Las viejas banderas de luchas estàn rotas. Ya nadie cree en el comunismo y todos tienen ojos crìticos hacia el sistema depredatorio del capitalismo. Las pervertidas estatuas de nuestros abuelos generaron un impacto grande sobre nuestros padres. Estamos hablando de gente cuarentona y cincuentona, que tiene que mantener familia y responder a las obligaciones burguesas que el Estado y nuestros abuelos le imponen. Inmunda herencia de consumismo y perversiòn. Desastrosa forma de competir con los otros, depredando nuestro alrededor. En el fondo, lo que nuestros padres aprendieron de nuestros abuelos, es adaptarse al rigor de las armas y al statu quo estatal, reproducido e interpretado por rigidas convenciones sociales. Nuestros padres heredaron las malformaciones sociales del autoritarismo de nuestros abuelos, la vieja disputa entre capitalistas y proletarios, pero hoy dìa la lucha es otra.
Nuestros padres, construyeron la ciudad que nuestros abuelos diseñaron. Todo lleno de rejas y limites. Nadie puede salir de su metro cuadrado. Hay mucho por consumir y muy poco tiempo. Nuestros padres, sin embargo, a los 50 años, ya estàn cansados, a punto de morir. Nuestros viejos estàn reventados y enfermos de trabajar y competir. Los deshechos se les devuelven con el hedor de la cloaca. El hogar de las familias es una vulgar pocilga. Nosotros somos sus hijos y vemos lo empaquetados que estàn nuestros padres, creyendose triunfadores de la vieja disputa de nuestros abuelos; son en realidad sus tristes vìctimas.
El capitalismo es la anarkia encubierta. Tildan los empresarios, ceñidos al orden de la libre competencia, que los movimientos sociales son primitivos y anarquicos. El capitalismo y el sueño americano de la felicidad consumista, es la territorializacion por las armas, luego, por el dinero, y finalmente por la persuasion. El capitalismo es la ideologìa de los màs astutos para la explotacion y la mentira. No existe un àrbitro que dirima en favor de una justicia comùn, y si los hay, son nombrados y comprados por los que tienen dinero. Los megaproyectos mineros y empresariales en general, son verdaderos carteles. Barrick gold financiò la candidatura de los actuales dirigentes de Vallenar, quienes obviamente, pagaron su deuda votando por el proyecto. Barrick gold pavimentò el camino a la cordillera, y ofreciò cuantiosas sumas de dinero a los propietarios agrìcolas. Cuàntas cosas hace Barrick gold por la comunidad! Ofrece empleos bien pagados, mejora las condiciones de vida de los indigentes, y dona dinero a las arcas municipales para que estas puedan utilizarla a conveniencia. Què hablar de Hidroaysèn. Al señor Piñera le interesan màs las personas que los àrboles, y eso queda claro en los beneficios que las empresas ofrecen a las comunidades. Pero eso es circunstancial y mentiroso, porque el atentado ambiental es mayor que cualquier beneficio y empleo. En el norte, las tierras quedaràn infertiles, y la salud de la gente empeorarà cualitativamente. Barrick gold deposita cianuro en los rìos que interviene e Hidroaysèn, con los sedimientos provocados por sus represas, emitirà elevadas concentraciones de dioxido de carbono al ambiente.
El nuevo movimiento social lucha por la apropiacion responsable de nuestro entorno y porvenir. Ya estamos hartos de la preemergencia ambiental para satisfacer interese industriales y automotrices. Estamos hartos de que nos llenen la boca y los sentidos con vicio y placer! No queremos màs el suelo infèrtil que nos heredan nuestros abuelos ni el sistema polìtico depredador. No hay ningun sentido de familia en la polìtica de nuestros abuelos. Nuestros abuelos, antes de morir, destruyen nuestro porvenir. Se nos ofrecen bienes de consumo para que nos olvidemos de la muerte, cada vez màs cercana por sus abusos, pero llegarà un momento en el que ni la television podrà adormecer nuestro deseo de vivir.
La privatizacion de la semilla es otra forma de depredar nuestro futuro y malformar nuestra salud en beneficio de sus intereses. ¿Por què, estos abuelitos de terno y corbata, ahora impotentes, no se van a la tumba de una vez y dejan de creerse los poderosos arruinando nuestro porvenir? No basta el progreso, su vieja y mentirosa promesa, ni el placer. Acostumbrados a comprarlo todo, quieren extender su dominio de muerte y miseria sobre todo el patrimonio. ¿se han invertido absolutamente el orden de las prioridades? ¿Importa màs el dinero y el desarrollo tecnològico que la salud y la sustentabilidad? Nuestros padres siguen el modelo de nuestros abuelos pero a regañadientes, porque a los 50 años, ya se estàn empezando a morir. Ellos, al menos, nos educaron en la libertad, para que los criticaramos- aunque todavìa nos seducen y tientan sus comodidades y placeres. !No podemos seguir de esta forma!
A diferencia de los movimientos sociales de antaño, en los que se luchaba por reivindicar los derechos sociales por la violencia, hoy tenemos que los jòvenes manifiestan su descontento por otras cosas y en familia, con las manos abiertas, en forma pacìfica. ¿Hasta què punto quieren que extrememos nuestras acciones? No hay nada màs impopular que reprimir brutalmente a manifestantes pacìficos y familias, incluyendo a niños y adolescentes. Pero ¿hasta dònde podremos aguantar? Se siguen aprobando las termoelectricas y las empresas mineras sin pensar en nuestro futuro. Estos viejos perversos nos quieren dejar sin futuro. Despuès, nos vamos a preguntar por los orìgenes desconocidos del cancer infantil. Què descaro! Los empresarios estàn vendiendo nuestro futuro. A este ritmo, los movimientos pacìficos se volveràn violentos. Nosotros, los hijos de sus hijos, no aguantamos lo que estàn haciendo con nuestro porvenir.
Nuestros representantes se tapan los oidos. Da pena ver a nuestros padres y a algunos de nuestros hermanos de generacion tomar parte del bando por la destruccion. Y vamos generando màs violencia y màs descontento. A este ritmo, si nos siguen tomando el pelo y nos siguen reprimiendo, los politicos, los empresarios y los militares se transformaràn en monstruos de 7 cabezas que tendremos que destruir. ¿Algo de humanidad les queda en el rostro, o es solo una careta? Si siguen de este modo, los movimientos sociales no seràn tan pacificos como ahora. Nos tenemos que dar cuenta de una vez que el sistema polìtico de nuestros abuelos està podrido, igual que sus inmundas conciencias y sus abotargadas billeteras. Esta es la peor representatividad pensable, no hay nada de democratico en el sistema republicano actual y sí mucha hegemonia monetaria y anarquìa moral. Hay que desencadenar un movimiento que rompa las estructuras. Los obreros lucharon en su momento por un sueldo mìnimo, ahora nos toca a nosotros luchar por nuestra salud y por un orden màs armonico y natural de convivencia, donde sea posible mirarse sin miedo y tocarse sin morbosidad. Por ello, debemos tomar una posicion estrategica. Primero, nuestros padres tienen la oportunidad de ser nuestros aliados. ¿Podràn nuestros padres escucharnos o escucharan a nuestros abuelos para seguir con la voràgine? De ser asì, cada uno que tome su puesto. Debemos tener una estrategia para desbaratar el sistema polìticos actual; parece que en el orden polìtico, siempre se llega a un punto en el que se debe luchar con violencia. Los acuerdos y los concensos son muy pocos y a veces estèriles. Barrick gold ofrece empleos y dinero a la comunidad, pero no va a transar dejar nuestros rìos en paz! El Estado chileno le ofrece caritativamente a los mapuches, tierras y regalìas, pero los mapuches quieren soberanìa, ¿estarà dispuesto algùn polìtico, subsidiario del sistema de nuestros abuelos cochinos, a darsela? Hay puntos donde no puede haber concenso, y en los que no podemos resignar la lucha. Llega un punto en el que todo movimiento social, por pacìfico que sea, si quiere llegar a sus objetivos, debe recurrir a la violencia. No nos pongamos una venda en los ojos. Debemos luchar!
Tenemos que ser inteligentes. No podemos lanzarnos como don Quijote a los molinos de viento. Va a llegar un punto en que el descontento serà incontenible. Vamos de a poco. Debemos crear conciencia sobre cómo expropiarles la hegemonìa sobre los recursos a nuestros abuelos, pero tambièn tenemos que pensar como los administraremos. ¿Vamos a tirarnos a tontas y a locas contra las fuerzas represoras del Estado, que protegen a los viejos impotentes, y gastar nuestras energias en una batalla sin sentido? Tenemos que declararle la guerra a nuestros abuelos, pero tenemos que movernos como en un tablero de ajedrez. Ya vendrà nuestro tiempo. Hay que tener paciencia. No derramemos la sangre entre nosotros, derramemos la sangre de nuestros abuelos, esteriles e impotentes. Nuestros abuelos ya tuvieron su tiempo y fracasaron. Aliemonos entonces a nuestros padres, demosle una oportunidad y revitalicemos sus corazones contra la anarkia neoliberal de nuestros abuelos facistas; busquemos en sus corazones las razones para desligarse de la inmundicia y el ataud, contagiemosles la fuerza de nuestro amor y de nuestra juventud. Que los abuelos dejen de decidir por nuestros padres! Los abuelos, ya muy cerca de la muerte, y sin hijos a quienes influir -es un hecho que ningun niño entiende sus balbuceos-... no podràn luchar solos y tendràn que resignarse o morir.
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