... no he pensado más que en la inocencia de mis 23 años... si no tuviese fe ya en la vida, si dudase de la mujer amada, del orden universal, y estuviese persuadido por el contrario, de que todo no es más que un caos infernal y maldito, y fuese yo presa de los horrores de la desilusión, incluso entonces querría vivir... hasta los 30 años estoy seguro que mi juventud triunfará sobre todo, desencanto y desgana de vivir. Muchas veces me pregunto si habría en el mundo una desesperación capaz de vencer en mi ese furioso apetito de vivir; pero creo que no existe, por lo menos antes de que cumpla mis 30. Esta sed de vivir la tratan de vil algunos moralistas: morbosos y enfermos del pecho, sobre todo los poetas. Es verdad que es un rasgo de los Karamazov este rasgo de vivir a toda costa; también está en ti, pero por qué será vil? Hay aún bastante fuerza centrípeta en nuestro planeta. Aliosha. Se puede vivir, y yo vivo, aun a despecho de la logica. No creo en el orden universal, pero amo los tiernos retoños de la primavera, el cielo azul y a algunas personas sin saber por qué. Amo también el heroísmo en el que quizas he dejado de creer hace mucho tiempo, pero al que venero por costumbre. Ya te traen la sopa de pescado, buen provecho. Quiero viajar por Europa, Aliosha. Ya sé que no encontraré en ella más que un cementerio, !pero muy querido! Muertos amados reposan en él; cada piedra atestiguya su vida ardiente, su fe apasionada en el idea, su lucha por la verdad y la ciencia. !OH, caeré de rodillas ante esas piedras y las besaré llorando!... no serán lágrimas de desesperación, sino de felicidad. Me embriago en mi propia ternura. Amo los tiernos brotes de la primavera y el cielo azul. La inteligencia y la lógica no sirven para nada; es el que corazón el que ama, es el estómago; amamos nuestras primeras fuerzas juveniles... comprendes algo de mis galimatías, Aliosha? Iván se puso a reír.
- Demasiado lo comprendo, Iván. Quisiéramos amar con el corazón y con el estómago, eso lo has dicho muy bien. Estoy encantado de tus ganas de vivir. Creo que se debe amar la vida por encima de todo.
- Amar la vida más que el sentido de la vida?
- En absoluto. Amarla antes de razonar, sin lógica, como tú dices; unicamente entonces se comprenderá su sentido. Eso es lo que entreveo hace mucho tiempo. La mitad de tu tarea está cumplida y conseguida, Iván, amas la vida. Ocúpate de la segunda parte, de la salvación.
- Tienes mucha prisa por salvarme, y quizá no esté todavía perdido. En qué consiste esa segunda parte?
- En resucitar a tus muertos, que quizá estén aún vivos. Dame té. Estoy contento de nuestra entrevista.
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