Hay personas que son en extremo hedònicas, y obran conforme unicamente a la obtencion de placer. Manipulan los sentimientos de la gente descuidadamente con tal de obtener lo que quieren. (ella) Me considera parte de ese sistema en el que el orgullo y el egoismo juegan un papel protagonico.
¿Quien està dispuesto a renunciar al placer para protegerse de un eventual daño sentimental? ¿quièn està dispuesto a renunciar a dar y obtener placer con tal de proteger a los demàs? El que sostiene e insiste en relaciones de placer tiene que aprender a manipular y a ser insensible con los propios sentimientos y con los demàs, porque llega un punto en que el placer, deja de ser mero placer, convocando sobre su actividad sentimientos y proyecciones. ¿Quièn pisa primero el palito? Ciertamente, la ternura es una virtud, pero hay que saber compartirla sin engaños y con las personas adecuadas. Forzar otra cosa, implica arriesgar sentimientos y someter el orgullo a daños contra su estima, por depender y exigir del otro algo que debe nacer en forma espontanea.
Hay que superar el autoengaño: uno mismo, busca incesantemente en la belleza el placer y el orgullo. No hay nada de malo en tomar la belleza para alimentarse en esos terminos, pero el caracter superficial y contigente de sus atributos, nos obliga a desprendernos de ellos si no queremos obsesionarnos y atentar contra su gesto espontaneo. Forzar relaciones sobre la obtencion de orgullo, comodidad y placer, a la larga menoscaban la autoestima de las personas y producen feroces batallas para ganar autonomia agrediendo. Si ya se cayò en eso, mejor callar.
Hay que superar el autoengaño y el amor a uno mismo para entender de una vez por todas que el placer, como actividad en sì misma, tiene sus limites. El placer sostenido y forzoso nos lleva a la explotacion y la guerra.
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¿còmo puedo merecer otra cosa mas que la guerra si solo he buscado placer encubierto bajo gestos amorosos? Enganchè en una dinàmica hedonista en la que dificilmente el orgullo podìa quedarse quieto. La reaccion obvia era la ira y la indiferencia, porque la sensibilidad del orgullo es beligerante y egoista. La sensibilidad de la intimidad amorosa es, por el conrario, altruista. No hay que negar de todas formas la legitimidad del cuerpo para reclamar lo suyo: placer por placer, pero tampoco hay que permitir que el placer por el placer nos gobierne, y se apropie de nuestros pensamientos y de nuestra mente, ni que la mente distorsionada por el placer gobierne al espiritu. El orgullo, el placer y el egoismo llegan para ser tomados por regalos para desaparecer. Todo fluye, y nada fluye màs rapido e intenso que el placer.
¿Relaciones de placer pueden desembocar en amor? Sì, pero es preciso callar las pretensiones egoistas en algun momento para ver de verdad la realidad intima del otro y no solo su superfice. Eso es un autentico gesto amoroso, y por lo mismo, es lo unico que puede perdurar y salvarnos de la guerra.
Lo unico que puede permanecer realmente es el amor, pero para alcanzar el amor verdadero, tenemos que limpiar nuestra casa por dentro, con todos nuestros caprichos y resabios de nuestras relaciones hedonicas. Hay que limpiar la casa porque hay que reinvertir los valores- el placer, el orgullo y el egoismo no pueden ser màs importantes que el verdadero amor.
Todo lo que se hace con verdadero amor vuelve de la misma forma. Todo lo que se realiza insensiblemente con placer se devuelve con orgullo y odio.
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