domingo, 4 de julio de 2010

Valor del Combustible

* "El jueves, científicos del gobierno de EE.UU. duplicaron su estimación de la cantidad de petróleo que vierte el pozo de BP accidentado en el Golfo de México. Es decir, que el caudal del derrame podría ser de hasta 40.000 barriles diarios (6.36 millones de litros)."

(...)

http://bloglemu.blogspot.com/search/label/Negociados

* Las emisiones de dióxido de carbono causadas por la actividad humana, el motivo principal del calentamiento del planeta y del cambio del clima, alcanzan un récord histórico.Noviembre, 2004. En el 2003 las emisiones de carbono procedentes de combustibles fósiles llegaron a un récord histórico de 6.800 millones de toneladas, casi un 4% más que el año anterior. Las emisiones globales de carbono han aumentado de forma constante desde finales del siglo XVIII, y de manera especialmente rápida desde la década de 1950. De hecho, las emisiones anuales se han cuadruplicado desde el 1950.

Tres cuartas partes de las emisiones globales de carbono provienen de combustibles fósiles, concretamente del carbono, el petróleo y el gas natural. El resto son, mayoritariamente, consecuencia de la deforestación. De los cuatro principales sectores que contribuyen a estas emisiones, la generación de electricidad es responsable de la mayor parte: un 35%. El transporte y los procesos industriales son responsables de un 20% cada uno, mientras que el 25% restante proviene de edificios residenciales y comerciales (ver la figura 3).Dos terceras partes de las emisiones de carbono derivadas de los combustibles fósiles tienen su origen en sólo 10 países. Los Estados Unidos de América, con un 5 por ciento de la población mundial, son el principal contribuyente, y son responsables de casi una cuarta parte de las emisiones globales. China se sitúa en segundo lugar, con prácticamente un 14 por ciento. Los otras principales contaminadores son Rusia, Japón, India y Alemania (ver las figuras 4 y 5).

Aun así, se prevé que la mayor parte del crecimiento de las emisiones en las próximas décadas provenga de los países en vía de desarrollo. Mientras que las emisiones globales de carbono han aumentado un 13% desde el 1990, las emisiones de China han experimentado un crecimiento del 47%, por ejemplo. De hecho, este país es responsable de casi la mitad del aumento global de las emisiones en el año 2003.Un ritmo sin precedentes
Como consecuencia del aumento constante de las emisiones de carbono, la cantidad de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ha subido en un 31% desde el 1750, un ritmo sin precedentes en los últimos 20.000 años. Normalmente, la naturaleza absorbe una grande parte de las emisiones de carbono a través de los océanos y los bosques, conocidos como “sumideros de carbono”, y reduce de esta manera el ritmo de acumulación en la atmósfera. Pero las tendencias recientes sugieren que las emisiones están ultrapasando la capacitado de absorción. Durante las dos últimas décadas, las concentraciones atmosféricas de CO2 han aumentado cada año una media de 1,5 partes de millón (ppm). Aun así, en los dos últimos años se han registrado aumentos inexplicables y alarmantes de 2,04 ppm y 2,54 ppm. Esto sugiere que la capacidad de los sistemas naturales de la Tierra por asimilar el aumento de las emisiones se está debilitando (ver la figura 6).

Mientras las concentraciones aumentan, el CO2 y otros gases de efecto invernadero retienen el calor de la tierra, y provocan que las temperaturas suban. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que las temperaturas de superficie medianas globales aumentarán 1,4-5,8 grados Celsius por encima de los niveles del año 1990 hasta el año 2100. De hecho, si los sumideros mundiales de carbono estuvieran llegando a un punto de saturación, los aumentos de las temperaturas actuales podrían ser incluso superiores.

La buena noticia es que disponemos de las tecnologías para reducir las emisiones de carbono. Cambiar nuestra dependencia de los combustibles ricos en carbono, como el carbón y el petróleo, por energías renovables y gas natural bajo en carbono puede reducir considerablemente las emisiones. La energía eólica, por ejemplo, actualmente produce lo suficiente energía sin carbono para suministrar electricidad a 24 millones de personas en todo el mundo, y el potencial aún es mucho mayor. Las personas están empezando a darse cuenta de los beneficios de esta fuente energética, y el uso de la energía eólica está aumentado un 31 por ciento cada año.

Más eficiencia
Utilizar aplicaciones industriales y domésticas más eficientes y establecer nueces estándares de eficiencia para los procesos industriales o los edificios con retroinstalación también supondrá una reducción de las emisiones de carbono y unas facturas de electricidad más baratas. En aquellos casos en qué el transporte colectivo no esté disponible, los vehículos híbridos de gas-electricidad proporcionan una solución de transporte baja en emisiones. Por ejemplo, el Toyota Prius, altamente eficiente, utiliza menos de la mitad de gasolina y, por lo tanto, emite menos de la mitad de carbono que los coches de gasolina habituales.

En el ámbito político, es vital el compromiso del gobierno para reducir las emisiones de carbono mediante políticas de regulación basadas en el mercado. Estas puede incluir incentivos para la eficiencia energética como impuestos de carbono más altos y la eliminación de las subvenciones para las fuentes energéticas provenientes del carbono; junto con una mayor inversión en investigación y desarrollo de tecnologías para la reducción de emisiones. Dinamarca ha aumentado los impuestos para los vehículos que emiten mucho carbono, mientras que ha reducido los impuestos de matriculación para la adquisición de vehículos con una fuente de energía eficiente."Centrales térmicas problemáticas
Los Países Bajos están pidiendo a seis de sus centrales energéticas de combustión de carbón que reduzcan sus emisiones de carbono en 6 millones de toneladas entre el año 2008 y el 2012. Y Japón está animando los funcionarios del gobierno a sustituir su flota actual de vehículos por 10 millones de vehículos poco contaminantes y 50.000 vehículos con pilas de combustible hasta el año 2010.

En los Estados Unidos de América, la Iniciativa sobre el Cambio Climático Global de la administración Bush pretende reducir, no las emisiones de carbono, sino la intensidad del carbono, es decir, la cantidad de emisiones de carbono por cada dólar del PIB. En este plan, la intensidad del carbono se reduciría en un 18% durante los próximos 10 años. Aun así, teniendo en cuenta el crecimiento económico previsto, las emisiones de gases invernadero aumentarían en 1.900 millones de toneladas, superando en un 40% los niveles del 1990 hasta el año 2020. La iniciativa de la administración Bush asume erróneamente que las medidas para frenar las emisiones de carbono obstaculizarán el crecimiento económico. Esto no sólo ignora los costes sociales de aumentar las emisiones de carbono, sino que también pasa por alto las ventajas fiscales de invertir en una economía ecológica. Un estudio reciente realizado por Redefining Progress, por ejemplo, elabora un plan por invertir en tecnologías limpias, con eficiencia energética, que crearían 1,4 millones de puestos de trabajo altamente cualificados y ahorrarían a los hogares americanos medias 1.275 dólares al año en costes energéticos para el 2025.

Aunque exista una carencia de liderazgo por parte del principal emisor de carbono del mundo, la comunidad mundial está decidida a abandonar el carbono. Recientemente, Rusia ha ratificado el Protocolo de Kyoto, que compromete a las naciones industrializadas que lo han firmado a reducir sus emisiones al menos un 5% por debajo de los niveles de 1990 hasta el año 2012. Los firmantes del protocolo suponen ahora un 61% de las emisiones de CO2 de los países industrializados, muy por encima del 55% necesario para que el protocolo entrara en vigor. Por lo tanto, las normas de Kyoto estarán vigentes a principios del año 2005. Los Estados Unidos y Australia, aún y haber rechazado firmarlo, seguro que recibirán el impacto, puesto que se implementará un programa de comercio de emisiones uniforme internacionalmente y se abrirán nuevos mercados competitivos de energía y tecnología eficiente.

Kyoto no es suficiente
A pesar de la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto, las proyecciones actuales muestran aumentos rápidos continuos en las emisiones de carbono, a medida que los países prosperan en la escala económica y queman más combustibles fósiles. Los científicos cruzan que es necesaria una reducción inmediata del 70-80% de las emisiones actuales de carbono para mitigar la continuación del cambio climático. Los países que lo admiten ya han ido más allá del objetivo de reducción del 5% perfilado en el protocolo. Alemania ha reducido las emisiones en un 9% desde 1991 y está discutiendo la posibilidad de reducirlas un 40% más hasta el 2020. El Reino Unido, que ha recortado las emisiones en un 8% desde el 1990, pretende reducirlas en un 60% hasta el 2050 y está instando el resto de la Unión Europea a seguir sus pasos. Un informe de la Fundación David Suzuki y la Red Canadiense de Actuación Climática expone un plan por reducir a la mitad las emisiones de gases invernadero en Canadá hasta el 2030. Y en aquellos puntos dónde los gobiernos estatales no actúan, los gobiernos locales han intervenido: más de 600 ciudades de todas partes del mundo han desarrollado sus propios planes para reducir las emisiones de carbono.

Mientras el Protocolo de Kyoto ofrece un punto de partida fundamental para reducir las emisiones de carbono, los esfuerzos a largo plazo serán en vano sin el compromiso de Estados Unidos, así como de países en vías de desarrollo como China e India. Frenar las emisiones de carbono y evitar cambios climáticos perjudiciales requerirá ir más allá del Protocolo de Kyoto, con emisiones significativamente más bajas en todo el mundo."

http://www.terra.org/articulos/art01121.html






Petroleras en Irak, pacto con el diablo
Noam Chomsky
La Jornada


El acuerdo que negocian el Ministerio de Hidrocarburos de Irak y cuatro empresas petroleras occidentales plantea graves cuestiones acerca de la naturaleza de la invasión y ocupación del país árabe por parte de Estados Unidos. Esas cuestiones ciertamente serán presentadas por los candidatos presidenciales, seriamente discutidas en Estados Unidos, y por supuesto en el Irak ocupado, donde al parecer la población tiene un escaso papel en determinar el futuro de su país.

En la actualidad se realizan negociaciones para que Exxon Mobil, Shell, Total y BP –socios originales hace varias décadas en la Compañía de Petróleo de Irak, a los que se han sumado Chevron y compañías petroleras más pequeñas– renueven las concesiones perdidas en el proceso de nacionalización cuando los productores de crudo se hicieron cargo de sus propios recursos. Los contratos, sin licitación, aparentemente redactados por las corporaciones petroleras con la ayuda de funcionarios estadunidenses, prevalecieron sobre ofertas de más de otras 40 compañías, entre ellas empresas de China, India y Rusia.

“Hubo sospechas en muchas partes del mundo árabe y entre sectores del pueblo estadunidense de que Estados Unidos había ido a la guerra con Irak precisamente para asegurarse la riqueza petrolera que esos contratos intentan extraer”, escribió Andrew E. Kramer en el diario The New York Times.

La alusión de Kramer a “sospechas” es el eufemismo del año. Aún más, es bastante probable que la ocupación militar tomó la iniciativa en restablecer las actividades de la odiada Compañía de Petróleo de Irak, que, como señaló Seamus Milne en el London Guardian, fue impuesta durante el mandato británico para “extraer la riqueza de Irak en un acuerdo célebre por su explotación”.

Los últimos informes indican que hay demoras en los acuerdos. Mucho de lo que ocurre está envuelto en el secreto y no sería sorprendente que emerjan nuevos escándalos.

La demanda es muy intensa. En Irak existen posiblemente las segundas reservas más grandes de petróleo del mundo. Además, el petróleo iraquí es barato de extraer. No hay capa de hielo permanente, arenas de alquitrán o prospección en las profundidades marinas. Para los planificadores estadunidenses es imperativo que Irak continúe bajo su control como un obediente Estado dependiente que albergue sus bases militares en el corazón de las importantes reservas energéticas.

Que ésa fue la causa principal de la invasión resultó siempre clara pese a los pretextos sucesivos de las armas de destrucción masiva, los vínculos de Saddam Hussein con Al Qaeda, la promoción de la democracia y la guerra contra el terrorismo que, tal como se pronosticó, se agudizaría drásticamente a raíz de la invasión.

En noviembre, esas preocupaciones se hicieron explícitas cuando el presidente George W. Bush y el primer ministro de Irak, Nuri Maliki firmaron una Declaración de Principios ignorando al Congreso de Estados Unidos y al Parlamento iraquí, así como a la población de ambas naciones.

La declaración dejó abierta la posibilidad de una presencia militar estadunidense en Irak que se prolongaría de manera indefinida. Eso incluiría, al parecer, grandes bases aéreas que están siendo construidas en diferentes partes del país y la “embajada” en Bagdad, una ciudad dentro de una ciudad, que no se parece a ninguna otra sede diplomática en el mundo. Esas instalaciones no van a ser construidas para después abandonarlas.

En la declaración se señaló también, de manera osada, que era necesario explotar los recursos de Irak. Se indicaba que la economía iraquí, esto es sus recursos petroleros, debe abrirse a la inversión extranjera, “especialmente a las inversiones estadunidenses”.

La seriedad de este compromiso quedó subrayada en enero, cuando Bush signó una “declaración firmada” indicando que rechazaría todo proyecto de ley que restrinja el financiamiento “destinado a establecer alguna instalación militar o base con el propósito de proveer el emplazamiento permanente de las fuerzas armadas de Estados Unidos en Irak” o a “ejercer el control de los recursos petroleros de Irak por parte de Estados Unidos”.

No resulta sorprendente que la declaración causó de inmediato objeciones en Irak, entre otros sectores, en los sindicatos, que sobreviven bajo duras leyes antilaborales que Saddam instituyó y que la ocupación preserva.

En la propaganda de Washington, quien está arruinando la dominación de Estados Unidos en Irak es Irán. La secretaria de Estado estadunidense Condoleezza Rice tiene una simple solución: los “ejércitos extranjeros” deben ser retirados de Irak: los de Irán, no los nuestros.

La confrontación por los programas nucleares de Irán aumenta las tensiones. La política de “cambio de régimen” del gobierno de Bush hacia Irán es acompañada de amenazas de fuerza (en ese tema ambos candidatos presidenciales se unen a Bush). La política, según se ha informado, también incluye acciones terroristas dentro de Irán. Según los amos del mundo, esas acciones son legítimas.

La mayoría del pueblo estadunidense está en favor de la diplomacia y se opone a la utilización de la fuerza. Pero la opinión pública parece irrelevante, y no solamente en este caso.

Una ironía es que Irak se está convirtiendo en un condominio estadunidense-iraní. El gobierno de Maliki es el sector de la sociedad iraquí más respaldado por Irán. El llamado ejército iraquí, que es apenas otra milicia, está en buena parte basado en la brigada Badr, que fue entrenada en Irán y luchó junto con los iraníes en la guerra entre Irak e Irán.

Nir Rosen, uno de los más astutos e informados corresponsales en la región, observa que el principal objetivo de los operativos de Estados Unidos y de Maliki, el clérigo Muqtada Sadr, tampoco es visto con simpatía por Irán. Sadr es independiente y tiene apoyo popular. Por lo tanto, es peligroso.

Irán “claramente respaldó al primer ministro Maliki y al gobierno iraquí contra lo que calificó de ‘grupos armados ilegales’ (del Ejército del Mehdi de Sadr) en el reciente conflicto en Basora”, señala Rosen. “Y eso no es sorprendente, dado que su principal representante en Irak, el Consejo Supremo Islámico, domina el Estado iraquí y es el principal respaldo de Maliki.”

En la revista Foreign Affairs, Steven Simon señala que la actual estrategia de contrainsurgencia de Estados Unidos “está acicateando las tres fuerzas que de manera tradicional han amenazado la estabilidad en los países de Medio Oriente: el sectarismo, el caudillismo y la mentalidad tribal”. El resultado podría ser “un Estado fuerte, centralizado, gobernado por una junta militar que recordaría” al régimen de Saddam.

Si Washington concreta sus objetivos, entonces sus acciones se justifican. Las reacciones son muy diferentes cuando Vladimir Putin tiene éxito en pacificar a Chechenia en un grado muy superior al que el general David Petraeus ha alcanzado en Irak. Pero de un lado están ellos, y del otro lado, nosotros. Los criterios son totalmente diferentes.

En Estados Unidos los demócratas se mantienen silenciosos debido al supuesto éxito de la ofensiva militar en Irak. Ese silencio refleja el hecho de que no hay críticas de la guerra basadas en principios. Para ese punto de vista, si alguien concreta sus objetivos, la guerra y la ocupación están justificadas. Y los acuerdos petroleros forman parte de esa justificación.

Pero lo cierto es que toda la invasión fue un crimen de guerra, en realidad, el supremo crimen internacional. Y difiere de otros crímenes de guerra en que abarca toda la maldad que sigue, en términos del juicio de Nuremberg. Ése es uno de los tópicos que no pueden ser discutidos, en el curso de la campaña presidencial, o en otra parte. ¿Por qué estamos en Irak? ¿Qué le debemos a los iraquíes por haber destruido su país? La mayoría del pueblo de Estados Unidos está en favor de la retirada de Irak. ¿Interesa su opinión?

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=70537

Grave daño ecológico en Antofagasta por derrame de petróleo




DERRAME

* Un barco carguero de bandera de Hong Kong y tripulación filipina encalló cerca de la costa chilena de Antofagasta y provocó un derrame de crudo al mar.

Según informó radio Digital, la nave "Eider" derramó al mar una cantidad de petróleo aún no cuantificada en la costa de Las Petroleras, creando una mancha de más de un kilómetro de extensión.

El doctor en Biología de la Universidad North Texas y de la Universidad de Antofagasta, Carlos Guerra, aseguró a radio Digital, que esta situación generará un nuevo grave daño a la zona marítima que ya presentaba problemas anteriores producto de las filtraciones provenientes de las empresas petroleras del sector.

La mancha de petróleo se aproxima peligrosamente hasta la caleta de pescadores de la ciudad, donde un grupo de universitarios ecologistas pretenden rescatar a las tortugas que habitan el lugar.

* La Superintendencia de Electricidad y Combustibles, SEC, comprobó la responsabilidad de la empresa por la filtración de al menos 400 mil litros de combustible diesel al subsuelo y acuíferos en la playa conocida como Las Petroleras, al norte de Antofagasta, lugar donde la compañía administra y opera una planta de almacenamiento de combustibles líquidos perteneciente a Codelco

La sanción, equivalente a 303.081.600 de pesos –de acuerdo al valor de la UTA de diciembre- se basó en los resultados de la investigación realizada por la Superintendencia y en la verificación del incumplimiento por parte de la empresa de lo establecido en el “Reglamento de seguridad para el almacenamiento, refinación, transporte y expendio al público de combustibles líquidos derivados del petróleo” (Decreto Supremo Nº 90, de 1996, del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción)...

...se estima que el volumen de la filtración se situó entre 400 mil y 1 millón de litros, según estimaciones mínimas y máximas de estudios independientes.





* COPEC,ROBERTO ANGELINI

El grupo industrial Empresas Copec informó hoy que compró indirectamente el 47,2 por ciento de la matriz que controla a la distribuidora de combustibles colombiana Terpel, aunque su intención es alcanzar en una segunda etapa la mayoría de la firma.

Con esta compra, valorizada en cerca de 240 millones de dólares, Empresas Copec inicia su internacionalización en la distribución de combustibles, ya que Terpel participa en el negocio en Colombia, Panamá, Perú, México, Chile y Ecuador.

El acuerdo de Copec considera la adquisición del 100 por ciento de los derechos de las sociedades AEI Colombia Holdings y AEI Colombia Investments, que controlan el 47,2 por ciento de Proenergía Internacional, que a su vez es el accionista mayoritario de SIE, sociedad que controla Terpel y que transa en bolsa.

El pacto suscrito por Copec establece además una opción de compra sobre AEI Colombia Limitada, dueña del 4,93 por ciento de Proenergía, operación que le permitiría controlar más de la mitad de la propiedad de la distribuidora coplombiana.

No hay comentarios: