia, con una hostilidad hacia sus padres que le provoca grandes sentimientos de culpa y con ellos intensa carga de ansiedad y los mecanismos de rechazo. El obsesivo es perfeccionista para defenderse de los sentimientos de culpa que le acosan.

http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=143

* El coleccionismo llega a convertirse en una obsesión en aquellos sujetos que presentan una vulnerabilidad personal como falta de autoestima, escasas habilidades sociales y trastornos a la hora de enfrentarse a los contratiempos. “Cuando aparece este sentimiento de ineficacia personal, el coleccionismo compulsivo les ayuda a sentirse mejor”

http://rdipress.com/los-coleccionables-pueden-favorecer-el-trastorno-obsesivo-compulsivo/

* "Sufrir neuróticamente de modo obsesivo es sufrir conscientemente en el pensamiento, o sea desplazar el goce inconsciente e intolerable hacia el sufrimiento del pensar.

Sufrir de modo fóbico es sufrir conscientemente el mundo que nos rodea, o sea proyectar hacia afuera, al mundo exterior, el goce inconsciente e intolerable y cristalizarlo en un elemento del medio externo, transformado ahora en el objeto amenazador de la fobia.

Sufrir de modo fóbico es sufrir conscientemente el mundo que nos rodea, o sea proyectar hacia afuera, al mundo exterior, el goce inconsciente e intolerable y cristalizarlo en un elemento del medio externo, transformado ahora en el objeto amenazador de la fobia.

En una palabra, el goce intolerable se convierte en trastornos del cuerpo en el caso de la histeria, se desplaza como alteración del pensamiento en la obsesión, y se expulsa, para retornar de inmediato como peligro exterior, en la fobia."

http://deliranteserial.blogspot.com/2008/05/diferencia-entre-la-histeria-la-obsesin.html

* Cualquier mujer puede volverse demasiado protectora, sin distinción de su clase social o educación académica. Muchos son los casos de madres que se sienten o se creen con todo el derecho de decidir sobre la vida del hijo, enseñándolos desde temprana edad a depender de lo que ella diga y ordene. En su afán de protegerles les niegan la libertad de opinar, de alzar la voz y de decidir qué hacer o no hacer con su vida. Esto no sólo les afecta en situaciones en las que está presente la madre, sino que también les acaba afectando para todas las situaciones de la vida diaria.

* El obsesivo y el histérico metabolizan la nada como trastorno; la positividad de lo que se les entrega no les alcanza.

* El histérico se camufla en el juego de las identificaciones y no se está contento hasta que encuentra una posición en la que ejerce atracción sobre los otros. Lo mismo ocurre con el obsesivo, solo que para este ultimo, las fuentes y mecanismos de asimilacion son otras. Entre histéricos y obsesivos existe divergencia en la forma en como surge y se asimila la falta y la positividad del Otro, pero en ambos casos, acontece un conflicto de ambivalencia. En la histeria, prevalece la disociacion conversiva; en el obsesivo, la racionalización analítica como condición de una disociación compulsiva. Esta racionalizacion contrasta con una angustia castratoria que solo se alivia en la estructura de una ceremonia.

* Un obsesivo puede ser muy crítico con los que ama; la causa de dicha situacion es que el obsesivo es en realidad muy crítico consigo mismo. Actúa como si le rindiese cuentas a un tribunal. De ese modo, su capacidad amatoria se ve interferida por los fantasmas de una crítica; algo lo bloquea sentimentalmente y lo evade de la dimensión dolorosa de una pérdida; ese algo, cuyo mecanismo es francamente sádico y oscuro, persiste en el obsesivo como una deuda y le perfora el corazón.

* Si nos aventuramos un poco más en la historia psicodinámica del obsesivo nos encontramos con lo siguiente: El Otro le falló. Las reiteradas ausencias de la figura amada, cuya función, apenas lo protege de la angustia, causan una respuesta reactiva e identificatoria en su persona; pero como en la histeria, es inevitable absorber la totalidad del ser amado sin su reverso siniestro. El sujeto, de ese modo, para soportar su castración, se ve obligado a cercar la abyección del Otro en un objeto fóbico, y asismismo, se ve forzado a rendirle tributo en un objeto de veneración. Ante las reiteradas ausencias, el obsesivo se construye un ideal crítico que le permite identificarse a una estructura en la que se reconoce como deudor.

* El Otro que se introyecta resulta demasiado estricto en sus exigencias y demasiado frío en su amor, el obsesivo lo identifica al agresor incorporando como el juez sádico de un tribunal. Construye en su mente la imagen magnífica de un Otro que lo protege en la medida de un tributo; de otro modo lo castiga con una severidad cercana al sadismo perverso.

* Como da Vinci, el sujeto puede destituir a las mujeres de su valor heterosexual, porque si estas fueron abandonadas por el padre, es porque en el escenario del mismo fueron indignas, insignificantes. En dicha renuncia se establece el propio yo como objeto. El sujeto se ama a si mismo pero como ellas le amaron alguna vez; se identifica en la elección de sus protectoras pero no en el ser de su identidad femenina. Hay en cambio una repulsa de dicha identidad. Es el Otro el que compensa las reiteradas ausencias como un juez.

* El Otro no perdona las cosas a medias, exige el rigor de un tributo a cambio de su amor; sino, castiga, rechaza, repulsa.

* Da Vinci construye la idea reactiva y perfecta de un ser masculino con el que se identifica, pero cuyo juez es el Otro de un padre, que en realidad, es más lejano que ausente. Digo lejano y no ausente porque de otro modo la economía mental del sujeto desemboca en una perversión o incluso en una psicosis.

* El padre debe estar presente en la escena subjetiva, pero el deber, de todos modos, no logra subsanar sus faltas y sus ausencias en la construcción compensatoria de un ideal; en esa construccion el sujeto se logra identificar intelectualmente en el establecimiento de una estructura.

* Quizás, es el discurso de la madre el que lo ausenta, el que rechaza al padre.

* Podría darse el caso también de una niña obsesiva identificada al amor que le profesa su padre despreciado por la madre; su mujer lo abyecta y se ausenta de sus funciones maternas por razones evidentes. A la madre, se la ve entonces como a un padre, como a una figura que porta la ley y al padre como a una madre, carente de ley, necesario nada más que en sus caricias. Seguramente, esa mujer será feminista y odiara a los hombres, encontrandolos insignificantes, tontos; ahora bien, renuncia al padre pero se identifica de todos modos a su eleccion, eligiendo a una mujer que represente lo que ella fue para él; en contrapartida se construye el ideal invertido de un yo perfecto, que responde a las exigencias de un Otro materno portadora de la ley.

Estos dos ejemplos no esclarecen en realidad mayormente los mecanismos que diferencian a un obsesivo del resto de las patologías. Si bien, la tendencia perversa y homosexual permanece reprimida y latente en el carácter obsesivo, solo en algunos se hace manifiesta, no siendo esencial en la formación de sintomas. Más que un problema de identificacion sexual, el obsesivo se trastorna por una deuda inconsciente que sostiene con un OTro.

* El Otro es la estructura donde los sujetos ordenan y jerarquizan sus ideales pero también es desde donde se abyectan y reprimen un sinnumero de impulsos e identificaciones, entre ellas la homosexual.

* Esencialemente, lo que se reprime en un obsesivo son fragmentos; fragmentos sexuales de un algo sumamente deseado, pero que tuvo en su momento un valor subvertivo en la construcción del ideal. Ocurre que, por una disposición totalitaria de la identidad represora, esos aspectos fragmentarios se van al fundamento; el Otro, los reprime y disocia de sus fines sociales; para el histérico, los fragmentos de su placer y del odio al abuso que se le asocia y reprime, lo desdoblan y convierten en un cuerpo del malestar; para el obsesivo, en cambio, esos fragmentos retornan bajo el dispositivo intelectual de un mecanismo compulsivo; como ausencia y agujero del mismo ideal que se construye.

* Cuando el Otro falla, y lo hace de forma reiterada, deja en la subjetividad una huella que ni el histérico ni el obsesivo pueden perdonar. Perdonar esa falla significaría ser esencialmente distintos, lo cual, los enfrentaría a ambos a un vacío desgarrador. La angustia, es la respuesta del cuerpo ante una carencia elemental de significados que lo llenen. En ese sentido, al neurótico no le queda otra opción más que asumir su malestar. Es la excesiva lejanía emocional lo que motiva al obsesivo a construir su ideal. Pero para el histérico, es la excesiva e incluso la abusiva cercanía emocional del otro sobre su cuerpo, acompañada de una intermitencia insoportable, lo que gatilla la conversión del mal en sintoma. Ambos, sin embargo, se preguntan: por qué me abandonas?

* El histérico intenta olvidar y reprimir su resentimiento, amando desenvueltamente en la superficie de una gesticulación. Cuando se encuentra con el Otro del otro que ama y de algún modo manipula, se desgarra con la violencia correspondiente a su resentimiento reprimido. Lo que aflora de ese modo son las partes del cuerpo, erotizadas en un tiempo remoto, y que no encontraron conciliación con el tipo de ideal que se forjó en contrapartida; soriasis en el cuello, una picazón en la zona genital.

* En el caso del obsesivo esa figura de proteccion apenas logró conectarse emocionalmente con él. El obsesivo intentará reprimir la furia y el despecho que le produjeron las reiteradas ausencias y retaliaciones de su Dios protector. Luego, se sentirá culpable de su odio, instaurandose el rito religioso en su conducta, mecanismo que le permite enmendar sus pecados y restituir la perfeccion del ideal. Sin embargo, el obsesivo no perdona al Otro en su indiferencia primordial.

* Lo que se instituye como ideal, se prostituye como venganza en los fragmentos disociados. Esos fragmentos, satisfacen al obsesivo disociadamente, a diferencia de un perverso, con culpa y miedo. Le teme al castigo del Otro y por ello se defiende compulsivamente de su castración.

* En la histeria, los aspectos disociados de la satisfacción sexual se manifiestan subyacentes a la totalidad y la superficie del ser amado, en la presunción romántica de un ser amado carente de fisuras, que sin embargo, abyecta el revés imperfecto de su condición real. Para el obsesivo, esos mismos aspectos reprimidos de su satisfacción sexual retornan disociados en un formato intelectual. Sus tendencias perversas y su necesidad de contacto físico solo se satisfacen en la oscuridad del secreto. Esto, motiva que en su conducta los encuentros amorosos, en los que pretende una perfección moral, se hayen disociados de su sexualidad abyecta.

* El obsesivo se complace enormente estudiando leyes, o algun asunto en el que pueda dedicar su fuerza analítica; esto ocurre, como si estuviese donandole a un Otro un bien social, como si estuviese pactando con éste una deuda. Estudia, se gradúa, se podría recibir incluso con honores y casar con su ideal intelectual, cuya virginidad y pureza lo deslumbran. Sin embargo, el obsesivo intentará una y otra vez desasirse de sus formas, intentando incluso transgredir los ritos que lo estructuran. Él quiere encontrarse y gozar en la naturaleza de sus fragmentos.

* Si el histérico encuentra en la conversión una moneda de cambio para expresar su odio reprimido bajo la forma de un goce, el obsesivo encuentra esa moneda maquinando un placer disociado de los matrimonios que lo restringen.

* El histérico le devuelve la satisfacción reprimida al Otro bajo la forma de una conversión que puede llegar a ser muy agresiva, limítrofe incluso. El obsesivo, en cambio, se mostrará sumiso y condescendiente pero tras bambalinas, dará rienda libre a la oscuridad onírica de sus fantasías puteras. El vehículo descarga su odio reprimido y encuentra un goce en el otro de la devaluación (water). El otro me satisface en tanto que basurero, como depositario del excremento. De acentuarse estas características, y sustrayendoles la culpa, estaremos en presencia de una formacion narcisista.

* El obsesivo se mantiene fiel al tipo ideal de su amor. Nada más disocia el placer erotico de su amor romántico como si fuesen cosas excluyentes.

* El narcisista no necesita la disociacion y goza controlando.

* El obsesivo encuentra desahogo en la fragmentación perversa de sus conductas. Esta actitud tiene un costo moral para su fuero interno y para el honor excelso que intenta transmitir con su yo. Se critica a si mismo con severidad por las razones antes mencionadas: por haberle fallado al Otro de su amor. El obsesivo, se siente culpable del crimen y puede caer incluso en la melancolía. Pero se angustia y no sabe muy bien porqué. Comienzan de ese modo sus ritos: para salvarse de la intolerable angustia de castración y de las persecutorias culpas, los castigos del Otro para con su pervertida conducta. La compulsión es una forma desplazada de pedir perdón.

Se alivia el sujeto de su culpa pero en el fondo desconoce porqué la angustia reaparece. La deuda persiste. En realidad, de lo que el obsesivo no se da cuenta es que el Otro es quien lo somete. El Otro es quien le exige una donacion: las culpas y ritos de su ser compulsivo. En realidad, fue el Otro primordial, el padre ausente y castigador, quien lo arrojó a una estructura disociada del odio y el resentimiento correspondientes a dicha situacion. Los intercambios mierdosos del ano con el mundo ordenaron las insoportables dicotomías. Se instauró el sentido de una deuda por la que se paga con mierda o con excesiva pulcritud. El yo reprime su agresión hacia los otros con la pulcritud y la formalidad de sus gestos y el ano se cuece de dolor, lo mismo que los impulsos sádicos (de venganza) que se repimen en su asociacion.

* El obsesivo incorpora el dolor físico o la incomodidad a su estructura. En realidad un odio culposo persiste y lo angustia. Ese odio solo se comprende como odio al desamparo, como deseo de muerte del padre y como goce perverso del cuerpo materno. Encuentra alivio en el absurdo compulsivo, en la expurgacion compensatoria de sus ritos. Para él, parece no haber otra manera de existencia más que la disociacion; se culpabiliza y se martiriza, pero eso, lo resguarda del odio que guarda en su corazón y en la profundidad mierdosa de sus razocinios.

º Màs que el dolor fisico, es una profunda sensacion de frustracion la que castra al sujeto, que entonces, sobrecarga el deseo de obtener la satisfaccion de la que se ve privado, acentuando su castraciòn en la evitaciòn racional o el detalle exagerado.

º la frustracion que produce la privacion del objeto de deseo, ligada al alimento en su condicion digestiva excremencial, encuentra una forma de control racional de los excrementos.

º la manipulacion del excremento es la forma de demostrar control racional, para obedecer la demanda de un adiestrador, cuyo amor entrega en la medida en que su lecciòn sea aprendida.

º el amor, evidentemente, no establece una exigencia de control ante la frustracion necesaria a la que se ve sometida el deseo, por ser este cosustancial a las cosas que cambian y mueren.

º en la enamoriscaciòn, se exaltan los conflictos infantiles con la autoridad, la figura de apego y los hermanos.

º en la enamoriscacion hay una polarizaciòn de los terminos, pues, o se haya la razòn sometida a los designios emocionales que provenientes del otro, o se cae indefinidamente por el precipio del desamor...la unica salida a tal dicotomia, es la racionalizacion de la perdida en rito

º el rito obsesivo, corre el peligro de atraer sobre sì, demonios, energias y pensamientos negativos, que por su condicion critica, impiden la contemplacion serena de la verdad, tergiversandola por el deseo de poder, en algo por lo que se debe renunciar y restituir simbolicamente

º el rito mantiene a raya la frustracion que produce no tener el objeto de deseo, la perdida con la que de antemano, el obsesivo se dispone a sesgar lo que tiene enfrente y juzgarse incapaz de amar irreflexivamente y sin temor a la muerte.

º en el polo de la excitacion, el amor, tanto para obsesivos,histèricos y fòbicos, tiene el modo de ser de la enamoriscacion y no del amor propiamente tal, pues al amor, se le añade un descontrol pasional, producto de una impotencia sistematica, y de una alteracion y exacerbacion profunda del deseo por resolver su perdida. Obsesion, histeria y fobia, se diferencian entre si en el modo de resolucion y en sus casusas, de modo que ciertas condiciones disponen el animo y el intelecto a producir herramientas especificas para su tramitacion.

º una solucion importante para callar la fuerza intelectiva con la que se pretende tapar el vaciìo, es encontrando paz y luz en el silencio y el relajo corporal. Por ello, ciertos ejercicios conducen la energia maligna del neurotico hacia una descarga.

º para el obsesivo, es importante definir los problemas y darles una solucion terapeutica, por ejemplo, monitorear la situacion y la finalidad de la que se desprende el pensamiento obsesivo, para su posterior ejercicio animico de resolver animicamente el problema de la ansiedad que produce. Se debe ejercitar la mente para utilizar sus herramientas positivas, de discriminacion racional, a la vez que abriendo los campos ansiògenos a una disposicion animica continua.

º el problema del obsesivo, es no poder enlazar sus racionamientos con sus emociones, las cuales se presentan disociadas y desbordantes (por el exceso de tensiòn que se deposita sobre ellas y por su imposibilidad de descarga), por lo cual, un trabajo que busque el punto de enlace entre la razòn y la emocion, es el objetivo de una terapia efectiva

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