viernes, 19 de noviembre de 2010

Julia


En algún lugar del espacio todavía te encuentras. Un espacio infinito, donde tu cuerpo no te acompaña y desaparece tu figura. Yace bajo tierra tu blanco pelo, tus ojos celestes, pero tu alma no puede estar allá abajo con los gusanos.

Quizás, una de las mayores contradicciones del estoicismo es apostar por una vida buena en la contemplación absoluta. Como si tuviéramos que desligarnos, progresivamente, de los vínculos sociales que nos dan la vida y nos identifican.

En algún lugar del espacio te encuentras, en otra dimensión, donde nuestros limitados sentidos no pueden verte ni penetrar certeza alguna.

La lógica y el sentimiento de lo divino nos permite intuir verdades que se sitúan más allá de los límites racionales y sensibles. De una manera deficiente tambien, los instrumentos tecnológicos agudizan la percepción de dichas fronteras; con todo, quizás captemos un día la esencia proyectiva de un sueño, o las vibraciones de un alma al abandonar un cuerpo, o teletransportemos la vida en un tiempo circular.

Más allá de nuestros sentidos, la lógica descansa sobre razones e intuiciones estrcitamente especulativas. La verdad que de ella podemos obtener, sin embargo, se nos presenta capaz de falsear la realidad y de situar a los sentidos en el reino de lo aparente.

Hace miles de años, seguramente era indemostrable la idea de que existen ondas vibratorias que nos comunican y sostienen los cuerpos esféricos en órbita. Tuvieron que construirse artefactos inteligentes que nos permitieran medir la longitud de onda de un corpúsculo de luz, y tuvimos incluso que viajar al espacio para demostrar lo que la lógica y la intuición especulaban. Por qué no creer entonces en la lógica y en la intuición de una transmigración de las almas? Quizás nos falte el artefacto o la actitud propicia para su demostración, pero aunque no podamos llegar nunca a una certeza demostrativa, igualmente lo que la razón y la intuición nos revelan, es una verdad que goza de sentido.

Yo sé que estás por ahí, indemostrablemente presente en el espacio. No hace falta llamarte. Estás ahí, junto a los demás que ya partieron. El dolor del cuerpo ya se fue, ahora nada más queda la posibilidad de transmigrar en libertad, perisitir en la memoria de los que te conocieron.

Quizás ni siquiera sea atribuible una conciencia a ese estado en el que te encuentras, porque la conciencia parece ser siempre conciencia de un cuerpo y de una situación vital. Ahora, creo que solo queda tu energía. Tu cuerpo es el que está allá abajo. Tu conciencia se ahogó con la tierra. No queda más que tu energía suspendida.

2

¿Y si le creemos a Aristòteles, y pensamos la esencia del alma humana en lo persistente de su conciencia? En ese caso, es posible que cuando muera la dimensión sensible del alma, persista aùn por mucho tiempo su dimensiòn intelectual e infrasensible- acompañando la vida terrestre, protegièndonos, atormentandonos, etc.-, pero esperando en definitiva, el momento oportuno para desvanecerse o aliarse a otras particulas de alma e insuflar la vida.

º Si lo que permanece es en gran medida conciencia-de (con su facultad de intelegir y sentir), lo que le sigue es su descomposicion paulatina en fragmentos de memoria y en partìculas de sentimiento, evanecièndose y diluyèndose en el espacio infinito; luego, la muerte es un viaje de transmigraciòn de la dimensiòn persistente del alma (en su parte intelectual y energètica) y su desintegraciòn paulatina e integraciòn de sus partìculas a una nueva estructura.

º Julia, ¿estás ahí?


3

* Julia, a tu muerte se suma la de mi abuela, la de Hernán, la de mis abuelos, y la de esos pequeños seres, ajenos a mi vista y tan lejanos a mi percepción

* en nuestra corta vida, podemos ver vidas que se extienden por períodos aún más cortos; observamos que todo retorna, absolutamente todo...

* todo lo que hacemos se devuelve de una u otra forma...

* la energía no desaparece, solo se transforma; si el alma participa de la energía, o es primordialmente energía, tras la muerte, lo que perece, no puede desaparecer´; lo único que desaparece es la figura y el concepto de una identidad. Nuestra materia se trasnforma en abono, y nuestra energía junto a una proto-conciencia, debe emigrar hacia la descomposición y resolución de su karma

* al karma lo representan las consecuencias de nuestras acciones y omisiones terrestres; algo de nosotros queda tras la muerte: la conciencia de nuestras consecuencias


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Extracto de los Hermanos Karamazov:

"- Iván le pregunta a su hermano Aliosha: amar la vida más que el sentido de la vida?

- En absoluto. Amarla antes de razonar, sin lógica, como tú dices; unicamente entonces se comprenderá su sentido. Eso es lo que entreveo hace mucho tiempo. La mitad de tu tarea está cumplida y conseguida, Iván, amas la vida. Ocúpate de la segunda parte, de la salvación.

- Tienes mucha prisa por salvarme, y quizá no esté todavía perdido. En qué consiste esa segunda parte?

- En resucitar a tus muertos, que quizá estén aún vivos. Dame té. Estoy contento de nuestra entrevista."



* resucitar a los muertos, signifique quizás, apiadarse del karma por el que deben transitar los espíritus, invocando su salvación

* si alguien ora y vela por mi salvación, seguramente le estaré agradecido y velaré también por su correspondencia

* hay lugares habitados: por todas partes, espíritus que nos quieren enseñarnos algo

* cada espíritu tiene un estilo propio, conforme a sus vivencias pasadas y al tipo de oraciones, acciones y pasiones que lo invoquen; luego, si cada espíritu tiene sus preferencias y valores, no se relaciona de la misma forma con todas las personas: si alguien se encuentra su portal abierto, y al espíritu no le agrada, es muy posible que lo ahuyente; si el que se encuentra con su portal le produce compasión, es muy probable que le quiera aconsejar

* el karma se supera en la consecuencia de un bien que continúa en la ultratumba: en la producción de vibraciones positivas hacia la realización del dharma -después de la purgación karmática y atraído por las energías de un orgasmo

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