... se casó con Fiodor Pavlovich Karamazov... quizás por el eco de influencias extranjeras, por la exasperación de un alma cautiva. Quizá quería asegurar su independencia de mujer, protestar contra las conmveniencias sociales y contra el despotismo de su familia. Su complaciente imaginación le bosquejó durante un momento a Feodor Pavlovich, a pesar de su reputación de parásito, como uno de los personajes más astutos y maliciosos de aquella época...Lo que más llamó la atención de su aventura con Fiodor Pavlovch fue un rapto que la dejó encantada. Fiodor lo predisponía entonces a semejantes golpes de mano, pues ardía en deseos de hacer su carrera a cualquier precio; introducirse en una buena familia y recibir una buena dote eran cosas muy atrayentes para él. Por ninguna de los dos partes se trataba de amor, a pesar de la belleza de la joven... estuvo siempre dispuesto a acercarse a unas faldas cualesquiera con tal de que fuesen de su agrado. Por otra parte, aquella fue la única mujer que no ejerció sobre él ninguna atracción desde el punto de vista sensual.
Feodor le escamoteó todo su capital, veinticinco mil rublos de los que ella no volvió a oír hablar jamás. Durante mucho tiempo, él hizo todo lo posible porque su mujer le transmitiese por medio de acta en debida forma, un lugarcillo y una hermosa casa en la ciudad que formaban parte de su dote. Seguramente lo habría conseguido, pues la apatía la obligaba a decir que sí a aquel que por sus peticiones inmorales y fuera de lugar solo le inspiraba asco y desprecio. Afortunadamente pudo intervenir la familia y frenar la rapacidad del marido. Todos estaban enterados de que el matrimonio llegaba a las manos con frecuencia, y no era Fiodor Pavlovich quien daba los golpes precisamente, sino Adelaida Ivanovna, mujer arrebatada y atrevida, una morena irascible, dotada de una fuerza sorprendente. Por fin, dejó su casa y huyó con un seminarista muerto de hambre, dejando entre los brazos de su marido un niño de tres años, Mitia. Feodor se apresuró en establecer un harén en su casa y en organizar bacanales.Mientras tanto, recorría todo el gobierno, lamentándose de la deserción de Adelaida Ivanovna, refiriendo chocantes detalles de su vida conyugal. Parecía como si le gustara representar delante de todo el mundo el ridículo papel de marido engañado, en pintar su infortunio recargando los colores... era feliz en mostrarse en su nuevo papel de bufón, y que para hacer reír fingía no darse cuenta de su cómica situación. Quién sabe si en verdad no había inocencia de su parte?..
Adelaida Ivanovna, había fallecido de repente en un tugurio, de fiebres tifoideas según unos y de hambre según otros. Feodor Pavlovich estaba borracho cuando le comunicaron la muerte de su mujer. Dicen que corrió a la calle y comenzó a gritar con alegría, levantando los brazos al cielo: "Deja morir ahora a tu servidor". Otros dicen que sollozaba como un niño y que daba pena verle, a pesar de la repugnancia que inspiraba...
... Mitia fue recogido por Grigori, un criado fiel.
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