viernes, 30 de julio de 2010
Gases
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CLOROFLUOROCARBONOS
Los clorofluorocarbonos (CFC) son un grupo de compuestos químicos fabricados que contienen cloro, flúor y carbono. Este grupo incluye los siguientes: CFC-11, CFC-12, CFC-113, CFC-114, CFC-115 y muchas formas de freón. Son incoloros, inodoros, inocuos, incombustibles y estables cuando se emiten. Después de la emisión y al llegar a la estratosfera, se dividen y liberan átomos de cloro, que destruyen la capa de ozono del planeta. Los CFC pueden durar más de cien años en la estratosfera. Puesto que destruyen la capa de ozono, se ha prohibido su producción en los Estados Unidos desde el 31 de diciembre de 1995. Ahora solo pueden usarse, en forma limitada, los CFC reciclados y almacenados.
Los CFC son también un “gas con efecto de invernadero” porque absorben el calor de la atmósfera, envían parte del calor absorbido de regreso a la superficie del planeta y contribuyen a su calentamiento.
Antes de prohibirlos, se usaban en aerosoles, refrigeradores, acondicionadores de aire en casas, vehículos y empresas, extinguidores de incendio, espumas aislantes, empaques de espuma de poliestireno para alimentos, y disolventes de limpieza o para equipo electrónico.
Los CFC se usaban en inhaladores fabricados antes de 2008 para controlar el asma, pero a partir de ese año se ha prohibido su uso para esa fin. También pueden emplearse en investigación.
¿Cómo podría estar expuesto a los CFC?
Usted podría estar expuesto a los CFC si usa un inhalador fabricado antes del 2008 que contiene CFC, usa un antiguo acondicionador de aire de ventana que contiene CFC o maneja un auto antiguo con un acondicionador de aire que contiene CFC. Si usa un refrigerador antiguo que contiene CFC, podría estar expuesto si hay algún escape de esa sustancia. Los electrodomésticos y vehículos antiguos necesitan manejarse con cuidado para poder eliminar en forma inocua los CFC que contienen.
En el lugar de trabajo, usted podría estar expuesto a CFC en una instalación que recicle CFC en acondicionadores de aire. Podría estar expuesto si trabaja en una instalación que tiene autorización de usar CFC reciclados o acumulados o realiza investigación con ellos.
¿Qué efecto tienen los CFC para la salud?
La exposición directa a algunos tipos de CFC puede causar pérdida del conocimiento, dificultad respiratoria e irregularidad de los latidos del corazón. También puede causar confusión, mareo, tos, dolor de garganta, dificultad respiratoria y enrojecimiento y dolor de los ojos. El contacto directo con la piel con algunos tipos de CFC puede causar quemaduras por frío o sequedad de la piel.
Cuando los CFC destruyen la capa de ozono, los rayos ultravioleta nocivos llegan a la Tierra. La exposición a rayos ultravioleta más fuertes puede causar cáncer de la piel, cataratas y debilidad del sistema inmunitario.
Desde los años 1960, se ha demostrado que los clorofluorocarbonos (CFC, también llamados "freones") tienen efectos potencialmente negativos: contribuyen de manera muy importante a la destrucción de la capa de ozono en la estratosfera, así como a incrementar el efecto invernadero. El protocolo de Montreal puso fin a la producción de la gran mayoría de estos productos.
Utilizados en los sistemas de refrigeración y de climatización por su fuerte poder conductor, son liberados a la atmósfera en el momento de la destrucción de los aparatos viejos. Utilizados como propelente en los aerosoles, una parte se libera en cada utilización. Los aerosoles utilizan de ahora en adelante otros gases sustitutivos, como el CO2.
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MONOXIDO DE CARBONO
Es uno de los productos de la combustión incompleta. Es peligroso para las personas y los animales, puesto que se fija en la hemoglobina de la sangre, impidiendo el transporte de oxígeno en el organismo. Además, es inodoro, y a la hora de sentir un ligero dolor de cabeza ya es demasiado tarde. Se diluye muy fácilmente en el aire ambiental, pero en un medio cerrado, su concentración lo hace muy tóxico, incluso mortal. Cada año, aparecen varios casos de intoxicación mortal, a causa de aparatos de combustión puestos en funcionamiento en una habitación mal ventilada.
Los motores de combustión interna de los automóviles emiten monóxido de carbono a la atmósfera por lo que en las áreas muy urbanizadas tiende a haber una concentración excesiva de este gas hasta llegar a concentraciones de 50-100 ppm,[2] tasas que son peligrosas para la salud de las personas.
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DIOXIDO DE CARBONO
La concentración de CO2 en la atmósfera está aumentando de forma constante debido al uso de carburantes fósiles como fuente de energía[2] y es teóricamente posible demostrar que este hecho es el causante de producir un incremento de la temperatura de la Tierra - efecto invernadero-[2] La amplitud con que este efecto puede cambiar el clima mundial depende de los datos empleados en un modelo teórico, de manera que hay modelos que predicen cambios rápidos y desastrosos del clima y otros que señalan efectos climáticos limitados.[2] La reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera permitiría que el ciclo total del carbono alcanzara el equilibrio a través de los grandes sumideros de carbono como son el océano profundo y los sedimentos.
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MONOXIDO DE NITROGENO
También llamado óxido de nitrógeno (II) es un gas incoloro y poco soluble en agua que se produce por la quema de combustibles fósiles en el transporte y la industria. Se oxida muy rápidamente convirtiéndose en dióxido de nitrógeno, NO2, y posteriormente en ácido nítrico, HNO3, produciendo así lluvia ácida.
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DIOXIDO DE AZUFRE
La principal fuente de emisión de dióxido de azufre a la atmósfera es la combustión del carbón que contiene azufre. El SO2 resultante de la combustión del azufre se oxida y forma ácido sulfúrico, H2SO4 un componente de la llamada lluvia ácida que es nocivo para las plantas, provocando manchas allí donde las gotitas del ácido han contactado con las hojas.[2]
La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de nitrógeno o el dióxido de azufre emitido por fábricas, centrales eléctricas y automotores que queman carbón o aceite. Esta combinación química de gases con el vapor de agua forma el ácido sulfúrico y los ácidos nítricos, sustancias que caen en el suelo en forma de precipitación o lluvia ácida. Los contaminantes que pueden formar la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, y los vientos los trasladan miles de kilómetros antes de precipitarse con el rocío, la llovizna, o lluvia, el granizo, la nieve o la niebla normales del lugar, que se vuelven ácidos al combinarse con dichos gases residuales.
El SO2 también ataca a los materiales de construcción que suelen estar formados por minerales carbonatados, como la piedra caliza o el mármol, formando sustancias solubles en el agua y afectando a la integridad y la vida de los edificios o esculturas.
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METANO
El metano, CH4, es un gas que se forma cuando la materia orgánica se descompone en condiciones en que hay escasez de oxígeno; esto es lo que ocurre en las ciénagas, en los pantanos y en los arrozales de los países húmedos tropicales. También se produce en los procesos de la digestión y defecación de los animales herbívoros.
El metano es un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global del planeta Tierra ya que aumenta la capacidad de retención del calor por la atmósfera.
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OZONO
El ozono O3 es un constituyente natural de la atmósfera, pero cuando su concentración es superior a la normal se considera como un gas contaminante.
Su concentración a nivel del mar, puede oscilar alrededor de 0,01 mg kg-1. Cuando la contaminación debida a los gases de escape de los automóviles es elevada y la radiación solar es intensa, el nivel de ozono aumenta y puede llegar hasta 0,1 kg-1.
Las plantas pueden ser afectadas en su desarrollo por concentraciones pequeñas de ozono. El hombre también resulta afectado por el ozono a concentraciones entre 0,05 y 0,1 mg kg-1, causándole irritación de las fosas nasales y garganta, así como sequedad de las mucosas de las vías respiratorias superiores[4]"
wikipedia
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ESTUFAS
Evalúan recambio masivo de estufas a leña
La receta es simple: estufas podrán ser entregadas en parte de pago para adquirir una nueva que, bien utilizada, contaminaría cinco veces menos. La idea es aplicar el plan en comunas específicas.
Dos posturas para un mismo tema. Mientras tres intendentes de Santiago han intentado prohibir las supuestamente ecológicas estufas a leña -la mayoría compradas por familias ABC1- las empresas y Conama trabajan en un camino distinto: por un lado, regulación más estricta para fabricantes, y por otro, un masivo recambio tecnológico.
Lo anterior cierra la puerta a la prohibición total que pretende la Intendencia y da un respiro a un mercado que, en Santiago, entre mayo y septiembre de cada año, produce al menos 693 toneladas de humo (PM10), cifra incluso superior a lo que lanzan anualmente autos (516 toneladas) y buses (316), y apenas 70 menos que lo que contaminan los camiones a diésel.
http://www.chilecologico.cl/conama-y-empresas-buscan-formula-para-evitar-su-prohibicion-en-santiago/304
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1 comentario:
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